El presidente de EE.UU., Barack Obama, se ha planteado destituir de su cargo al director de la Oficina Federal de Investigación (FBI, en inglés), James Comey, luego de concluidas las elecciones presidenciales de este 8 de noviembre. La decisión está al parecer vinculada con la reapertura del caso de los correos electrónicos de la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, a finales de octubre y a la reciente decisión de cerrar la investigación.
Según han señalado fuentes estadounidenses, Valerie Jarret, consejera superior de la Casa Blanca, ha mantenido largas charlas con el presidente al respecto e insiste en el despido de Comey por "interferir deliberadamente en el proceso electoral".
No obstante, y pese al desacuerdo de Obama con las acciones del FBI, aún continúan evaluándose las consecuencias que podría traer tal decisión.
"El tsunami de indignación que desencadenaría [el despido de Comey] podría convertirse o en una gran noticia o en lo peor de la historia de la presidencia", agrega la publicación, citando fuentes cercanas a la Administración de Obama.
Al respecto, el mandatario estadounidense ha expresado que el despido del actual director a las puertas de las elecciones podría considerarse un desastre político y, aunque aún se desconoce quién sería el nuevo reemplazo, lo único cierto es que podría llevarse a cabo luego de las elecciones.
Asimismo, Obama afirmó que no quería involucrarse en la investigación del FBI antes de su culminación por temor a ser visto como un acto de obstrucción a la justicia.