La guerra en Siria ha entrado en una fase nueva, más peligrosa, que aumenta la posibilidad de un enfrentamiento catastrófico entre EEUU y Rusia, escribe Mike Whitney en su reciente artículo para Russkaya Vesna.
Este martes en una reunión en la Casa Blanca, la jefatura estadounidense planteó la posibilidad de realizar ataques aéreos contra las tropas leales al presidente sirio, Bashar Asad.
El Washington Post sugirió en una nota, que uno de los modos para evitar el veto de la Casa Blanca a los bombardeos contra Asad sin permiso de la ONU, sería realizarlos en secreto y no reconocerlos públicamente.
En su artículo para Russkaya Vesna, Whitney subraya que éste es un nuevo capítulo en la guerra, y que es "obra del guerrero del Pentágono", Ashton Carter, cuya decisión de bombardear las posiciones de las tropas gubernamentales sirias en Deir Ezzor se cobró las vidas de 62 soldados y acabó de pronto con el armisticio acordado por John Kerry y Serguéi Lavrov.
"Carter y sus generales estaban en contra el acuerdo entre Lavrov y Kerry sobre el cese al fuego porque esto requeriría cooperación con los militares y los representantes de servicios de inteligencia rusos", aclaró.
El experto vaticina que la escalada planteada por Carter puede llevar a EEUU a una confrontación directa con Moscú, que al final resultará en una guerra nuclear, así que Whitney se pregunta si Carter está dispuesto a aceptar este riesgo.
Al columnista le parece obvio el hecho de que Washington tenga ganas de bombardear las tropas de Asad ya que EEUU está perdiendo esta guerra, pero argumenta que no es una idea buena, como tampoco lo es ayudar los extremistas suníes, añadió.
"De hecho, el Pentágono juega a la guerra en Siria y luego pretende charlar con Obama sobre política cuando lo necesita", detalló.
Rusia, a su vez, parece estar preparada para cualquier giro de los acontecimientos y ya ha aplicado medidas para prevenir "cualquier error " contra sus soldados y establecimientos militares en Siria.