La organización terrorista Estado Islámico ha desbaratado un complot dirigido por uno de sus comandantes que pretendía cambiarse de bando y ayudar a las fuerzas del Gobierno iraquí a retomar el control de la ciudad de Mosul, el último bastión importante del EI en Irak, informa Reuters.
Al menos 58 sospechosos de haber participado en la conspiración fueron ejecutados la semana pasada después de que la organización terrorista descubriera el plan.
Fuentes de la inteligencia iraquí, citadas por la agencia, calificaron el complot como un "intento de golpe de Estado" por parte de la cúpula del grupo islamista de esa localidad.
"Eran combatientes del Estado Islámico que se rebelaron contra la organización en Mosul. Esto es una clara muestra que el EI está perdiendo apoyo no solo de la población, sino incluso de sus propios militantes", señalaron las fuentes.
Los islamistas desertores planeaban ayudar a las fuerzas gubernamentales durante la operación para liberar a Mosul, que se espera comience a finales de este mes.
Con este objetivo colocaron armas en varios escondites en diferentes áreas de la ciudad.
Sin embargo, el plan fue descubierto cuando otros islamistas encontraron en el teléfono móvil de uno de los conspiradores un mensaje en el que hablaba de los escondites.
Posteriormente el dueño del aparato fue sometido a interrogatorio, donde confesó el complot y delató a sus cómplices.
Posteriormente los sospechosos de traición fueron capturados y ejecutados, y sus cuerpos enterrados en una fosa común a las afueras de la ciudad.
"Tras el fallido golpe de estado, el EI confiscó a los comandantes locales unos documentos de identidad especiales que les había proporcionado. Con esta medida pretenden evitar que puedan escapar de Mosul junto con sus familiares", señalaron representantes de inteligencia del Ejército iraquí.
