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Decir “indio” o “indígena” no es lo mismo


Para muchos decir indio e indígena es lo mismo.

Las palabras no tienen ni la misma carga emocional y de mirada de prejuicio, ni la misma etimología. 
Indígena (del latín: indigĕna) es un término que, en un sentido amplio, se aplica a todo aquello que es relativo a una población originaria del territorio que habita,cuyo establecimiento en el mismo precede al de otros pueblos o cuya presencia es lo suficientemente prolongada y estable como para tenerla por oriunda (es decir, originario de un lugar).

Con el mismo sentido se utiliza, con mayor frecuencia, el término muchas veces creído como equivalente nativo, presente en expresiones como «idioma nativo» no es exactamente el sinónimo de indígena ya que en su más correcto significado nativo significa al nacido en un territorio sea o no su linaje indígena del mismo. 

También es habitual utilizar términos como «pueblos originarios», «naciones nativas» o «aborígenes».

Colón creía que su viaje lo llevaría a la India, un objetivo económico claro y conocido.

 Llamó indios a los habitantes del Nuevo Continente, creyendo que se trataba de Asia, una equivocación que se meció en la ignorancia de los conquistadores, se terminó de establecer en el uso permanente del plural Indias durante la etapa colonial, para amparar el sojuzgamiento de esos pobres seres que quedaron atrapados en una esclavitud escondida bajo múltiples nombres (mita, yanaconazgo, encomienda).

Indígena, en cambio, según la Real Academia Española proviene del latín indigena, que significa ‘de allí’ y, por extensión, ‘primitivo habitante de un lugar, nativo’.

Este término está compuesto de indi- (una variante del prefijo latino in-) y la raíz indoeuropea gen- ‘parir’, que también está presente en muchas palabras de nuestra lengua, como engendrar y genealogía.

 En los diccionarios de la Real Academia se registra el vocablo recién en 1803, en la que aparece mencionado como “el que es natural del país, provincia, o lugar de que se trata” y quizá la fecha tiene que ver con los vientos revolucionarios que ya agitaban las cabezas de las colonias en una Europa estremecida por las consecuencias de la revolución francesa. 

Cuando pensamos en esta historia de las palabras, vemos una realidad ocultada, maquillada para que no se vea, el ser originario, el ser predecesor, el tener derechos conculcados.

En América latina, tanto en el Chile próspero y ordenado, como en el nordeste argentino, en la Amazonia de un Brasil pujante y en la Colombia desgarrada por múltiples batallas, estallan los conflictos que involucran indígenas, a quienes desde el prejuicio se les sigue diciendo indios. 

Sus tierras, y su cultura ancestral son ambicionadas por quienes quieren poseerlas sin respetar sus derechos, como si fueran los indios de la fantasía colonial destinados a proveer especies y sedas.

Hay algo del origen que da derechos y allí la palabra indígena tiene un valor de toma de posición frente a construcciones políticas que los olvidan aunque los mencionen, permitiendo que no se entienda que existen diferencias ni matices entre la pura violencia y la lucha por ellos.

La brecha entre los indígenas y quienes no lo son produce marginalización y discrimina­ción.

Un ejemplo de este hecho, se observa en el ámbito de las comunidades originarias del continente americano. 

Han acuñado este nuevo término en contraposición a los tradicionales indio, aborigen o indígena. 

Como se detalla a continuación, cada uno de estos términos pueden tener una interpretación malintencionada e incluso despectiva. 

Debido a ello, decidieron evitar malentendidos y pasar a autodenominarse comunidades originarias.

Indio: Natural de la India. Se dice del indígena de América, o sea de las Indias Occidentales, al que hoy se considera como descendiente de aquel sin mezcla de otra raza. 

Por otro lado, existe la falsa creencia de que esta palabra es fruto de la unión dein (prefijo que indica carencia) y dios, por tanto sujetos sin dios.

Aborigen: Se dice del primitivo morador de un país, por contraposición a los establecidos posteriormente en él. Aunque algunos autores dan a este término el significado de sin origen.

Indígena: Originario del país de que se trata. Si bien, algunos relacionan su origen a la palabra indigente.

Estas poblaciones que en un principio debieron aguantar las grandes purgas de los conquistadores y las enfermedades traídas por estos; siguieron siendo menospreciados y exterminados, tras la independencia de estos territorios, por los pobladores de los nuevas naciones independientes. 

Las masacres no fueron iguales en todos los territorios; en lugares como México el mestizaje que fue muy elevado, reduciendo tales hechos. 

Sin embargo, en otros puntos existieron campañas de conquista de territorios que no habían sido colonizados por los europeos.

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