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Antiguas y malintencionadas justificaciones humanitarias desencadenantes de la guerra



Falsedad en tiempos de guerra. En la Primera Guerra Mundial y en la Tercera.

Comentaba hace no tantas fechas, el tiempo cuando Bertrand Russell, uno de los pensadores más importantes de la época contemporánea, intentó mostrar a los estadounidenses el engaño al que iban a ser conducidos en la Primera Guerra Mundial, allá por la segunda década del siglo pasado.
Entonces, su compañero Alfred North Whitehead, coautor de la famosa obra Principia Matematica, le reprochó que intentase una solución dialogada al conflicto, indicándole qué iba a hacer él, Russell, por ayudar a la gente que supuestamente estaba siendo masacrada por los alemanes en Bélgica. 1, 2Whitehead, como tantos, se refugió de forma falsa, bastante mezquina y cobarde, como hoy en día se hace también, en supuestas motivaciones humanitarias; que en ningún momento se molestó en comprobar.

 Quien sí investigó esas motivaciones fue Arthur Ponsonby en su gran obra Falsehood in war time, desmintiéndolas. 3

 No obstante, vemos que tales "justificaciones humanitarias", que condujeron a la matanza de millones y millones de personas en la Primera Guerra Mundial, se han repetido con trágica constancia en la historia, y siguen ocurriendo hoy en día: Yugoslavia, Ruanda, la República Democrática del Congo, Libia, ahora Siria..., son solo algunos de los ejemplos que les podría citar.

El método es prácticamente el mismo, el resultado también.

Se crea la indignación y la histeria colectiva mediante hechos inventados, distorsionados o completamente adulterados que son ampliamente difundidos y repetidos, y que luego quedarán marcados, troquelados, en el pensamiento y conocimiento colectivo de una sociedad, aunque, como de costumbre también, se demuestre su falsedad.

La falsedad es una reconocida y extremadamente útil arma en tiempos de guerra, y cada país la usa deliberadamente para engañar a su gente, para atraer a los neutrales y para engañar al enemigo.

 La gente ignorante e inocente de cada país no es consciente en el momento de que están siendo engañados y cuando todo ya ha pasado solo aquí o allí se descubren las falsedades y son mostradas. Como todo es ya historia pasada y los efectos deseados ya se han producido, nadie se preocupa por investigar los hechos y mostrar la verdad. 3

Del mismo modo se creará un tensión social tal, por medio de las excusas "humanitarias", que será muy difícil de soportar. La mayoría callará, incluso sabiendo que les están mintiendo o no contando toda la verdad. Nos lo dice el propio Bertrand Russell.

La mayor dificultad fue la puramente psicológica para resistir a la sugestión de las masas, cuya fuerza se convierte en terrible cuando la nación completa está en un estado de violento excitamiento colectivo. 3

El ser humano mostrará aquí su carácter gregario, su sumisión a los líderes y su arraigada intolerancia hacia quien disienta del grupo, por muy argumentadas que estén sus disensiones y posiciones.

El odio inculcado en las mentes de los hombres y mujeres constituirá el más peligroso y letal de los venenos.

Se ha dicho correctamente que la inyección del veneno del odio en las mentes de los hombres por medio de la falsedad es un mal mucho mayor en los tiempos de guerra que las reales pérdidas de vidas.

 La corrupción del alma humana es peor que la destrucción de su cuerpo. 3

De esta forma es fácil, al prevalecer la emoción y la ira sobre la razón, extender el engaño, que trae la tragedia. 

Tragedia que será ocultada o a la que se adulterarán las reales causas que la produjeron, con el fin de que no queden a la vista sus verdaderos motivos y sus reales promotores. 

Así, no se entiende y no se aprende sobre lo sucedido.

 No se aprende porque los medios de comunicación, que son propiedad de las grandes corporaciones que tienen interés en la guerra, convencen a la población sino de la bondad, de su necesidad o inevitabilidad, porque algo o alguien amenazaba nuestra libertad o seguridad.

 Hoy, como ayer, la guerra, la violencia militar, es apodada de forma escandalosa como "intervención humanitaria".

 No es extraño pues, que en este tiempo se hayan desarrollado y hayan crecido grandes organizaciones "humanitarias", grandes por su tamaño y medios de que disponen, no por su labor, que curiosamente favorecen que se dé la guerra, apoyando al lado más fuerte que busca la guerra; falsificando la información y predisponiendo al público para que no se oponga a la intervención militar, para que incluso la solicite, ya que estaría "justificada". 

Es el caso de Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Médicos Sin Fronteras y tantas otras. Su misión ha sido en realidad ayudar a llevar a cabo la agenda de intereses neoliberales de las corporaciones occidentales, utilizando la "Buena Nueva" y nueva religión de los derechos humanos. Derechos humanos pervertidos que son utilizados con fines políticos y económicos.

Las organizaciones humanitarias y los medios de comunicación constituirán un dúo fraudulento, actuando las primeras como entidades "veraces", ya que "actúan por los derechos humanos", aunque en modo alguno sea esto cierto, y los segundos son la caja de resonancia.

 Si no se cree al medio, cómo se va a desconfiar de una agrupación "humanitaria", sería el "argumento" y estrategia nada mal pensados.

Además de utilizar a este dúo comentado, los dirigentes que promueven una guerra por intereses comerciales atacando a sus rivales, necesitan el control o cierto control de la izquierda política. Porque esta, por su propia naturaleza, reaccionará y se opondrá a toda actuación militar que tenga el propósito de enriquecer a las clases pudientes y someter a las poblaciones de otros países a caprichos e intereses de la burguesía local. 

De ahí, como se ha hecho prácticamente siempre, que los propietarios impulsen medios "alternativos" a los corporativos o "expertos" y "activistas" también "alternativos" para si aquí tampoco convencer, al menos confundir y dividir a la izquierda, de modo que se evite que se cree un movimiento opositor amplio y poderoso a la guerra y a la misma estructura social y económica que ha creado el sistema capitalista.

Los medios "alternativos" creados con este enfoque son legión: Público, Diario.es, Diagonal, Periodismo Humano, Democracy Now!. etc, etc. La lista es todo lo extensa que ustedes quieran, ya que cuando tienes tanto dinero y tanto poder podrás tener a mucha gente y muchos medios para que hagan lo que tú quieras. 

En consecuencia, los denominados "expertos" y "activistas" por cualquier causa también abundarán. Peleles que por interés y beneficio les tocarán la música que haga falta. Tienen y tendrán aquí también toda una pléyade y legión.



Olga Rodríguez y Leila Nachawati, tal para cual, comparando a un presidente muy popular, democrático y legítimo con los terroristas islamistas.

 Se delatan una vez más como lo que son, antidemocráticas y poco amigas de la paz.


Como propagandista de guerra:













Sobre sus raíces, por ejemplo de Olga Rodríguez, cofundadora del Diario.es: Conexión AECID



Otro cofundador del Diario.es y su vinculación a la Open Society de un delincuente financiero y político.





Ignacio Escolar, director del Diario.es, repitiendo propaganda:




Más ejemplos de este tipo de "periodistas independientes" (en realidad muy dependientes) al servicio de los intereses de las corporaciones occidentales es Mikel Ayestarán. Un falsificador y embaucador más en la larga lista.








Apologista de la barbarie:




Uno más, Iñigo S. Ugarte, puesto en evidencia por los lectores.



Lagarder activista:






Principia Marsupia no lo tiene tan claro entre neonazis y sus víctimas....




Alberto Pradilla, del diario Gara, que no acepta las justificadas críticas de la gente que no está ciega y capta el engaño:




El partido político Podemos fomentando y extendiendo la propaganda colonialista.




Aquí tienen el entramado de políticos, periodistas, ONGs y demás en los bolsillos de los magnates: Soros leaks


PS:


Referencias y notas:

1. Aaron Delwiche. Of Fraud and Force Fast Woven: Domestic Propaganda During The First World War. Firstworlwar.com, 2009.

2. Jean Bricmont. Humanitarian imperialism. Monthly Review Press, 2006.

3. Arthur Augustus William Harry Ponsonby. Falsehood in Wartime: Propaganda Lies of the First World War. George Allen and Unwin, 1928.

Publicado por Mikel Itulain

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