A más de dos años de confrontación proveniente de occidente, Rusia parece estar más unida y consolidada que nunca, mientras que la Unión Europea pasa por la peor crisis desde su creación, comparte Jirí Vyvadil, abogado y político checo.
Los últimos comicios parlamentarios en el país eslavo lo demostraron sin dejar duda alguna: el apoyo a la política del presidente Vladímir Putin alcanzó niveles inéditos hasta el momento.
Y es que según anota el político checo en su artículo para Parlamentní listy, todos los pasos que Occidente últimamente da con respecto a Rusia, lejos de socavar su crecimiento, lo que han hecho es consolidarlo y llevarla a ganar cada vez más espacio en la escena internacional.
Todo comenzó con el forzoso cambio de poder en Kiev, apoyado por EEUU y sus aliados, que derivó en la reunificación de Crimea con Rusia y en un conflicto en el este de Ucrania que aún no culmina. "Obama, Merkel, Cameron y Hollande querían quebrar a Putin mediante el Maidán.
Como si no tuviesen educación media.
¿Acaso Napoleón o Hitler vencieron a Rusia? ¿Acaso podía Putin permitir que Crimea se convirtiera en una base militar de la OTAN con tropas de EEUU? ¿Acaso podía abandonar a la suerte la población rusa [de la península]?", se pregunta Vyvadil.
Tanto el socialdemócrata Helmut Schmidt — el más noble y el más popular de todos los cancilleres alemanes — como Helmut Kohl y Gerhard Schroeder —antecesores de Angela Merkel— consideraron que Crimea es parte integral e inseparable de Rusia.
Los principales opositores de Hollande en Francia —Sarkozy y Le Pen— consideran a Crimea parte integral e inseparable de Rusia. Todos los partidos políticos opositores en Italia afirman que la Crimea es una parte integral e inseparable de Rusia, declara el político checo.
A esto le siguieron toda una serie de restricciones económicas por parte de Occidente hacia Rusia. Si bien en un principio esto golpeó la economía rusa, a la larga Moscú respondió con sus contrasanciones agroalimentarias, incrementando la producción interna y sacando del mercado a los productores de países que apoyaron esa iniciativa.
Con la entrada de Rusia en Oriente Medio, Moscú se ha convertido en el 'bastión de la razón' que tanto faltaba durante los últimos años para mantener el equilibrio mundial, considera el político.
Esto en su tiempo podría haber evitado las aventuras irresponsables de Irak, Afganistán, Libia, Siria y el auge de grupos radicales, como quiera que los llamen en EEUU y la UE, agregó.
Los Juegos Olímpicos fueron la última gota de toda una estrategia que tiene como meta castigar a Rusia, mediante lo que hasta ahora era considerado libre de política: el deporte.
La Agencia Mundial Antidopaje (WADA) es dirigida casi en su totalidad por representantes del mundo anglosajón, que permitían a sus deportistas participar incluso consumiendo sustancias prohibidas, mientras que los deportistas rusos eran sancionados por la sola alegación de haber podido consumirlas, sin presentar pruebas concretas para cada caso.
Así que, concluye la nota, la realidad es que a más de dos años del Maidán en Ucrania — mediante el cual los políticos estadounidenses y europeos querían debilitar y humillar a Rusia — esta, tranquila y fuerte, se ha consolidado aún más, mientras que el orden transatlántico transcurre por una evidente crisis.
Los políticos europeos se encuentran ahora en pleno combate interno debido a sus grandes diferencias respecto a la propia crisis ucraniana, las restricciones económicas hacia Rusia, la crisis migratoria y la negativa de dialogar con el Kremlin para solucionar los problemas.
Ahora que Inglaterra se ha aislado del resto del continente, todos están a la espera de quien será quien saque a Merkel del puesto de canciller, si puede Marine Le Pen sustituir a François Hollande en el Eliseo, si llega el derechista Norbert Hofer a dirigir en Austria, si gana Geert Wilders las elecciones en los Paises Bajos…
Todos estos políticos parecen traer consigo ideas y estrategias diferentes, respecto a cómo actuar ante las amenazas comunes, conluye Vyvadil.