Pablo Gonzalez

Costa Rica a EEUU: Es hora de derogar la Ley de Ajuste Cubano


El ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica ha pedido a Estados Unidos que derogue la Ley de Ajuste Cubano, alegando es la principal responsable de que miles de cubanos lleguen a países latinoamericanos, que entonces usan como trampolín para llegar a Estados Unidos.

El canciller Manuel González dijo esta semana que Costa Rica y otros países de tránsito —desde Ecuador hasta México— estaban pagando las consecuencias de la controvertida ley, que prácticamente garantiza la admisión de los cubanos a Estados Unidos. Ahora que La Habana y Washington han reanudado sus relaciones, González cuestiona la necesidad de una ley que se creó en medio de la Guerra Fría.


“No desestimamos la perspectiva humanitaria”, dijo González durante una entrevista sobre los miles de cubanos que han pasado por países latinoamericanos este año en su intento por salir de la isla y llegar a Estados Unidos.

 “Pero esto nos ha costado millones de dólares, millones de dólares que no tenemos. Nuestro pueblo nos pregunta cómo es posible que no invirtamos en ellos y gastemos millones de dólares en manejar migrantes.

Costa Rica se encontró en el centro de la controversia hace varios meses, cuando miles de cubanos quedaron varados después que las autoridades desbarataron un grupo de traficantes que los llevaba desde Ecuador.

 González dijo que Estados Unidos debe hacer más que sencillamente exhortar a los países a hacer cumplir con más rigor sus leyes de inmigración.

En lo fundamental a petición del gobierno del presidente Barack Obama, los gobiernos de Colombia, Costa Rica, México y Panamá han lanzado una ofensiva para tratar de evitar que miles de cubanos, así como migrantes de otras nacionalidades, lleguen a Estados Unidos.

 Washington ha exhortado a los líderes latinoamericanos a mejorar la seguridad en sus fronteras, desmantelar redes de tráfico y emitir documentos de viaje solamente para viajes legales.


Esos esfuerzos han alarmado a activistas cubanos, quienes dicen que esa ofensiva alentada por Estados Unidos sólo hará que los cubanos, desesperados, se lancen al mar en la travesía más peligrosa de cruzar el Estrecho de la Florida.

Pero la presión estadounidense ha tenido consecuencias. Las autoridades colombianas comenzaron este mes a deportar a la isla unos 1,200 cubanos varados en ese país después que Panamá les cerró la frontera. 

El gobierno panameño advirtió a 600 migrantes cubanos que tenían hasta mediados de agosto para salir de la región o los deportarían. México deportó recientemente a unos 90 cubanos.

Funcionarios norteamericanos reconocen que el gobierno ha estado presionando a países latinoamericanos para que tomen medidas con el fin de desalentar la migración desordenada de cubanos. 

“Hemos alentado a gobiernos de la región a trabajar juntos para encontrar soluciones para el reto de la migración de cubanos y evitar movimientos irregulares”, dijo un alto funcionario del Departamento de Estado, quien aceptó discutir el tema de manera anónima, debido a la sensibilidad del tema.

Más de 46,500 cubanos fueron admitidos en Estados Unidos sin visa durante los primeros 10 meses del año fiscal 2016, según el Centro Pew de Investigaciones. Esa cifra se compara con más de 43,000 en el 2015 y poco más de 24,000 en el 2014.


Para muchos de los deportados, el regreso a Cuba representa el fin de un viaje por el que lo arriesgaron todo.

José Antonio Quesada, de 46 años, y su esposa embarazada, quienes llegaron a Miami el 10 de mayo, contaron su viaje, que resulta más angustioso visto desde la perspectiva de los que no lo lograron.

Los dos abogados vendieron su casa y todas sus pertenencias, y apelaron a familiares en Miami para recaudar los $2,300 —equivalentes a cinco años de sueldo en Cuba— que necesitaban para los boletos aéreos, de autobús y pagar a los traficantes de personas. Durante dos meses atravesaron Ecuador, las montañas de Colombia y las selvas de Panamá, antes de poder abordar un avión en México que los llevara a Estados Unidos.

Pero Quesada tiene amigos que están varados en el sur de Panamá porque no pudieron pagar el vieja, y ahora la frontera está cerrada.

“Si lo intentáramos ahora, no hubiéramos podido lograrlo”, dijo Quesada. “Tengo un amigo que todavía esta en Puerto Obaldía en Panamá”.


Autoridades colombianas de migración dicen que no pueden hablar de su colaboración con Estados Unidos, pero señalaron que no se trata sólo de migrantes cubanos.

Quizás alentados por los cubanos, una ola de migrantes de Haití, África y el Medio Oriente han seguido una ruta similar, lo que provoca comparaciones con las crisis migratorias mucho mayores que ocurren en Europa.

El éxodo es una gran preocupación para las autoridades cubanas, quienes dicen que Estados Unidos está alentando la migración “ilegal” y peligrosa de decenas de miles de cubanos, quienes temen perder la oportunidad de ser recibidos en Estados Unidos. 

El gobierno cubano dice que esa migración es un robo —muchos son profesionales capacitados por las universidades cubanas—y lo ven como un obstáculo a mejores relaciones con Estados Unidos.

En Estados Unidos es un tema sensible, porque el país desde hace mucho ha dado la bienvenida a los cubanos que huyen del régimen represivo de La Habana.

 Pero los tiempos han cambiado. La Guerra Fría se acabó y los dos países, hace no mucho enemigos enconados, han restablecido las relaciones.


El activista cubano Ramón Saúl Sánchez dijo que la ofensiva de los gobiernos de la región no ha afectado el número de cubanos que llegan a Miami, y que en cualquier caso, seguirán huyendo de la isla hasta que el gobierno cubano ofrezca oportunidades económicas.

 Eso, dijo, significa que más se lanzarán al peligroso viaje por mar o contratarán a traficantes que los guíen a través de regiones selváticas, donde pueden evadir a las autoridades en otros países.

Esa aseveración es apoyada por las estadísticas del Servicio Guardacostas de Estados Unidos, que muestran un aumento en el número de cubanos que intentan llegar por mar.

Hasta el jueves, informan los guardacostas, 545 cubanos intentaron llegar por mar a Estados Unidos en agosto. En julio fueron 773 y en junio ascendieron a 653.

La cifra de viajes por mar, tanto los interceptados como los que llegaron a territorio estadounidense, en lo que va de año, 6,310, ya ha superado los 4,473 del 2015 y los 3,940 del 2014.

Nadie sabe cuántos no sobreviven a la travesía. Desde que Ecuador comenzó a tratar de controlar el flujo de cubanos el mes pasado, Sánchez dijo que ha estado recibiendo más llamadas de familiares que buscan a seres queridos que trataron de venir por mar,

“Mucha gente ha desaparecido o ha muerto”, dijo Sánchez. “Recibo llamadas —10, 12, 14 al día— de familiares”.


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