Pablo Gonzalez

Mi dinero financia acciones contra Cuba


El presidente nacional del PAN, Gustavo Madero (centro), posa con Stefan Jost (derecha), presidente de la Fundación Konrad Adenauer y contrarrevolucionarios cubanos en su reunión de marzo de 2015. FOTO: PAN.
La Fundación Konrad Adenauer es una organización de origen alemán que opera en México. Hace conferencias y participa de otros encuentros políticos. También organiza los propios. Esto no tiene nada de raro. No obstante, es curioso que muchos de ellos no sean con civiles mexicanos, sino con… disidentes cubanos.

¿Con disidentes cubanos? Pues sí. Y no es un secreto. Por ejemplo, la KAS (por sus siglas)participó en marzo de 2015 en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, de una convención en la cual, algunos personajes reconocidos mediáticamente como “opositores” al gobierno cubano como Guillermo Fariñas o Rolando Rodríguez Lobaina, fueron capacitados en acciones de protesta que, posteriormente, realizarían en Panamá en el marco de la Cumbre de las Américas que marcaría la primera reunión oficial entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, luego más de 50 años de congelamiento diplomático.

Se sabe porque, posteriormente, se reunieron con el ex presidente del PAN, Gustavo Madero. 

Sobre esto, la dirigencia nacional panista emitió un boletín con todo y foto en el cual aparecen estos disidentes cubanos, Madero y el presidente de la KAS en México, Stefan Jost.

Recientemente, entre el 21 y 24 de junio en el hotel “Bluebay Grand Esmeralda” de Cancún, se dieron cita 27 sacrificadas organizaciones luchadoras por la democracia cubana, en la conferencia “Caminos a una Cuba Democrática III” con el auspicio de la KAS y de la Organización Demócrata Cristiana de América, la OCDA, a la cual está suscrita el PAN, precisamente. 

De hecho, un panista la dirige actualmente: Jorge Moreno Ocejo, ex secretario general y ex senador panista, miembro del Foro Universitario Anticomunista, asociación de la ultraderechista Organización Nacional El Yunque, con la cual está “claramente identificado”, según documentó la revista Proceso en marzo de 2005.

Contrarrevolucionarios cubanos reunidos en Cancún, México, por la OCDA y la Fundación Konrad Adenauer, en junio de 2016. FOTO: ODCA

Una nueva edición de esa conferencia se llevará al cabo los días 2 y 3 de septiembre en la Ciudad de México. Igual vendrán hartos personajes de la disidencia cubana. 

El encuentro está siendo coordinado por la estadounidense National Endowment of Democracy (NED) a través de su funcionario mexicano, Enrique Bravo Escobar. También el Centro Latinoamericano para la No Violencia (CELANV), por supuesto, la KAS, la OCDA y el consorcio de “organizaciones no gubernamentales” CIVICUS, una asociación nada inocente surgida a partir del derrocamiento de Milosevic en Yugoslavia, en el año 2000.

 Desde entonces, esta organización permanece operando con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) —institución fundada por John F. Kennedy en 1961 (plena guerra fría), dependiente del Departamento de Estado de EEUU—, para fabricar las denominadas —y recientemente famosas — “revoluciones de colores”, como la “revolución naranja”, de Ucrania, en 2013; la “revolución de los jazmines” de Túnez, en 2010; o las fallidas “revolución blanca”, en Bielorrusia, o la “revolución verde”, en Irán. Cuba, pues, siempre ha estado dentro de sus objetivos.

Sin duda, México es sede de estos eventos por su ubicación estratégica entre los Estados Unidos y la isla caribeña. 

Algo que por sí mismo debería llamar la atención del presidente Enrique Peña Nieto, pues su gobierno sostiene una estrecha relación bilateral con La Habana, tanto, que en el año 2013, el gobierno mexicano condonó el 70% de la deuda petrolera que Cuba tenía con el país, en lo que fue el relanzamiento y aumento de los acuerdos entre ambos Estados en materia de ciencia, educación, deportes, salud y economía, congelados durante los gobiernos del PAN, de 2000 a 2012.

¿Recuerdas el “comes y te vas” de Vicente Fox a Fidel Castro? Una actitud que se suavizó con Felipe Calderón, sin que mejorara del todo.

 No es casual, entonces, que panistas como Luisa María Calderón —hermana del ex presidente—, haya sido una de las invitadas al encuentro anti-Cuba que organizó la KAS en abril. 

Se trata de una Senadora de la República, cuyo sueldo sale de mis bolsillos, vía impuestos.

 Y como ella, se han sumado otros militantes del PAN como la también senadora Mariana Gómez del Campo, o la secretara de asuntos internacionales del PRI, Lila Abed Ruiz. Han ocupado dinero del Estado mexicano para participar de eventos que van en contra de los acuerdos que el mismo Estado mexicano ha suscrito.

 ¿Es válido eso? No para mí. Y supongo que para el presidente Peña Nieto, tampoco.

La Fundación alemana Konrad Adenauer utiiliza territorio mexicano para entrenar disidentes cubanos


Y surgen otras preguntas.

 Por ejemplo, ¿rinde la Fundación Konrad Adenauer cuentas al Sistema de Administración Tributaria, o al Instituto Nacional de Desarrollo Social, sobre el financiamiento a actividades contrarias a los intereses del Gobierno de México?

 Me importa un bledo la ideología. Si no les gusta la Revolución Cubana, es su problema. 

Y si quieren verla derrocada, dejen que el pueblo cubano decida; negar su capacidad política luego de 121 años de Independencia, sería tratarlos como idiotas. 

Lo que personalmente me llama la atención es que, así como las leyes mexicanas prohíben que los partidos políticos reciban financiamiento de gobiernos extranjeros, ¿quién regula que organizaciones extranjeras radicadas en México organicen, con dinero del exterior, acciones contra la integridad territorial y política de este país? 

Al mismo tiempo, ¿quién se hace cargo de que, con dinero de mis impuestos, senadoras del PAN participen de esos actos?

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