Pablo Gonzalez

Las “maras”, hoy sicarios utilizados por la oligarquía salvadoreña


Las maras no saben de política ni se mezclan en ella.

Como tampoco lucharon con la guerrilla del entonces ilegal FMLN.

  Pero actúan cuando reciben armas y dinero.

La oligarquía salvadoreña utiliza a cientos de esas bandas para derrocar al gobierno del frente Farabundo martí, cuando arrecian los ataques mediáticos contra los gobiernos progresistas del continente latinoamericano

INFORMACIÓN DESDE EL SALVADOR DEL COMPAÑERO de I.U. RICARDO GAYOL

Estimados compañeros y compañeras, saludos.

Como sabéis, aquí en El Salvador se están produciendo unos acontecimientos muy graves, una situación de vuelta al miedo, una campaña de desestabilización orquestada desde los sectores más reaccionarios de la derecha y la oligarquía nacional, con evidente apoyo internacional, utilizando para ello el fenómeno de las maras y ataques a sectores vulnerables y estratégicos del país.

Os comento a continuación mi punto de vista, de acuerdo a lo que estoy viendo y viviendo, y de acuerdo también a los análisis que compartimos con los compañeros y compañeras acá, la mayoría del FMLN.

El lunes pasado, día 27 de julio se inició un paro de las empresas de transporte colectivo en todo el país, afectando sobre todo al corazón del país, que es el Área Metropolitana de San Salvador, con más de 1,8 millón de habitantes; pero también de forma muy importante en el oriente del país (Usulután, San Miguel) y en la región Paracentral (el norte, sobre todo Chalatenango). 

Algo menos en el occidente (Santa Ana, Sonsonate, Ahuachapán, aunque también con elevados niveles de incidencia.


LAS ARMAS LLEGAN A LAS MARAS EN BUENAS CONDICIONES Y GRATUITAMENTE, ASÍ COMO LA MUNICIÓN

Este paro fue provocado por las amenazas de las MARAS, particularmente la llamada Mara 18 Revolucionaria, que puso en marcha una campaña muy dura de atemorización de los conductores de los autobuses de todas las rutas urbanas e interurbanas.

Durante estos días asesinaron a 10 conductores de autobús. Repartieron entre las empresas de transporte colectivo folletos de amenazas, y con el asesinato de los primeros conductores, consiguieron que el sector parara durante 4 días, con distintos niveles de seguimiento, pero llegando a ser de hasta el 90% en todo el país.

En un país tan pequeño y concentrado poblacionalmente como lo es El Salvador, especialmente en las áreas metropolitanas, el sector del transporte colectivo es sumamente vulnerable, ya que más del 80% de la población que se desplaza en algún momento del día y por cualquier motivo (sobre todo por trabajo, pero no sólo) depende de este sector.

La excusa de los “mareros” era la exigencia al gobierno de apertura de negociaciones o diálogo.

 El objetivo, obviamente, era otro, el de desestabilizar, intentando paralizar económica y socialmente al país, y atemorizar, infundir miedo a la población; crear un ambiente de terror, causando un estado de opinión de gran incomodidad, sumamente desfavorable contra el gobierno del FMLN.

El día antes de iniciar esta campaña directa contra el sector, las pandillas quemaron varias unidades de transporte y lanzaron granadas contra el Hotel Sheraton de San Salvador.

Parece que al gobierno, y al propio FMLN, les pilló un poco de sorpresa. 

No tanto la situación de inestabilidad, porque ya venía dándose desde hace tiempo, sino sobre todo la campaña específica contra el sector del transporte público o colectivo. Su reacción el primer día fue algo desorientada.


LA POBREZA Y LA MISERIA QUE GENERÓ LA DICTADURA SALVADOREÑA, HIZO QUE MÁS DE 20 MIL JÓVENES SE UNIERAN EN ESTAS BANDAS Y GRUPOS CONOCIDOS COMO “MARAS” CUYA VIOLENCIA NO DISTINGUE ENTRE PROLETARIADO Y OLIGARQUIA

Y el segundo día reaccionaron desde el gobierno poniendo autobuses y otros medios de vigilancia, todavía algo insuficiente. 

Y no fue hasta el tercer día que salió el presidente del gobierno dando instrucciones a la policía y al ejército para proteger a la población y a los empleados de las empresas transportistas.

En su mensaje a la población, hizo un llamado a la calma, y un mensaje a los partidos políticos para la unidad; afirmó que no iba a haber diálogo con las maras, y dio orden al ministro de defensa a disponer de los efectivos necesarios para hacer frente a la situación, pero únicamente para la protección.

En este punto, hay que aclarar que la salud del presidente Salvador Sánchez, está bastante delicada, y que el jueves, el día después de su alocución a la población (aún en medio de una gran crisis), se fue a Cuba para hacer un chequeo rutinario. 

En lo interno sabemos que este chequeo no era tan rutinario.

Se movilizó el ejército, con 400 efectivos, y varias decenas de unidades de combate (tanquetas), pero únicamente con efecto disuasorio y de protección. 

No se trataba, por supuesto, de combatir a las maras, o de perseguirlas, como exigía una parte de la opinión pública (obviamente eso sería mucho más grave y sumamente peligroso).

Además de estos 400 miembros del ejército, se mantuvieron en prevención otros 600, de los que llegaron a movilizarse 200.

La Policía Nacional Civil, PNC, se implicó de lleno, entre otras razones porque las competencias de tráfico y transporte son de la PNC.

También se movilizó la policía municipal, que aquí es el CAM (Cuerpo de Agentes Municipales).

En muchas zonas céntricas, puntos neurálgicos del transporte, donde acude la población para trabajar, mercados, el centro, etc., se establecieron dispositivos militares y policiales conjuntos, pero de carácter logístico y preventivo (de vigilancia).


EL PROBLEMA DE LAS MARAS NO SE RESUELVE TAN FÁCILMENTE, SOBRE TODO CUANDO LA ALTA BURGUESÍA CONTROLA PARTE DE ESAS BANDAS PARA COMBATIR AL FMLN GENERANDO CAOS Y PÁNICO EN LA POBLACIÓN.

ASESINAR A SANGRE FRÍA A 10 CONDUCTORES DE AUTOBUSES URBANOS NO PUEDE DEFENDERSE DESDE NINGUNA ÓPTICA REVOLUCIONARIA

Resultaba muy llamativo ver en las calles soldados y mandos militares con su atuendo militar, lo cual no se veía desde finales de los años 80, aún con la guerra.

Ahora, hoy domingo día 2 de agosto, parece que la situación se ha “normalizado”, o al menos las rutas de los autobuses ya han vuelto a salir a las calles, aunque también es cierto que la demanda ahora es mucho menor, porque desde ayer comenzaron las fiestas patronales de San Salvador, y el próximo miércoles y jueves son las fiestas nacionales. 

Todo está paralizado.

Sin embargo, la actuación de las maras, y de la propia oligarquía, no han cesado. No se han detenido los asesinatos selectivos, ni las amenazas. 

La última, dirigida por vídeo subido a Youtube contra los familiares de funcionarios y militantes del Frente.

Y precisamente este viernes pasado, anteayer, hubo una reunión de la dirección departamental del FMLN, a la que asistió el Secretario General, Medardo González, en la que dio instrucciones a la militancia para que manejaran el asunto con cautela y redoblaran medidas de seguridad, y al mismo tiempo que transmitieran tranquilidad y normalidad a la población.

Porque según él, por informaciones de inteligencia del propio partido, la situación continúa crítica, las amenazas continúan y ahora se focalizan también contra dirigentes sociales y de la izquierda; pero obviamente no conviene que toda la militancia se sienta atemorizada, ni mucho menos que trascienda a la generalidad de la población.

La mayoría de los compañeros con los que ando están amenazados; ese mismo día, el viernes por la mañana, al compañero con el que voy siempre, que es un cuadro del FMLN, y a la vez un dirigente social, le entregaron una nota escrita en un papel, con una amenaza clara contra él y su familia.

El día de hoy, domingo, que se celebran varias reuniones en distintos puntos del municipio donde estoy en Nejapa (departamento de San Salvador) preparatorias para el próximo Congreso del FMLN, se ha desplegado un cordón policial rodeando la ciudad, para garantizar la seguridad.

En esa reunión departamental del Frente, como digo, Medardo reconoció también que al partido se le escapó el asunto de las amenazas y asesinatos a los conductores y ataques al transporte colectivo, que provocó el paro generalizado del sector, y la consecuente paralización del país durante cuatro días.


LAS MARAS NO SON YA GRUPOS DE JÓVENES MARGINADOS Y DELINCUENTES COMUNES, SINO UN EJÉRCITO AL QUE SE CONTROLA CON LA MISMA FACILIDAD QUE EEUU Y EUROPA A LAS BANDAS TERRORISTAS EN SIRIA (ANTES EN LIBIA) O AL DAESH, AL QAEDA, ETC.

HOY CUENTAN CON ARMAMENTO MODERNO, COMO GRANADAS, FUSILES DE REPETICIÓN Y ASALTO, AK-47 Y EXPLOSIVOS DE TODO TIPO

Sucede que las maras ahora no son sólo los grupos de peligrosos delincuentes organizados, criminales y mafiosos, de una crueldad extrema, pero más o menos distinguibles del resto por su atuendo, por su aspecto, los tatuajes hasta en las pestañas, etc.

Este fenómeno ha trascendido y con mucho cualquier previsión.

 Ha ido mutando, y de ser un fenómeno focalizado, se ha amplliaido a todo el país, ha pasado a ser corredor de la droga en su tránsito por Centroamérica hacia el Norte, con conexiones internacionales con México, Honduras y Guatemala, y con armas muy potentes, que están utilizando contra la población, como granadas, fusiles de asalto AK-47, y munición suficiente para volar lo que sea.

Y ahora, además de su conexión con el narcotráfico, obviamente son el instrumento de la acción violenta de los planes de desestabilización de la oligarquía salvadoreña, en un guión ya muy conocido en Venezuela, Ecuador o Bolivia. Es decir, son los auténticos sicarios de la oligarquía salvadoreña.

Aquí hay que decir que efectivamente el FMLN ha sufrido un golpe duro por parte de las maras.

 En ese proceso de mutación y fortalecimiento de las maras, el Frente no pudo atisbar la que se venía. Por supuesto es que no era nada fácil, sino que era totalmente imprevisible.

En los anteriores gobiernos de la derecha, antes del gobierno de Funes, con el expresidente Francisco Flores (hoy bajo arresto domiciliario desde hace casi un año por corrupción) y Antonio Saca, cuando nació y empezó a proliferar el fenómeno de las maras, para combatirlo pusieron en marcha las políticas de la Mano Dura y la Mano Superdura, que fueron muy criticadas por el FMLN, ya que encubría un ejercicio del poder represivo y totalitario.


LAS MARAS CRECIERON DURANTE LOS GOBIERNOS TOTALITARIOS DE FRANCISCO FLORES Y ANTONIO SACA, MUY AMIGOS DE JOSÉ MARÍA AZNAR….

De hecho, hubo una verdadera cacería de brujas en esa época; todo joven que llevara un tatuaje ya era sospechoso de formar parte de una pandilla o mara.

Con la llegada de Funes por primera vez en un gobierno del FMLN, y en un clima de enfrentamiento entre las maras, que dejaban decenas de muertos civiles en el fuego cruzado, se puso en marcha una política de pacificación y diálogo, promoviendo el entendimiento entre las maras enfrentadas (la M18 y la Salvatrucha fundamentalmente).

Sin embargo, y por desgracia, esta política no dio los resultados esperados, entre otras cosas, porque fue en ese momento cuando estas maras fueron adquiriendo contactos y fortalezas con el narcotráfico internacional (incluso, ojo, con la narcopolítica).

Y aunque muchos dirigentes pandilleros eran encarcelados, el sistema penal fallaba (y sigue fallando) por todas partes, de manera que los cabecillas podían seguir ejerciendo su liderazgo para delinquir desde las mismas prisiones.

El diálogo entre las maras promovido por el gobierno de Funes tuvo unos resultados positivos pero provisionales.

 Durante casi dos años logró reducirse la criminalidad, pero sirvió también para que se fortalecieran organizativamente.

Y obviamente esto está siendo utilizado maniqueamente y de forma oportunista por la derecha, que influye sobre la población creando una opinión generalizada de que el gobierno es inoperante en materia de seguridad, y con ello tratando de legitimar una posible intervención (esto encaja perfectamente con el guión o el manual del “golpe suave” teorizado por Gene Sharp y ensayado tantas veces en Venezuela).

Hoy el fenómeno de las maras es tan presente en toda la sociedad como difuso. 

En todos los municipios, casi todos los cantones y comunidades rurales o barrios urbanos, hay presencia de maras. Familias enteras forman parte de estos grupos criminales. 

Y ya los individuos no son fácilmente reconocibles por su aspecto, cualquiera puede resultar que es un marero criminal.

La población consciente tiene que estar como en tiempos de la guerra, cuidando los comentarios que se hacen, y con quién se comparten los análisis, porque el enemigo está en todas partes, absolutamente infiltrado en toda la sociedad. 

Por eso este enemigo es claro, pero al mismo tiempo difuso, lo que hace que sea muy difícil de combatir.

Hay infiltración de pandilleros en las Fuerzas Armadas Salvadoreñas (FAES), en la Policía Nacional Civil (PNC), y por supuesto en la política. 

De hecho hay muchas evidencias de la conexión de la derecha con las maras, como el trato de privilegio que tienen en muchas municipalidades gobernadas por ARENA, por ejemplo Apopa, uno de los municipios más habitados del Área Metropolitana de San Salvador, ampliamente dominado por la M18, cuyos cabecillas se pasean como Pedro por su casa por el despacho del alcalde.

Hoy en la prensa sale la noticia de la detención de un concejal de Arena por ser miembro de una de estas maras. 

Pero la evidencia más clara es la impunidad con la que son tratados los cabecillas de las maras en el poder judicial, controlado históricamente por Arena, especialmente por la policía que depende directamente de la Fiscalía General del Estado (FGE).


LAS VICTORIAS DEL FMNL EN EL SALVADOR, COMO LAS DEL PSUV EN VENEZUELA, SON DINAMITADAS POR MEDIO DE GUARIMBAS MUCHO MÁS SANGRIENTAS QUE LAS HABIDAS EN CARACAS Y OTRAS POBLACIONES

A primeros del pasado mes de julio se produjo en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala una reunión de dirigentes del partido Arena a la que asistieron también sus correligionarios de Guatemala y Honduras, en la que afinaron un plan de desestabilización contra el gobierno del FMLN, mediante una campaña permanente “para evitar un tercer gobierno del Frente”, e incluso provocar el derrocamiento del actual.

Esta información trascendió en varios medios de comunicación salvadoreños el 4 de julio pasado, y hacía referencia al propósito de la extrema derecha nacional y regional de atacar los proyectos gubernamentales como el sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador, SITRAMSS, como efectivamente fue el caso varias semanas después, con esta campaña contra el sector del transporte colectivo de pasajeros.

De hecho, la práctica injerencista externa no se limita al ámbito de la mal llamada “cooperación”; también la diplomacia juega su papel, con intervenciones de descarada intromisión protagonizadas por las embajadas de Estados Unidos, Alemania, y cómo no, de España.

La estrategia de boicot y bloqueo político contra el gobierno del FMLN tiene por su parte su expresión en el frente legislativo de Arena.

Desde su bancada, por ejemplo, han promovido una movilización de militares que se presentaron uniformados y armados en las proximidades de la Asamblea para exigir al gobierno el pago de un bono que había sido propuesto por los diputados de Arena, aún a sabiendas de que no había posibilidades.

A través de los medios de comunicación cercanos a la derecha, que son los más poderosos, instigaron a los militares para reclamar el pago de “horas extra”, cosa insólita en la profesión militar.

Y el resultado fue un conato de alzamiento de un pequeño sector del ejército, formado por soldados, que afortunadamente no prosperó, y culminó con su arresto y acusaciones de sedición.

En el frente judicial, la derecha juega también un papel trascendental, por el control absoluto que ostenta sobre este poder, especialmente en el Tribunal Constitucional, y la propia Fiscalía General de la República, que debería ser el órgano judicial más próximo al Estado y por lo tanto al ejecutivo.

Prueba de ello es que el Tribunal Constitucional ha bloqueado una solicitud de préstamo que había sido aprobado por la Asamblea Legislativa, cuyos fondos debían destinarse al fortalecimiento de la política de seguridad, con incrementos salariales a los agentes de la policía, y la adquisición de material y equipamiento para la lucha contra el terrorismo de las maras.

Llama la atención que mientras la derecha bloquea esta iniciativa tan importante a través del Tribunal Constitucional, por otra parte promueve en la misma Asamblea un bono fantasma para los militares.


LA SALUD DEL VETERANO LUCHADOR Y HOY PRESIDENTE, SALVADOR SÁNCHEZ CERÉN, SE HA RESENTIDO Y ESTOS DÍAS ESTÁ SIENDO TRATADO EN UN HOSPITAL DE LA HABANA

En definitiva, este financiamiento para la política de seguridad, tan necesario, está bloqueado en el Constitucional, sin visos de resolverse próximamente.

En el frente mediático, obviamente, la derecha impulsa su campaña de intoxicación en la opinión pública, mostrando no sólo un país caótico y sumido en la violencia, en el que las maras organizadas imponen su ley, sino mostrando también una supuesta debilidad del gobierno para hacer frente a esta lacra.

Lo cierto es que la ofensiva criminal arrecia, no hay día que no se produzcan asesinatos. Los titulares de los grandes medios como La Prensa Gráfica o El Diario de Hoy son siempre referidos a este fenómeno.

Este día, domingo 2 de agosto, el diario La Prensa Gráfica publica en portada a una columna el siguiente titular: “Niña de seis años fallece tras ataque en una fiesta.

 Pandilleros dispararon contra dos hermanos que también perecieron, en Cuscatlán. Cinco homicidios hubo en Sonsonate”.

Ayer en Nejapa, aquí donde me encuentro ahora, asesinaron a una muchacha de 21 años, madre de un bebé de 17 meses, cuando circulaba como cada día con su bicicleta para vender pan. 

Ella era la única testigo del asesinato de Fito, compañero del FMLN de la comunidad Barbarrubia de este municipio. 

Y como estos, se están produciendo decenas de asesinatos.

También ayer, en Apopa, donde las maras campan a sus anchas, fueron asesinados dos chicos menores de edad, pertenecientes a la Mesa de la Juventud. 

Cualquier forma de organización social o política es para las maras un objetivo criminal.

Como lo es también quienes reciben órdenes de ejecutar alguna acción y se niegan a cumplirlas, como el caso de tres hermanos de San Salvador, de entre 14 y 17 años, y su tío, que fueron ultimados a balazos en Usulután a finales del pasado mes de mayo por incumplir una misión que consistía en asesinar a un conductor de autobús.

 O de los dos hermanos y su tío también asesinados en Panchimalco por similares razones a mediados de junio pasado.

La tasa de homicidios en El Salvador es de 69 por cada cien mil habitantes con 20 muertes diarias; en España, con 47 millones de habitantes, esta tasa es de 1 homicidio por cada cien mil habitantes, según datos del Banco Mundial.

Pero si España tuviera la misma tasa de homicidios que El Salvador, morirían más de 31.700 personas asesinadas al año, frente a los 460 asesinatos que se producen en ese período de tiempo.

Y si trasladamos este cálculo a Estados Unidos, con una población de más de 317 millones de habitantes, obtendríamos la friolera cifra de más de 218 mil personas asesinadas en un solo año.

Hoy más que nunca es necesaria la solidaridad internacional, o mejor dicho, el internacionalismo solidario, para defender la legalidad, la legitimidad y la democracia de los gobiernos como los de El Salvador, Ecuador, Bolivia o Venezuela que viven amenazados y permanentemente acosados por la única razón de no ceñirse a los mandamientos del imperialismo neoliberal y de sus respectivas oligarquías.

Desde San Salvador, El Salvador, Ricardo Gayol Rguez.

Responsable Área Paz y Solidaridad (Izquierda Unida, Toledo Provincial)

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