En los años 1950 durante la Guerra Fría, EE.UU. planeó desplegar armas nucleares en su base área de Islandia sin notificar a Reikiavik sus propósitos, según documentos secretos del Gobierno norteamericano desclasificados por los Archivos de Seguridad Nacional estadounidense.
De acuerdo con los documentos, Islandia exigía garantías a Washington de que no desplegaría arsenal nuclear en la base aérea de Keflavík, al sur de la capital islandesa.
Sin embargo, el Departamento de Estado consideraba que este tipo de garantías beneficiarían únicamente a la Unión Soviética en detrimento de EE.UU.
Por este motivo el Pentágono continuó trabajando en los planes para almacenar armas nucleares en Keflavík, que se encuentra a unos 3.000 kilómetros de Moscú, una distancia dentro del alcance de los bombarderos B-58 Hustler y B-52.
Cuando el Gobierno islandés se enteró de los planes estadounidenses, amenazó con retirarse de la OTAN si llegaba a encontrar armas nucleares almacenadas en su territorio.
Únicamente después de este ultimátum, Washington admitió que el despliegue secreto de arsenal nuclear en el país europeo tendría más desventajas que ventajas y desistió de sus planes.