El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció que la agencia norteamericana revende el 50% de la droga que incauta y utiliza el dinero para financiar operaciones ilícitas.
A pesar de estas acusaciones, el Gobierno argentino firma acuerdos de cooperación. Opina: Stella Calloni.
El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, denunció a través de un comunicado de prensa que la agencia antinarcóticos de Estados Unidos, la DEA, “se quedaba con el 50 por ciento de la cocaína” que incautó en Bolivia para financiar actividades ilícitas.
Según señaló la cadena de noticias TeleSUR: “El mandatario boliviano explicó que agentes de la DEA aceptaron que ganancias de las incautaciones eran utilizadas para pagar bonos a las autoridades y a los agentes encubiertos”.
Morales ya había señalado en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) que Estados Unidos “creó, con el problema de las drogas, la excusa mañosa para aplicar una lógica imperialista de control de las fuerzas policiales y las Fuerzas Armadas de la región, para interferir en la administración de los Estados”.
“El Imperio ha utilizado esta guerra hipócrita para inducir una estrategia militar y geopolítica intervencionista en las zonas ricas de recursos naturales, para el control y saqueo de los mismos.
Donde está instalada la DEA y las bases militares de Estados Unidos, crece el narcotráfico, la delincuencia, los gobiernos privatizadores, los sistemas judiciales y policíacos de la narcocorrupción, la riqueza ilegal, las élites millonarias corruptas servibles y funcionales al imperio”, agregó.
Por todo ello, el presidente Morales propuso “disolver la DEA, cerrar las bases militares norteamericanas, acabar con las certificaciones unilaterales, acabar con el intervencionismo y aprobar una resolución para terminar de una vez con el secreto bancario”.
La periodista e investigadora Stella Calloni señaló: “La DEA ha sido denunciada hasta por sus ex agentes.
En los años ochenta se descubrió que había un laboratorio en Huanchaca, Bolivia, desde donde la DEA enviaba la droga al Comando Sur, luego iba a Miami y retornaba el dinero, que servía para financiar la compra de armas para la contra nicaragüense, ese grupo de mercenarios que atacaba a la revolución sandinista”.
“Es importante señalar que ese laboratorio en Huanchaca fue descubierto por el científico boliviano Noel Kempff Mercado, quien luego murió asesinado por los narcotraficantes”, afirmó la investigadora.
Calloni, autora del libro Evo en la mira: la CIA y la DEA en Bolivia, aseguró: “Esta institución tenía casas de torturas y siempre peleó por apropiarse de todo el negocio de la droga. Es evidente que no pretenden combatir el narcotráfico, sino tenerlo bajo su control. Todos sabemos que se trata de un negocio de millones y millones de dólares”.
Por último, Calloni señaló: “Evo expulso a la DEA y, en Bolivia, la producción de droga se redujo. En el otro extremo está Colombia, que tiene siete bases militares de Estados Unidos en su territorio, tiene a la DEA actuando libremente ahí, y la producción de droga en ese país crece cada año”.
Argentina en manos de la DEA
Mientras que Bolivia se aleja cada vez más de la influencia de la DEA, el Gobierno argentino se acerca a esta institución.
Recientemente, una delegación del Ministerio de Seguridad encabezada por la titular de la cartera, Patricia Bullrich, el secretario, Eugenio Burzaco, y el director nacional de Cooperación Regional e Internacional del Ministerio, Gastón Schulmesister, realizaron una visita a la DEA y el FBI en Washington, con el fin de comenzar con las conversaciones para firmar acuerdos de colaboración.
En este sentido, en una entrevista publicada en Contexto y titulada “Para combatir el narcotráfico no hay peor cosa que obedecer a la DEA”, el ex diputado nacional Carlos Raimundi señaló: “Otra de las señales claras del cambio de eje del nuevo Gobierno argentino es el decreto de emergencia en materia de seguridad.
Al permitir la injerencia de las fuerzas armadas en temas de seguridad interna y con la Ley de derribos, lo que hace es, con la excusa de combatir al narcotráfico, volver a situar al país en la esfera de la DEA.
Está claro que la DEA es un mecanismo de control del ‘patio trasero’, no de combate al narcotráfico. Esto es ingresar en un nuevo eje geopolítico, no es priorizar el combate contra el narcotráfico, porque para combatir el narcotráfico no hay peor cosa que obedecer a la DEA”.
En la provincia de Buenos Aires también
Un dato no menor es la denuncia que realizó el diario Página/12, en un artículo titulado “Un policía bien relacionado con la DEA”.
El texto señala que el recientemente designado jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, “era el nombre bendecido por la embajada de Estados Unidos para conducir la Federal. De estrechos lazos con la DEA”.
Cabe recordar que el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, confesó que el nombramiento de Pablo Bressi como jefe de la Policía bonaerense fue por una recomendación de la embajada de Estados Unidos.
El narcotráfico es un problema mundial. Entregarse a las manos de una institución que parece querer monopolizarlo en lugar de combatirlo puede transformarse en un problema irreversible.