Una brutal tradición que continúa.
La sangrienta matanza de hasta medio centenar ballenas ha vuelto a producirse este año después de que los cetáceos fueran remolcados hacia las costas de las islas Feroe (Dinamarca), archipiélago situado entre Noruega e Islandia en el Atlántico Norte, informa el diario 'Express'.
La tradición, llamada Grindadráp, reúne anualmente a los residentes de las islas Feroe con motivo de la llegada a sus costas de las ballenas piloto (Globicephala) en los meses de julio y agosto.
Los cetáceos son rodeados con lanchas y empujados hacia las playas, donde la población acaba con ellos con lanzas y machetes.
Esta tradición se ha mantenido desde hace siglos y ha generado fuertes protestas de grupos defensores de los derechos de los animales.
Aunque la caza de ballenas está prohibida en la Unión Europea, Copenhague ha optado por proteger esta polémica tradición en esas remotas islas del Atlántico Norte.
Además, el archipiélago es un país autónomo del Reino de Dinamarca que no pertenece a la Unión Europea.
"El calvario ha comenzado esta mañana cuando residentes vieron una manada de entre 100-150 ballenas piloto que pasaban por Svínoy (una de las más pequeñas islas de un archipiélago compuesto de 18).
Posteriormente, varios barcos se han dirigido al grupo de ballenas a unos 11 kilómetros de Hvannasund (municipio situado al norte de las islas), desde donde las ballenas han sido arrastradas con fuerza hastas la playa y sacrificadas", constata un comunicado del pasado 6 de julio de Sea Shepherd, un grupo activista global opuesto a la caza desde principios de 1980.
El colectivo ha calificado la última matanza de "una atrocidad".
"Los medios de comunicación de las islas Feroe han confirmado la muerte de 30 y 50 ballenas piloto", informan desde Sea Sepherd.
y