Tres corporaciones multinacionales se llevan el petróleo chadiano a través de 1.000 kilómetros de tubería tras haber despojado de sus tierras a los campesinos de la única región fértil del país.
Dicho saqueo se perpetra a través de un oleoducto que ha sido el proyecto más caro financiado en África por el Banco Mundial, que no ha creado puestos de trabajo y que sólo rinde beneficios a las empresas extranjeras.
El Chad se empobrece al mismo ritmo que grandes empresas extranjeras le arrancan las riquezas naturales de las entrañas.
Desde que empezaron los trabajos de exploración del petróleo en 1999, ha descendido varios puestos en esa lista oficial de los miserables que es la estadística de las naciones más atrasadas del mundo elaborada por la ONU.
Pese a que dispone de una reserva de 1.000 millones de barriles y exporta 220.000 diarios, sus datos son aterradores: la mayoría de la población se mantiene con 60 céntimos de euro al día, su expectativa de vida se limita a cuarenta y tres años, sólo el 1por 100 conoce la electricidad... y fuera de esas cuentas quedan cientos de miles de desplazados y refugiados.
Las frías cifras de la colosal injusticia y saqueo perpetrados en El Chad por el imperialismo y sus corporaciones multinacionales son repugnantes.
El Banco Mundial -que Jean Ziegler califica, cargado de razones, como un sicario del capital internacional- trató de imponer a las corporaciones petroleras que el 5 por 100 de su expolio quedara en Chad para beneficiar a la población local, pero acabó desistiendo. Que roben en paz.
La impunidad del latrocinio se extiende a la expropiación y desalojo de gran parte de las pocas tierras fértiles del país y a la contaminación de sus escasas reservas de agua potable.
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Publicado por Odio de Clase