«El imperialismo dijo Lenin, es la:
«Época en la que, de acuerdo con la conclusión general de los marxistas, las condiciones objetivas para la destrucción del capitalismo están maduras». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La marca rusa de Südekum, 1915)
De importancia crucial fue en estas circunstancias, el papel del factor subjetivo, que Lenin examinó a fondo.
En su libro: «¿Qué hacer?» de 1902, y en muchos otros de sus escritos, explicó científicamente la necesidad y la importancia de la teoría y el partido de la clase obrera, señalando enfáticamente que sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario, y que sólo un partido pertrechado de ella, puede desempeñar el papel de vanguardia.
Lenin elaboró el papel del factor subjetivo en la lucha vigorosa de los adversarios ideológicos del marxismo.
Esto se veía en el desarrollo de la sociedad como un simple proceso de evolución espontánea que se desarrolló sin intervención externa.
Ellos argumentaban que el socialismo se establecería de manera gradual y espontánea como consecuencia natural del desarrollo económico, sin lucha de clases, sin revolución socialista, sin la dictadura del proletariado, sin guía del partido marxista.
Es mérito histórico de Lenin el haber desenmascarado y pulverizado el oportunismo de los traidores II Internacional. Lenin descubrió por primera vez en la historia en el pensamiento marxista las raíces ideológicas del oportunismo.
Demostró que el oportunismo emerge cuando el economicismo y la espontaneidad se predican en el movimiento revolucionario de la clase obrera.
Lenin también libró una lucha resuelta contra el subjetivismo y el voluntarismo de los pequeños burgueses y los ideólogos populistas, sindicalistas, trotskistas y oportunistas de «izquierda» oportunistas que negaban el papel y la importancia de las condiciones objetivas, y de hecho basaban todo en la voluntad y la conciencia de las personas.
En las condiciones actuales, el factor objetivo y el factor subjetivo se plantea como una cuestión en la que existen grandes distorsiones en la teoría y la práctica que suman cuantiosos daños al movimiento revolucionario:
«Actualmente se han reanimado diversas teorías que predican la espontaneidad en el movimiento revolucionario, que menoscaban el papel del factor consciente, que niegan el papel de la teoría y del partido del proletariado». (Enver Hoxha; Informe en el VIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1971)
Los revisionistas modernos con los soviéticos a su cabeza, en base a sus predecesores –los oportunistas de la II Internacional– predican la teoría de las fuerzas productivas, el economicismo y el reformismo.
Ellos tratan de demostrar que el socialismo crece en el capitalismo actual: que la clase obrera podría transitar al socialismo dentro del orden burgués, que podría a través de reformas, de forma pacífica, darse una evolución al socialismo, que la lucha por el socialismo podría dirigirla un partido no proletario, que el socialismo podría ser construido sobre la base de otra ideología «socialista» no marxista-leninista.
Otros ideólogos de la «nueva izquierda» en Latinoamérica y Europa van aún más lejos. Ellos argumentan que sería necesario traer la conciencia socialista en la clase obrera y las masas trabajadoras.
Pensarían hacer esto en base a que el papel de vanguardia podría ser jugado por una «minoría activa» que aparecería como «fermento» de la revolución. Afirman que la conciencia y la organización surgen espontáneamente en la batalla.
Rechazan la necesidad de un partido de vanguardia, su rol y los principios leninistas en los que se estructura».
(Foto Çami; Los factores objetivos y subjetivos de la revolución, 1973)
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