Lejos de Lviv, donde se formó y donde la División también cuenta con un monumento bien cuidado y frecuentemente visitado en uno de los cementerios locales, las huellas de los últimos pasos de los soldados ucranianos que lucharon del lado de la Alemania nazi aún pueden seguirse enlos últimos lugares en los que combatieron antes de la rendición.
El cambio final de denominación de la original Division Galicia, y su conversión formal en Ejército Nacional Ucraniano (UNA), no sólo sirvió para evitar que sus miembros fueran deportados a la Unión Soviética.
Ese cambio de nombre ha hecho posible que, en lugares como Austria, se hayan mantenido hasta la actualidad monumentos en recuerdo a lo que, en realidad, fue una división de las SS. Junto a otros recuerdos del pasado hitleriano, configura una ruta, no del todo encubierta, de homenaje a las fuerzas militares de la Alemania nazi.
Es llamativo que esa ruta se centre en lo que fue la línea del frente mantenida por la División ucraniana, entre Feldbach y Bad Gleichenberg. La Cruz Negra austriaca se encarga de mantener ese recuerdo.
Feldbach
Como se describe de forma precisa y detallada en el blog AK Hinterland, la presencia de la División ucraniana de las SS en la zona de Feldbach está acreditada por distintos monumentos o placas conmemorativas.
Uno de ellos es una piedra monumental dedicada a la UNA. Se encuentra en el espacio conmemorativo dedicado a los héroes caídos (Heldengedenkstätte) situado al lado del parking de la iglesia principal de la ciudad. Se accede a él por la Franz-Josef Strasse, justo al final de la plaza central de Feldbach (Hauptplatz). Llama la atención que se levante en pie de igualdad con los demás monumentos conmemorativos de las grandes guerras austro-alemanas, la de 1918 y la de 1945.
Algo similar ocurre con la capilla anexa a la iglesia principal por la que se accede a esta en la actualidad. En esa capilla están recogidos en distintas placas monumentales los nombres de muertos de las dos guerras mundiales (Heldengedächtnisstätte). En la esquina a la izquierda de la puerta de entrada, la más monumental de las placas presentes en la capilla es el emblema de la División Galizia y del Ejército Nacional Ucraniano, el león que también representa a la zona de Lviv.
El tercer monumento está en el Soldatenshof [Cementerio Militar] de Mühldorf bei Feldbach en el que yacen los muertos de las dos últimas guerras procedentes de la zona. Pasada la entrada, a la derecha, se conmemora, en alfabeto cirílico y latino, a los muertos de la UNA.
A su lado, en el largo montículo en el que consiste el cementerio, están las tumbas de los soldados alemanes de la Segunda Guerra Mundial, muchos de ellos soldados desconocidos. Entre los nombres alemanes o austriacos hay también apellidos ucranianos como Poroschenko.
En la esquina más alta del cementerio militar, a la derecha y por completo separado del resto, en casi completa oposición al monumento ucraniano colocado a la izquierda de la entrada, se encuentra una pequeña placa dedicada a los ciudadanos de Rusia muertos entre 1939 y 1945.
La placa procede de otro cementerio de la región en el que hoy sólo quedan dos lápidas.
A diferencia de la descuidada y esquinada placa que recuerda a los “rusos” (ni siquiera algo menos genérico como soldados rusos) en el Soldatenfriedhof de Mühldorf, los tres monumentos dedicados al Ejército Nacional Ucraniano están perfectamente mantenidos.
En particular, las letras doradas del que puede verse en la iglesia parroquial de Feldbach se mantienen en perfecto estado tras su última restauración.
Todos los monumentos esconden que la división actuó como unidad de las Waffen SS, escudándose convenientemente en una denominación, la de Ejército Nacional Ucraniano, bajo la que la unidad solo operó en las últimas dos semanas de guerra. Todos ellos utilizan además la enseña original de esta unidad de las SS, algo que, en teoría, es ilegal en Austria.
Feldbach y su zona, en particular Gniebing, constituye un lugar de atracción para los herederos directos e indirectos del nazismo, sus admiradores. Un monumento dedicado a los paracaidistas que invadieron Creta, constituye un punto anual de reunión de la extrema derecha austriaca. De estética completamente nazi, tanto por su diseño como por las dedicatorias de las placas conmemorativas, está presidido por un águila vigilante y exterminadora.
Bad Gleichenberg, Trautmannsdorf y Gnas
En Bad Gleichenberg, el principal punto de combate de la División ucraniana, el monumento erigido en su nombre está muy alejado del centro. Se sitúa a la izquierda de la entrada al cementerio general de la localidad, al lado de la carretera principal y de la que lleva a Traumanndorf. Ahí una placa agradece el papel de la UNA en la zona.
A pocos kilómetros, en la parte destinada a los soldados fallecidos en la Segunda Guerra Mundial de Trautmanndorf, otro monumento recuerda a los miembros de la UNA fallecidos en combate.
Este monumento fue levantado a iniciativa de los antiguos miembros de la División ubicados en Gran Bretaña.
En una zona paralela, destinada a la población judía, están presentes tres tumbas. Una de ellas recuerda a la población judía asesinada en la zona, en lo que parece ser una fosa común.
Es posible que se trate de parte de la mano de obra judía esclava que trabajaba en la zona, compuesta en su mayoría por personas deportadas de Hungría.
En Gnas, muy cerca de Trautmannsdorf, otra placa de la Österreicher Schwarz Kreuz recuerda en su cementerio civil al soldado desconocido. Además de soldados alemanes, en la placa aparecen también algunos miembros de la División Galicia.
Siguiendo en dirección a Völkermarkt, en Sankt Stefan un pequeño edificio-crucero recuerda a los muertos en las grandes guerras, entre ellos a miembros de la División Galicia.
El contraste con el olvido de la lucha partisana: De Völkermarkt a Bad Eisenkappel y Klagenfurt
En Völkermarkt también hay puntos que recuerdan el paso de las fuerzas ucranianas de la Alemania nazi. Esta localidad se convirtió, en los meses finales de la Segunda Guerra Mundial, en lugar de concentración del mando de las tropas alemanas que trataban de hacer frente a los partisanos, junto a sus colaboradores “internacionales”, entre ellos los dirigentes de las fuerzas de la Galizien Division ucraniana.
Ahí se ubicarían Fritz Freitag, el comandante de la División ucraniana y Pavlo Sandruk, máximo líder militar ucraniano, además de los mandos de las fuerzas cosacas rusas que colaboraban con Hitler. Estaban alojados en lo que era entonces el único hotel de la ciudad, en una zona algo retirada de la plaza principal de la ciudad.
La visita a Völkermarkt revela por qué se trata del lugar ideal para cumplir esta función de punto de reunión de los cuarteles generales de las fuerzas militares alemanas en la zona cercana a Estiria. Por una parte, está suficientemente alejado del frente y, por otro, ante cualquier posible avance de los partisanos llegados de las montañas controladas por las fuerzas de Tito, se encuentra protegida por el río Drau.
La acción partisana resultaba importante unos cuantos kilómetros más lejos, en especial en torno a la localidad de Bad Eisenkappel. Cerca de ahí, los soldados nazis cometerían una de sus últimas masacres contra la población eslovena vinculada a la resistencia, el asesinato de once personas en lo que hoy es la casa en la que está enclavado el Museo Pearsman.
La casa memorial está situada en el valle de Lepena (Leppen en alemán) en el que se encontraba uno de los búnkeres de los partisanos. Cerca de ahí, en el valle paralelo de Lobning, se encontraba la casa de la partisana Zala, retratada en el libro Partisanas. Un libro que ayuda a entender la sensación de opresión que sentía la población eslovena en esta zona de Austria germanizada por la fuerza.
Al lado del Museo Pearsman, un memorial recuerda la lucha de los partisanos en esta zona de población mixta, alemana y eslovena, hoy parte de Austria. Erigido inicialmente en Sankt Ruperth, cerca de Völkermarkt, el memorial tuvo que ser trasladado a Lepena tras sufrir un ataque terrorista que lo destruyó en gran parte.
No es precisamente Estiria el mejor lugar para buscar un recuerdo agradecido a quienes lucharon contra el nazismo.
Pero tampoco lo es Carintia. En Klagenfurt, sus autoridades federales han levantado una placa de denuncia de los crímenes de los partisanos. Quienes traten de buscarlo no podrán encontrar un memorial equivalente de denuncia de los cometidos por las fuerzas que apoyaron a la Alemania nazi.
Sankt Andrä
También en Carintia, a unos 100 kilómetros al norte de Klagenfurt, se encuentra Tamsweg, la localidad a la que llegó el núcleo principal de la División ucraniana, junto a sus mandos alemanes, para entregarse ante las fuerzas británicas.
A unos 3 kilómetros de la localidad, el cementerio de Sankt Andrä acoge la tumba del que fue comandante de la División, y paradójicamente, el personaje probablemente más crítico con la actitud de los ucranianos durante la guerra, Fritz Freitag, que comandó la División desde noviembre de 1943 hasta su rendición en mayo de 1945.
Escondida en la parte trasera de la iglesia parroquial, la losa de Freitag se encuentra alejada de las demás tumbas, todo da a entender que por su condición de suicida.
El tiesto de flores secas colocado sobre la lápida por la Österreicher Schrwarzer Kreuz ocultaba el nombre de Fritz Freitag. En una cinta con los colores de la bandera austriaca se podía leer: Im Treuer Gedenken.
Spittal an der Drau
Al sur, a unos 60 kilómetros en dirección hacia Italia o Eslovenia, la localidad de Spittal an der Drau acogió finalmente a los miembros de la División ucraniana antes de su envío al campo británico de Rimini. Ahí puede visitarse la zona del Lager, el antiguo campo nazi para prisioneros de guerra.
Este campo se convirtió tras el final de la guerra en un Centro de Deportados, un eufemismo para ocultar la concentración de colaboradores del nazismo e incluso de fuerzas de su ejército, en particular los miembros de la Division ucraniana de las SS.
En el cuartel Turk, una lápida colocada recientemente por el Ejército austriaco recuerda el pasado del Lager. La barraca nº18 del actual cuartel también parece sacada de las fotos de la época nazi.
Del cuartel sale en cualquier caso la Lagerstrasse, el lugar en el que se encontraba este centro en el que fueron detenidos muchos miembros del Ejército Rojo.
Siguiendo en dirección sur la carretera al barrio de Aich, pasado el mismo, se llega a una zona rural de Spittal, cerca del río. Ahí, rodeado de una pequeña valla, se encuentra el monumento erigido a los alrededores de 4.000 soldados rusos (la versión rusa precisa que se trata de soldados del Ejército Soviético) y civiles que ahí yacen, víctimas del Lager de Spittal.
Aunque deteriorado por el tiempo y la falta de cuidados, el monolito ha mantenido su estrella roja.
En la parte inferior se puede observar una pequeña placa en alemán y otra, algo más grande, en ruso.
Como otros monumentos soviéticos de homenaje a los soldados y civiles caídos en la guerra, el texto de la placa promete recuerdo eterno para los allí enterrados, aunque el lugar da una imagen de abandono y olvido.
Aparte de la pequeña rama de olivo que dejamos a nuestro paso, y de un recipiente de cristal para colocar unas velas, sólo hacen compañía al monumento dos estampas religiosas ortodoxas escritas en cirílico y un pequeño ángel de juguete.
En la ciudad, ni siquiera las empleadas de la oficina de turismo son capaces de indicar dónde se encuentra el monumento.
Quienes sostienen que es preciso conocer la historia para no volver a repetirla saldrán defraudados de un viaje por estas zonas de Austria en las que las simpatías por el nazismo resultan, como en Ucrania, más que evidentes.
Sólo que, a diferencia del país de Bandera, se trata de un sentimiento que no se puede expresar públicamente.
Salvo en algunos días señalados como el que acoge las ofrendas florales ante monumentos como el dedicado a las fuerzas paracaidistas nazis de Gniebing.