El ex presidente de Uruguay sale en defensa del secretario general del “Ministerio de Colonias de los Estados Unidos”
Justo en el momento más delicado y peligroso para el proceso bolivariano, cuando la campaña mediática contra Venezuela es más virulenta, cuando parece que las fuerzas del imperialismo, de dentro y de fuera, consideran llegado el momento de asestar el golpe definitivo, el ex presidente de Uruguay José Mujica ha lanzado una inclemente diatriba contra el presidente Nicolás Maduro.
“Está loco como una cabra”- manifestó Mujica ante las cámaras de televisión de su país refiriéndose a Maduro, para defender al actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro.
De esta manera, el uruguayo respondió a la denuncia que el presidente venezolano realizó en relación a Almagro -quien fuera Ministro de Exteriores del gobierno de José Mujica – al que acusó de ser un agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
“Almagro es un traidor hace tiempo. Un día contaré su historia. Yo se lo dije a Pepe en su momento. Fue una jugada maestra que hicieron los gringos, la CIA, con un agente”-declaró Maduro.
A propósito de la denuncia del presidente venezolano resulta preciso recordar que la mayoría de los 35 Estados Miembros de la OEA reconocen que el organismo que preside Luis Almagro sigue ejerciendo como “Ministerio de Colonias de los Estados Unidos”, por su probado papel como instrumento en favor de los intereses de Washington en la región.
No puede sorprender, pues, que, coincidiendo con la ofensiva coordinada que pretende acabar con el proyecto chavista, Almagro cuestionara públicamente que en Venezuela haya una auténtica democracia.
” Mujica ha transmitido a los medios su explícito distanciamiento de la izquierda revolucionaria y la idea de que que el capitalismo puede funcionar, si quienes lo gestionan son políticos honrados”
A la campaña orquestada contra el gobierno bolivariano, no obstante, le faltaba un elemento particularmente oportuno para terminar de convencer a la opinión pública internacional de la supuesta necesidad de impulsar “un cambio de régimen” en el país latinoamericano. La descalificación de la figura del presidente venezolano por parte de un“referente” de la llamada “izquierda progresista” o “moderada”.
Y esta ha sido, justamente, la contribución del ex presidente de Uruguay a los planes desestabilizadores orquestados contra Venezuela. Al unísono, y de manera casi inmediata, todos los medios que se esfuerzan por derrotar el proyecto iniciado por Hugo Chávez destacaron en sus portadas las palabras de Mujica para reforzar sus mensajes.
Aunque seguramente muchos se habrán sorprendido por la conducta de “Pepe”, lo cierto es que ésta es perfectamente coherente con la trayectoria política recorrida en la última etapa de su vida por el ex tupamaro.
Además de garantizar en su país la consolidación del modelo neoliberal, favoreciendo los intereses de las grandes transnacionales, el contenido de las reiteradas declaraciones de Mujica a los mismos medios de comunicación que atacaban inmisericordemente a Hugo Chávez permiten entender por qué éstos han sido tan benevolentes con el uruguayo.
Envuelto en el paquete de la imagen de Mujica que los medios se han encargado de amplificar, la del presidente austero, sencillo y “del pueblo”, éste ha transmitido su rechazo a la tradición de lucha de la izquierda revolucionaria, su explícito distanciamiento del proceso bolivariano o su reconocimiento de la “economía de mercado” como la única que se podría implementar.
La idea, en suma, de que el capitalismo puede funcionar, si quienes lo gestionan son políticos honrados.
“Las manifestaciones contrarrevolucionarias de Mujica han sido recibidas casi siempre con el más absoluto de los silencios por parte de la izquierda real. Un grave error que, como casi siempre sucede en política, podría acabar pasando factura cuando ya no pueda remediarse”
Este valioso servicio prestado a los dueños del Planeta explica por qué hasta la cabeza visible del Imperio, el presidente de EE.UU. Barack Obama, ha valorado públicamente la “extraordinaria credibilidad en lo que se refiere a asuntos de democracia y derechos humanos” de José Mujica, presentándolo como a un “un líder en esos asuntos en todo el hemisferio”.
En el vídeo que adjuntamos a continuación, se recogen solamente tres declaraciones deMujica que justifican el trato preferencial y amistoso que las grandes compañías dedicadas a reproducir la ideología dominante le suelen dispensar.
En la primera de ellas, el ex presidente uruguayo hace una apología de los modelos sueco o noruego como ejemplos de “socialismo”, alejándose de las experiencias que, con mayor o menor fortuna, sí pretendieron superar el capitalismo para construir otro tipo de sociedad.
Una toma de partido especialmente grave cuando se realiza desde la periferia del sistema cuyo expolio y super explotación sufragó el “bienestar” de unos pocos países de Occidente.
En un segundo momento, en una entrevista en la cadena de televisión española La Sexta, Mujica afirma que en su juventud “apoyó a la revolución cubana”, para aclarar de inmediato que hoy, sin embargo, “ya no cree en la dictadura del proletariado”
Finalmente, otra vez en la CNN, complementa este distanciamiento explícito del modelo cubano con una definitiva loa a la “democracia burguesa”, citando nada más y nada menos que al racista ultraconservador Winston Churchill.
Estas y otras manifestaciones contrarrevolucionarias de Mujica, que sin dudas contribuyen a la confusión y a provocar el descrédito de los procesos políticos latinoamericanos y los ideales verdaderamente emancipadores, han sido recibidas casi siempre con el más absoluto de los silencios por parte de la izquierda real.
Un grave error que, como casi siempre sucede en política, podría acabar pasando factura cuando ya no pueda remediarse.
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