Un turco de 27 años que trabajaba en la limpieza en el campo de refugiados Nizip, ubicado en la provincia Gaziantep, Turquía, está acusado de haber violado y acosado sistemáticamente a niños sirios a lo largo de cuatro meses, reportan medios locales.
Al principio, él acarició varias partes de mi cuerpo, luego procedió a tocarme los genitales
El presunto agresor, que se enfrenta a una posible pena de 230 años de prisión, está acusado de haber abusado sexualmente de unos 30 niños sirios de entre 8 y 14 años, entre junio y septiembre de 2015.
Sin embargo, Sputnik indica que solo 8 niños de los 30 contaron a sus padres sobre el acoso sexual sufrido en Nizip.
El delincuente ―identificado por el tribunal como E.E.― es un ciudadano turco procedente de la provincia de Sanliurfa.
Su acusación está caratulada como "abuso sexual premeditado hacia niños, obligando a los menores a entablar relaciones sexuales de una manera pervertida".
Según los testimonios, a cambio de su silencio, el acosador ofrecía a las víctimas alrededor de 50 centavos de dólar.
"Me llamó al baño": Terroríficos relatos de los niños acosados
"E.E. me llamó y llevó al baño. Me ofreció 1,5 liras [0,50 dólares] por sexo.
Lo rechacé. Entonces rápidamente bajó mis pantalones y me violó.
Varios días después, me llamó otra vez pero me escapé.
Sin embargo, al día siguiente me agarró, me arrastró hasta el baño y lo hizo de nuevo", reveló un niño de 12 años al tribunal.
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Otra víctima de abuso también tiene 12 años de edad. "Durante ramadán, E.E. me llamó a la ducha y dijo que me daría 5 liras [1,70 dólares].
Fui hacia donde estaba él. Al principio, acarició varias partes de mi cuerpo, luego procedió a tocarme los genitales, pero no hubo ninguna violación", contó.
Sin embargo, algunos por suerte lograron evitar ser abusados. "E.E. me llamó y me dijo que me encontrara con él en el baño para 'divertirnos'.
Prometió darme 10 liras [3,40 dólares]", contó otro niño. Para su suerte, el hombre se había olvidado algo y salió del lugar.
"En ese momento me escapé. Fui hasta donde estaba mi padre y le conté todo. Después fuimos juntos a la estación de Policía y les contamos lo que había pasado".
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Todos estos incidentes tuvieron lugar en el campo de refugiados que en abril fue mostrado por el primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, como una "instalación ejemplar" a la canciller alemana Angela Merkel y al presidente del Consejo Europeo Donald Tusk.
Entonces, Merkel alabó a Turquía por los esfuerzos que estaba realizando "no solo para proporcionar un refugio seguro para los millones de refugiados, sino también para darles oportunidades de desarrollo y perspectivas", mientras que Tusk llamó al país "el mejor ejemplo para el mundo de cómo debemos tratar a los refugiados".
Actualmente, el campo de refugiados está siendo investigando, y mientras tanto, permanece cerrado tanto para periodistas del propio país como para diputados opositores.