¿No podría uno de esos niños muertos, que estaban entre las 500 almas del barco hundido en el Mediterráneo, convertirse en una 'estrella'?", se pregunta un periodista.
"¿Hay algo a la deriva en la brújula moral de nuestros informes noticieros?", se pregunta Robert Fisk, periodista de 'The Independent', al iniciar su columna de opinión sobre el panorama informativo de la última semana.
Según sostiene en el artículo 'Lloramos a Prince, pero no a 500 refugiados': ¿hemos perdido toda perspectiva?", esta semana 64 afganos fueron asesinados en la mayor explosión de bomba ocurrida en Kabul en 15 años. Los talibanes hicieron explotar sus bombas cerca de las principales agencias de fuerzas de seguridad, que supuestamente deben proteger la ciudad.
El ataque aniquiló a familias enteras ―a quienes ni siquiera les practicaron autopsias―, mientras que la televisión local mostraba imágenes de ambulancias llenas de heridos, aclara.
Y esta misma semana se produjo otra tragedia masiva: hasta 500 refugiados se ahogaron en el Mediterráneo, al intentar atravesar las aguas en una pequeña embarcación rumbo a las costas de Italia. "Pero no hubo fotos del naufragio.
No hubo autopsias para ellos, por supuesto", agrega Fisk. "[Los medios] no reflejan que las quinientas vidas equivalen exactamente a un tercio del total de las víctimas del Titanic", añade.
Estas noticias pasaron casi desapercibidas para los medios debido a que el célebre músico Prince también murió esta semana, argumenta el columnista. "No muestro rencor hacia quienes lloran a este brillante músico y a la revolución social que representaba", agrega.
¿No podría uno de esos niños muertos, que estaban entre las 500 almas del barco hundido en el Mediterráneo, convertirse en una 'estrella'?
Sin embargo, "cuando los presentadores de la red de televisión pública expresan sus condolencias al alcalde de Minneapolis y la Torre Eiffel se tiñe de púrpura, con seguridad debe llegar un momento en el que nos preguntemos si nuestro sentido de prioridades no ha perdido la perspectiva.
¿No podría uno de esos tres niños muertos en Kabul convertirse en un 'Prince'?
O los niños entre las 500 almas del barco hundido en el Mediterráneo, ¿no podrían convertirse en una 'estrella'?"
Si los presentadores expresaran su tristeza por ellos, "el color sería negro en lugar del púrpura, y las luces de la torre Eiffel tendrían que ser apagadas.
Pero esto no sucederá, porque Prince murió esta semana", concluye Fisk.