Pablo Gonzalez

Las principales inconsistencias en la causa contra Dilma y Lula


Luego de que Lula Da Silva hiciera pública su voluntad de candidatearse para las presidenciales de 2018, se incrementó sobre él y sobre la presidenta Dilma Rousseff una fuerte campaña de presión por parte de los medios y algunos sectores de la Justicia. 

A continuación, las inconsistencias en los procedimientos de los últimos días:

1. La detención de Lula Da Silva: el viernes el ex presidente fue detenido y llevado por la fuerza a declarar por las denuncias de corrupción que pesan en su contra. Sin embargo, esa medida, que equivale a una detención temporaria, solo se aplica –según la ley– cuando el convocado trata de escabullirse o se niega a comparecer.

 La decisión es, por lo menos, dudoda, dado que Lula jamás se había negado a declarar, en las tres ocasiones anteriores que lo convocaron y que recientemente se había presentado como candidato a presidente de Brasil.

2. Luego de que se oficializara el nombramiento del ex presidente como Jefe de la Casa Civil, se empezó a difundir en los medios una charla entre Lula y Dilma. Esa difusión estuvo a cargo del juez Moro, quien le envió a la prensa el contenido de todas las grabaciones realizadas por la Policía Federal desde el día 19 de febrero.

Es difusión puede ser definida como irregular, porque la ley que permite que se espíen comunicaciones determina que solamente las conversaciones con “valor jurídico”, o sea que contribuyan a esclarecer la causa de conductas eventualmente delictivas, pueden ser divulgadas. 

Sin embargo, Moro divulgó todo, incluídas las fotos del interior de la casa de Lula, de su instituto, de la finca donde suele pasar fines de semana.

3. Por otra parte, el teléfono pinchado era el de Lula, pero quien llamó fue Dilma Rousseff. Lo que se violó ha sido la privacidad de la mandataria. 

Además, esa llamada ocurrió 2 horas y 22 minutos después de Moro haber ordenado la suspensión de las grabaciones. La Policía Federal, argumentó que la falla ha sido de la operadora Claro, que no desinstaló el espionaje.

4. 40 minutos después la designación de Lula como jefe de Gabinete, tuvo lugar una medida cautelar pedida por un juez de primera instancia de Brasilia llamado Itagiba Catta Preta Neto, quien se ha manifestado en más de una oportunidad como opositor al partido de gobierno y hasta tiene fotos que lo muestran junto a Aécio Neves con remeras distintivas de la oposición y en manifestaciones en los que se pedía “Fuera Dilma”.



La respuesta del juez fue que él “estaba en la marcha como ciudadano, y no como juez” y que “haber participado no me impide de ser imparcial”.

5. Por último, en los argumentos de las cautelares que se le impusieron a Lula, Itagiba argumenta que que Dilma nombrara a Lula como ministro era con el objetivo de protegerlo del juez Moro, ya que siendo ministro, solo el Supremo Tribunal Federal puede procesar Lula y eventualmente ordenar su arresto. 

La otra jueza, Regina Formisano, dijo que, al poner a Lula en las manos de la Corte Suprema del país, Dilma lo entregaba a un colegiado que tiene siete de sus once integrantes nombrados por Lula.

Es decir, dos jueces de primera instancia afirmaron en sus argumentos su desconfianza en el Supremo Tribunal Federal. Ambos fueron quienes suspendieron la asunción de Lula da Silva.

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