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Si tu vida es una improvisación constante y a pesar de sentir que das tumbos a diestra y siniestra, ésta te lanza rayos de luz en los que la expresividad o la evolución imperiosa toman un papel central en cada acto que realizas, el jazz es para ti.

No debemos olvidar que este sonido nace de la opresión y las ganas de conseguir algo mejor, porque la existencia en el mundo de verdad tiene algo al respecto qué ofrecer; es a eso lo que nos referimos cuando decimos que dicho género es básico, urgente en el día a día.

Porque el jazz sigue guardando esa misma voz de revolución y grito de valentía, de goce aún en los peores momentos; cuando la comunidad afrodescendiente se encontraba esclavizada en Norteamérica, fueron estos cantos de fuerza los que los mantuvieron en pie, esos momentos en que notaron que si podían hacer cosas hermosas, la libertad estaba destinada para ellos.

En su caso por el trabajo, y por el nuestro también, aunado a las problemáticas diarias de vivir, cantar es un escape que posibilita el vigor y el temor ante los minutos más hostiles; así fue como poco a poco se fue gestando uno de los últimos grandes ritmos en el planeta Tierra y ha surcado los mares del tiempo para encontrarse con el aquí y el ahora de la supervivencia placentera.

El jazz se ha mantenido como un disfrute atemporal del respirar y sus vicisitudes, a la par de un estilo que ha brindado estética y que ha sido fuente de inspiración para la música en general.

Es por esto que David W. Niven, un gran aficionado a este género (si no es que el mayor de todos), pasó su vida coleccionando grabaciones que abarcan desde los primeros años de su producción hasta la época actual, pasando por las grandes bandas y los nombres míticos del género; comenzó su colección cuando era niño gracias al dinero que ganaba por repartir periódico y a partir de ahí, nunca se detuvo.

Niven guardó en su poder cientos de álbumes y hoy podemos disfrutar de su afición gracias al Internet; los discos que conforman su catálogo, obviamente, incluyen a Louis Armstrong, Sidney Bechet, Jelly Roll Morton, Thelonious Monk, Chet Baker, Duke Ellington, Frank Sinatra y una larga lista más que seguro esconde uno que otro tesoro desconocido para tus oídos necesitados de confort.

En archive.org se dieron a la tarea de digitalizar su inigualable acervo melómano y lo han puesto a nuestra disposición ya sea para streaming o para descarga; cada una de las listas está tomada de cintas que Niven se dedicó a grabar desde los años 80 con el fin de preservar sus álbumes, además se puede escuchar la voz de su dueño narrando el cómo, cuándo y dónde de su sonido al principio de éstas, facilitándonos un archivo genial para cualquiera que esté interesado en el jazz.

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