EMUNDO GARCIA – El copresentador de nuestro programa “La tarde se mueve”, Eddie Levy, con su certero sentido del humor, bautizó al aspirante a la presidencia de los Estados Unidos Marco Rubio como “el muñequito del cake”. Marco Rubio es un niñato que vive en un eterno cumpleaños, jugando a la guerra y los escondidos.
Rubio no ha ganado absolutamente nada. No ha obtenido un primer lugar en las contiendas de Iowa, New Hampshire, South Carolina o Nevada. Tampoco ha ocupado ni por un minuto el top de la lista republicana después de los debates. Sin embargo, cada vez que el muñequito Rubio habla parece que regresa victorioso de una cruenta batalla.
Ahora que Jeb Bush se ha retirado de la campaña por la presidencia de Estados Unidos, los congresistas cubanoamericanos del sur de la Florida y el grupo que siempre le acompaña han decidido dar su apoyo a Rubio. Lo que quiere decir que le van a pasar el dinero que está destinado al candidato saliente, si es que Jeb dejó algo en la reserva después los más de cien millones que gastó en publicidad inútil.
Todo un escándalo teniendo en cuenta la situación en que viven muchas personas en este país, en el estado de la Florida y particularmente en Miami, donde la protección de los que no tienen techo es cada día menor.
La situación electoral de los republicanos en el sur de la Florida es tan insegura, que en la conferencia de prensa donde los congresistas cubanoamericanos declararon que pasaban su apoyo de Jeb Bush a Marco Rubio, la Representante Ileana Ros-Lehtinen confesó que iba a votar por “boleta ausente”, invitando al resto del electorado a que lo hiciera. Como sabe, y sin que afirme que esta sea su causa, la mayoría de los fraudes electorales que se han revelado en Miami tienen que ver con el llamado “voto adelantado”.
Marco Rubio comparte muchas tonterías con el otro candidato cubanoamericano y preferido del Tea Party, el senador por Texas Ted Cruz. Aunque en algunos aspectos como el migratorio Rubio había comenzado siendo un poco más moderado, y fue un incansable defensor de los llamados “dreamers”, ahora aparece, como Cruz, diciendo que hay que deportar a los ilegales así sean millones, lo que convierte en pura demagogia la propuesta por inviable e incosteable en su magnitud.
Rubio tiene un problema para convertirse en el elegido de un partido donde los extremistas conservadores tienen una gran influencia. En primer lugar porque es de origen hispano, descendiente de inmigrantes. Ilegales, lo que indigna más. Para solucionar su problema Rubio eligió el peor de los caminos: la mentira. En algunas páginas autobiográficas Rubio inventó que sus padres habían sido perseguidos por la Revolución Cubana, que su madre había sido torturada por tener ideas políticas diferentes a la Revolución.
La mentira es doble; porque los padres de Rubio llegaron a Estados Unidos antes del triunfo revolucionario de 1959, y porque lo de la supuesta “tortura” y “prisión política” no han podido argumentarse. Eddie Levy, que lleva mucho tiempo viviendo en Miami y conoce la historia de la comunidad cubana de primera mano, recordó en “La tarde se mueve” de este martes 23 de marzo que la madre de Marco Rubio, que solía aparecer en anuncios y entrevistas en programas de Miami como el de Martha Flores para apoyar la carrera de comisionado de su hijo, jamás mencionó que había sido apresada por sus ideas ni torturada. Tampoco se conoce referencia sobre ese hecho de ninguna organización miamense.
Si en algo tiene razón Donald Trump es al decir que Rubio es un mentiroso; eso sí que no tendría problema para probarlo. Hay cosas camufladas en el pasado de Rubio que quizás se revelen a partir de ahora que la campaña se pone más caliente. Podrán negarse o silenciarse hasta que se presente la evidencia; como sucedió cuando se dijo que el hoy senador había comparado una casa junto al ex congresista David Rivera; lo que no se aceptó como cierto hasta que apareció el precio en que la estaban vendiendo.
Rubio, que es tratado por la prensa de Miami como si fuera el candidato del partido republicano para las elecciones de noviembre próximo, y a veces hasta como si fuera el nuevo presidente de los Estados Unidos, está en dificultades para conseguir delegados. El llamado “súper martes” será un día difícil para él, ya que en 15 estados no se espera que exista uno solo donde Rubio pueda ganar. Pero el golpe mayor puede venir cuando se realice la votación en la Florida y Rubio, en su propio terreno, compruebe que él no es más que el invento de un poder superior, o sea, de un dinero mayor.