El Parlamento griego aprobó la madrugada del domingo un presupuesto para 2016 que supone un grave retroceso para los intereses de la clase trabajadora del país.
El gobierno de Alexis Tsipras, que cuenta con una estrecha mayoría en la cámara de 300 escaños, logró que se aprobara el texto con 153 votos a favor en una sesión plenaria nocturna. Estuvieron presentes 298 legisladores.
“Nadie puede alegrarse de este duro presupuesto”, dijo el ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, a última hora del sábado, durante la tumultuosa discusión parlamentaria.
La ley salió adelante únicamente con los votos de la coalición gubernamental, formada por Syriza y los nacionalistas de Griegos Independientes, y contó con el rechazo de toda la oposición.
El presupuesto para 2016, el primero elaborado por el ejecutivo de Tsipras, prevé, por ejemplo, recortes a las pensiones y facilitar los desahuciosde familias trabajadoras.
La reforma de las pensiones consiste básicamente en reducciones de las prestaciones y subidas de las cotizaciones.
Las medidas aprobadas corresponden a las condiciones acordadas con la llamada Troika, conformada por la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).
El nuevo paquetazo de recortes sociales está generando un amplio rechazo popular que ya se ha visibilizado con dos huelgas generales contra el Gobierno.
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