El capitán no era el único oficial en estado de pánico. A pesar de los servicios de un sistema de inteligencia y comunicación de miles de millones de dólares, tomó doce horas para que la noticia de que los EE.UU habían matado veintitrés civiles llegara hasta la parte superior de la cadena.
A pesar de la confirmación de las tripulaciones de los helicópteros, el equipo del Predator, y las tropas que llegaron a la escena, sucesivos estamentos de los comandantes de Operaciones Especiales se negaron a informar sobre las víctimas civiles (CIVCAS o civilian casualties).
Curiosamente, la tecnología fue menos eficiente que la de los talibanes. Con el inflado volumen de tráfico, los correos electrónicos tomaban cuatro horas y media para desplazarse por el sistema clasificado de Kandahar a Kabul.
Por Andrew Cockburn
En una fría madrugada de febrero de 2010, dos pequeños todo terreno y una camioneta pickup de cuatro puertas se desplazaban por un camino de terracería en las montañas del sur de Afganistán.
Habían partido poco después de la medianoche, viajando a través del campo para llegar a la autopista 1, la principal carretera asfaltada del país, que les llevaría a Kandahar y al norte con rumbo a Kabul. Hacinados en el interior se encontraban más de treinta hombres, mujeres, y niños, cuatro de ellos menores de seis años.
Todos se conocían, ya que todos provenían de los mismos poblados en las montañas a unas 200 millas al suroeste de Kabul. Muchos de los hombres, desempleados e indigentes, iban con destino a Irán con la esperanza de conseguir trabajo.
Otros eran comerciantes que se dirigían a la capital para comprar suministros, o estudiantes que regresaban a la escuela. Las mujeres llevaban pavos, regalos para los familiares con quienes se alojarían en Kabul. Varios eran hazaras, una minoría étnica de musulmanes chiitas a quienes los talibanes han tratado con crueldad implacable cada vez que tenían la oportunidad.
Ahora se encontraban en la occidental provincia de Uruzgan, terreno Taliban y por lo tanto muy peligroso para ellos, pero arriesgaron el atajo porque estaban escasos de combustible.
No encontraron otros vehículos y muy poco tráfico de a pie; el mundo alrededor de ellos debe haber parecido vacío. Pero no fue así. Sin el conocimiento de ellos, estaban siendo observados y cada uno de sus movimientos, incluso el calor de sus cuerpos, transmitidos a través del globo. Mientras los destartalados vehículos -uno de ellos descomponiéndose a cada momento y al otro le explotaba un neumático- se desplazaban ruidosamente, personas que nunca llegarían a conocer conversaban a través de océanos y continentes a cerca de quiénes eran ellos, hacia dónde iban, lo que llevaban, y si debían vivir o morir.
Sin darse cuenta, el pequeño grupo se dirigía hacia un Destacamento Operacional Alfa, una patrulla de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos llegó con una fuerza de apoyo de soldados afganos poco después de la media noche para atacar la aldea cercana de Khod. Esas incursiones eran rutina en Afganistán, planificadas y ejecutadas por el semi-mítico Comando de Operaciones Especiales que se especializa en la búsqueda y eliminación de "objetivos de alto valor".
Alguien pensó que esta operación era lo suficientemente importante como para darle el nombre en código, Operation Noble Justice.
Domingo, 21 de febrero, 4:12 am
Piloto del MQ-1 Predator, alias Kirk 97: tenemos los ojos puestos en el primer vehículo; observando para tratar de identificar los pasajeros al aire libre; atentos a movimientos en el segundo.
El avión no tripulado Predator de 27 pies de largo estaba dando vueltas a 14.000 pies de altura. Por debajo de su vientre sobresalía una pelota "sensor" que lleva una variedad de cámaras, incluyendo un vídeo de infrarrojos que recogía el calor arrojado por los vehículos y pasajeros 2.5 millas abajo.
Casi al instante -pero no del todo- las imágenes se proyectaron a través del mundo a las pantallas gemelas dentro de una caja de metal del tamaño de un contenedor de transporte en la Base Aérea de Creech en el desierto de Nevada. Frente a las pantallas estaba sentado "Kirk 97", un piloto que guiaba el avión no tripulado por control remoto.
A su lado estaba sentado un operador de sensores que guiaba las cámaras y armas de puntería láser. En otra habitación cercana un tercer miembro de la tripulación, el coordinador de la misión de inteligencia, estaba viendo las mismas imágenes de vídeo.
Las imágenes tenían audiencias en otros lugares. La Base de la Fuerza Aérea de Hurlburt en el saliente de la Florida es sede del Mando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea y el hogar de una estación de la vasta pero poco conocida red mundial, que se conoce como Distributed Common Ground System (DCGS).
Este es el sistema nervioso central de canalización, recopilación y el intercambio de cantidades inimaginables de imágenes e información electrónica recolectada por aviones no tripulados de la fuerza aérea y aviones de reconocimiento (Intelligence, Surveillance, and Reconnaissance o IVR) en todo el mundo.
En teoría, cualquier persona en cualquier parte del DCGS tiene acceso a cualquier información que se ha introducido en el sistema, donde quiera que estén.
Fue de esta manera que las imágenes captadas por el Predator estaban siendo observadas en Hurlburt por un equipo dedicado, un miniburocracia de hombres y mujeres jóvenes, cada uno con tareas especializadas. Como encargado general estaba un coordinador táctico de inteligencia (ITC en inglés) supervisando dos "inspectores".
El inspector principal, un civil bajo contrato de SAIC, una gran empresa de defensa muy involucrada en las operaciones con aviones no tripulados, era de mayor jerarquía que el segundo inspector, un oficial subalterno de la fuerza aérea que resultó ser su marido. También estuvieron presentes dos analistas de videos de movimiento completo (Full Motion Videos).
Mientras que un FMV miraba la pantalla, el otro tecleaba "productos", conclusiones extraídas de las imágenes, que luego fueron pasadas a los inspectores para su posterior transmisión a través de un sistema conocido como Internet Relay Chat al coordinador de la misión de inteligencia sentado en su remolque en Nevada. Un analista geoespacial encargado de generar información geográfica relevante para los otros analistas hacia la totalidad del grupo.
El vídeo tenía todavía más destinos. El termino Operaciones Especiales, nacido en la Segunda Guerra Mundial para designar los agentes enviados tras las líneas enemigas para entrenar y dirigir a las guerrillas aliadas, se había disparado para el siglo XXI en un fuerte contingente de 66,000 de la armada de los Estados Unidos, con una composición de mando inevitablemente compleja.
El pequeño grupo de asalto en Uruzgan esa noche estaba bajo la supervisión de una Fuerza de Tarea de Operaciones Especiales con sede en Kandahar, que naturalmente tenia recepción del omnipresente video, junto con los mensajes escritos que circulaban entre Nevada y Florida. Kandahar, a su vez respondía a la sede de la Fuerza de Tarea Combinada de Operaciones Especiales en Bagram, en las afueras de Kabul, donde también se estaba proyectando el vídeo.
El principal beneficiario de todas estas complejas disposiciones era un sargento adjunto al grupo de ataque. Conocido como un “joint terminal attack controller,” o “controlador conjunto de ataque terminal”, él era el responsable de la comunicación vía radio con todo el apoyo aéreo, incluyendo el Predator, y de transmitir órdenes e inteligencia desde y hacia el joven capitán al mando del grupo. Haciéndose llamar Jaguar 25, el sargento era el único enlace de la fuerza con el equipo en Nevada, que a su vez era el único enlace con los inspectores en la Florida.
Casi tan pronto como el grupo de asalto desembarcó de sus helicópteros poco después de la medianoche, alguien en la oscuridad había encendido una radio portátil y difundido un llamado general de ataque. "Ellos están aquí", dijo, "reunamos a todos los muyahidín y defendamos este lugar". Fue una exhortación simple, sin complicaciones dirigida a ninguno en particular y audible para cualquier persona con un radio, completamente diferente de los variados sistemas esotéricos empleado por las fuerzas estadounidenses.
Los estadounidenses que escuchaban estaban desconcertados por la despreocupación de su enemigo por las escuchas, y de hecho la convocatoria Talibán, si eso era lo que era- fue escuchada por una gran cantidad de puestos de inteligencia militar de EE.UU en tierra y aire. Por consiguiente, se corrió la voz para estar alerta por refuerzos enemigos.
Dos vehículos en tándem, la camioneta pickup y un todo terreno, desplazándose pesadamente en el área encajaban fácilmente en esa imagen, y las sospechas se endurecieron cuando esos vehículos y otro todo terreno titilaron luces el uno al otro antes de continuar juntos en la dirección de la patrulla mientras esperaba el alba.
4:15 a.m.
Controlador de la misión de inteligencia: A ver si puedes hacer zoom sobre ese tipo, "porque él parece como. . .
Piloto: ¿Qué es lo que él acaba de dejar allí? ¿Es eso un maldito fusil?
Operador de sensores: Tal vez sólo un lugar cálido donde ha estado sentado.
Piloto: Tenía la esperanza de que pudiéramos detectar un fusil. Olvídalo.
Operador de sensores: La única manera que he sido capaz de ver un fusil es si ellos los mueven de un lugar a otro, cuando los están sosteniendo, cuando salen fogonazos de los cañones o colgando de sus hombros.
Los operadores de aviones no tripulados no están en contacto directo con el mundo real, literalmente, gracias al fenómeno conocido como latencia, una referencia al tiempo que tarda la información para desplazarse desde el avión no tripulado a un satélite veintidós mil millas arriba en el espacio, luego de regreso a una estación terrestre en Ramstein, Alemania, cambiando luego a un cable de fibra óptica a través del cual viaja por toda Europa occidental, el Océano Atlántico y el territorio continental de Estados Unidos, antes de llegar a Nevada y la pantalla en el tráiler del piloto.
Mientras los pulsos electrónicos son divididos, reunidos y almacenados para el ensamblaje en paquetes, pendientes de su envío a la siguiente estación de paso, retrasos de microsegundos se acumulan constantemente.
Esto significa que la escena en la pantalla de un piloto no está actualizada, generalmente dos segundos, pero en ocasiones hasta cinco segundos.
Mientras el grupo reacciona a lo que están viendo, moviendo sus controles para enviar una instrucción a la aeronave que están "volando", esa señal a su vez tarda de dos a cinco segundos para llegar. Este lapso de tiempo es la razón del por qué los despegues y aterrizajes de aviones no tripulados deben ser manejados por un equipo independiente de pilotos estacionados cerca de la pista para que puedan ver los aviones que están volando en tiempo real.
Los blancos potenciales en el terreno están al tanto de la demora: miembros yemeníes de al-Qaeda informaron en 2011, que cuando escuchan un avión no tripulado en lo alto, ellos se mantienen en movimiento tanto como sea posible.
Tampoco las imágenes mismas necesariamente siempre guardan gran parecido con el mundo tal y como el resto de nosotros lo vemos y a veces "no son mejores que mirar a Google Earth a través de una pajilla", como comentó un veterano sobre la función "observador TV" del avión. De este modo, durante la mayor parte del tiempo el convoy estuvo bajo vigilancia, el sensor sólo podía centrarse en dos de los tres vehículos a la vez. Si el operador se alejaba aunque fuera ligeramente, la ya imperfecta resolución se perdía.
Las imágenes se volvían aún menos precisas si había polvo en el aire, si el avión no tripulado estaba demasiado alto, al atardecer o al amanecer (cuando ambas cámaras electro-ópticas, infrarrojas y diurnas pierden eficiencia), o cuando el operador de sensores no podía enfocar correctamente. El video tal como fue recibido por las tropas en el terreno esa noche en Uruzgan fue aún peor, descrito por alguien como "porquería, lleno de estática y ruidos".
4:24 a.m.
Jaguar 25 (alias del JTAC, un sargento de las Fuerzas Especiales en el terreno enlazando con el Predator): Lo que estamos buscando es una QRF (Quick Reaction Force o Fuerza de Reacción Rápida); creemos que podemos tener un comandante talibán de alto nivel.
Piloto: No me sorprendería si este fuera uno de sus muchachos importantes, simplemente observando desde la distancia, ¿ya sabes lo que quiero decir?
Luego llegó un mensaje no deseado desde la Florida.
4:37 a.m.
Controlador de la misión de inteligencia: El inspector dijo que al menos hay un niño cerca del todo terreno.
Operador de sensores: Pendejadas. . . ¿dónde? Envíame una maldita instantánea [foto]. Yo no creo que tengan niños a esta hora, sé que están opacas, pero adelante.
Piloto: Al menos un niño. . . ¿En serio? Catalogarlo [a él como] varón en edad militar [military-aged male o MAM] -eso significa que es culpable.
Operador de sensores: Bueno, tal vez un adolescente, pero no he visto nada que se vea tan pequeño, aceptado que todos están amontonados aquí, como sea.
Controlador de misión de inteligencia: Están revisando.
Piloto: Sí, revisen esa mierda. . . ¿Por qué él no dijo posiblemente un niño, por qué son tan rápidos en avisar de los malditos chicos, pero no llaman esa mierda un rifle.
Justo cuando el sol se elevaba por encima de las montañas, el convoy se detuvo en la orilla de un río, y muchos de los pasajeros salieron. Para quienes observaban, las imágenes revelaban algo ominoso.
5:18 a.m.
Piloto: Ellos están rezando.
Operador de sensores: Definitivamente es eso. Esto es su fuerza. ¿Rezar? Quiero decir, en verdad, eso es lo que hacen.
Coordinador de misión de inteligencia: Van a hacer algo nefasto.
Todos los adultos en el grupo, incluyendo las seis o siete mujeres, salieron cuando el convoy se detuvo en el río. Pero para la cámara infrarroja en lo alto, y así también, para los observadores lejanos -los hombres y las mujeres eran simplemente manchas indistinguibles.
Dado que el grupo era presuntamente uno de los refuerzos talibanes, nadie pensó en ponderar su género.
Una hora más tarde los vehículos que se dirigían al sur, hacia la unidad terrestre estadounidense, tomaron una dirección diferente. Esto los llevó en última instancia a doce millas de distancia de los estadounidenses estacionados en tierra, una indicación de que, quienquiera que fueran, lo más probable es que no tenían intenciones hostiles. Sin embargo el piloto del Predator evaluó esto como una mera maniobra de "flanqueo" para conseguir ubicarse detrás de las tropas y cortar su ruta de escape.
Bajo en combustible, el AC-130 Specter artillado que había estado temprano en la escena se había ido. Sin embargo, el Predator estaba a punto de ser acompañado por dos helicópteros OH-58 Kiowa, ligeros y artillados de dos hombres de las Fuerzas Especiales, armados con misiles Hellfire y cohetes 2.75". De vuelta en Nevada, el grupo se estaba impacientando.
6:59 a.m.
Piloto: No puedo esperar a que esto en realidad suceda, con toda esta coordinación y todo eso.
Operador de sensores y coordinador de la misión de inteligencia: (murmurando) Sí.
Abajo en tierra, los viajeros en la camioneta pickup escucharon el ruido de las aspas del rotor del helicóptero. Varios instaron al conductor a reducir la velocidad con la esperanza de que se vería menos sospechoso. Apenas estaba empezando a amanecer.
Aunque lejos de la escena de la acción, las tripulaciones de los aviones no tripulados se ven a sí mismos en la misma tradición marcial como los pilotos de combate de una época más temprana, hasta los trajes de vuelo que llevan al trabajo, el estrés de combate que reportan experimentar, por no hablar de la paga y premios que han demandado con éxito por combatir.
Su charla en el tráiler esa noche recuerda la de las tripulaciones de combate que están volando a través de una zona de batalla de verdad. Sólo de vez en cuando el registro revela que en realidad estaban sobre tierra firme, a siete mil millas y media de distancia.
7:11 a.m.
Operador de sensores: Bueno, señor, ¿te importaría si me tomo un tiempo para ir al baño rápidamente?
Piloto: No, para nada, amigo.
Este piloto en particular, un mayor que anteriormente había volado aviones C-130 de transporte, era un veterano de mil "misiones" y considerado con suficiente experiencia para capacitar a otros pilotos. El operador de sensores, un soldado raso, también era de gran experiencia, y estaban acostumbrados a trabajar en equipo. Como explicó posteriormente su comandante:
"Estos dos muchachos han estado juntos en el mismo turno en los últimos dos años, tienen los mismos fines de semana juntos, se alternan en el horario una y otra vez".
Las tripulaciones hablaban un idioma casi incomprensible para los extraños, tan cargado de siglas que el inglés llano a menudo era suplantado. Pero las conversaciones de esa noche muestran que la jerga militar, como el retraso de dos segundos del vídeo, impuso otra capa entre ellos y la realidad sobre el terreno.
Cualquier MAM (varón en edad militar) se convirtió, por definición, en un combatiente enemigo, independientemente de la edad, y por lo tanto un objetivo legítimo.
La identificación positiva (Positive Identification o PID) es un término oficial del ejército de los Estados Unidos para alguien identificado positivamente como una amenaza hostil inmediata y por lo tanto un objetivo legítimo. Como posteriormente descubrieron los investigadores, el término significaba cosas completamente diferentes para diferentes personas.
7:38 a.m.
Piloto: Nuestros inspectores están actualmente designando 21 MAM, no hay mujeres, y posiblemente dos niños. ¿Cómo? ¿Entendido?
Jaguar 25: Entendido, y cuando decimos niños, ¿estamos hablando de adolescentes o niños pequeños?
Operador de sensores: yo diría unos doce. No niños pequeños; algo más parecido a adolescentes o jóvenes.
Piloto: Si, adolescentes.
En el papel, el sistema era a prueba de fallas. El piloto y el operador de sensores podrían revisar las evaluaciones de cada uno, y si eso no era suficiente tenían al coordinador de la misión de inteligencia y al inspector de seguridad allí mismo al lado de ellos. Más allá de eso, el equipo en la Florida tenía los analistas de video de movimiento completo y los observadores y el coordinador de inteligencia táctica revisando las imágenes, más tarde se les unieron dos superiores inmediatos. Adicionalmente estaban los dos cuarteles de las Fuerzas Especiales en el propio Afganistán, cada uno asignado con un "capitán de batalla" para supervisar las operaciones en curso.
7:40 a.m.
Piloto: Nuestro inspector identificó sólo un adolescente, así que ese es un rango de edad de dos dígitos. ¿Cómo?, cambio.
Jaguar 25: Vamos a pasar eso al comandante de la fuerza en tierra. Pero como he dicho, de 12 a 13 años de edad con un arma es igualmente peligroso.
Operador de sensores: Oh, estamos de acuerdo, sí.
Piloto: Oye, buen trabajo en eso. Entendemos y estamos de acuerdo.
Las cosas iban en dirección al clímax. Sujeto a los informes de la tripulación del Predator, el capitán al mando del grupo de ataque en tierra había interpretado la noticia de que el convoy se estaba desviando de los estadounidenses en tierra como confirmación no sólo de que el enemigo estaba "maniobrando", sino que contenía un individuo de alto valor (High-Value Individual o HVI), siempre un objetivo prioritario para las fuerzas de Estados Unidos en esta guerra.
Él dio la orden de atacar. Los helicópteros harían el primer disparo. Las tripulaciones de los helicópteros, que habían arribado tarde a la escena, simplemente se les informó de que se había producido la identificación positiva de tres armas, como mínimo, junto con veintiún MAMs, y que era "claro que iban a combatir".
Nadie les había dicho acerca de adolescentes, menos aún niños. Dos continentes y un océano de por medio, la tripulación del Predator en Nevada realizó sus preparativos finales para la acción.
8:35 a.m.
Piloto: Muy bien, así que el plan es, hombre, eh, vamos a observar que esta cosa pase y cuando Winchester [se queden sin municiones] nosotros podemos jugar a la limpieza.
Operador de sensores: Plan inicial: sin ver cómo se fragmentan, seguir el grupo más numeroso.
Piloto: Sí, suena bien. Cuando llegue el momento, si todo el mundo está corriendo en su dirección por separado, no me importa si sólo sigues a un chico, ya sabes, lo que decidas hacer, estoy contigo en eso… siempre y cuando mantengas a alguien que podamos disparar en el campo de visión, estoy feliz.
La tripulación estaba en este momento en los preparativos finales para el ataque, armando el misil y repasando la agenda final. El operador de sensores recordó a su colega de inteligencia enfocarse en el asunto en cuestión.
8:45 a.m.
Operador de sensores: Hey, CMI.
Controlador de la misión de inteligencia: ¿Sí?
Operador de sensores: Recuerda, la Cadena de Ataque!
CMI: Lo haré.
El primer misil del helicóptero principal se anotó un impacto directo en la camioneta pickup, matando instantáneamente a once pasajeros.
Los dos todo terreno se detuvieron bruscamente, y los pasajeros comenzaron frenéticamente a salir en desbandada.
El segundo misil impactó el vehículo de más atrás, pero en el bloque del motor, que absorbió lo suficiente de la explosión que permitió que algunos de los pasajeros escaparan. Cuatro murieron inmediatamente.
El tercer misil erró apenas en el todo terreno de en medio con la explosión destruyendo la ventana trasera mientras los pasajeros escapaban. Como cuestión de rutina, los atacantes persiguieron a estos “squirters”, palabra que usan para designar a las personas que huyen de un ataque, con cohetes 2.75", aunque todos estos erraron.
Luego alguien notó algo extraño. Las personas que habían escapado no estaban corriendo.
8:52 a.m.
Operador de sensores: Eso es raro.
Piloto: No puedo decir que carajos están haciendo.
Observador de seguridad: ¿Están usando burkas?
Operador de Sensores: Eso es lo que parece.
Piloto: Todos fueron PID como varones. No hay mujeres en el grupo.
Operador de sensores: Ese tipo parece como que está usando joyas y vainas como una chica, pero no lo es. . . si es una niña, él esta una muy grande.
A pesar de la optimista teoría del operador del sensor, no se trataba de talibanes travestis, sino de mujeres que habían escapado y agitaban sus pañuelos de colores brillantes a los helicópteros volando en círculo, que finalmente cesaron el fuego. Veintitrés personas habían sido asesinadas, entre ellas dos niños, Daoud, de tres años, y Murtaza, de cuatro. Ocho hombres, una mujer y tres niños de entre cinco y catorce resultaron heridos, muchas de ellos gravemente.
9:10 a.m.
Coordinador de misión de inteligencia: El observador dijo que no había ninguna mujer anteriormente.
Operador de sensores: ¿Cuáles son esos? Ellos estaban en el vehículo de en medio.
Coordinador de misión de inteligencia: Mujeres y niños.
La conversación en el tráiler de Nevada fue perdiendo su anterior tono desenfadado, al convertirse los varones en edad militar (MAN) en madres y los adolescentes en niños.
9:15 a.m.
Piloto: Parece que, uh, uno de esos en el, uh, atuendo brillante puede estar llevando a un niño también.
Operador de sensores: Menor que un adolescente para mí.
Observador de seguridad: Bien…
Observador de seguridad: No hay manera de saberlo, hombre.
Operador de sensores: No hay manera de saberlo desde aquí.
Poco después el Predator dio la vuelta y se fue alejando en anticipación del mal tiempo que se movía desde el oeste.
Aun cuando los restos ardían y los traumatizados supervivientes tropezaban, las noticias comenzaban a difundirse. Los pobladores locales no tardaron en llegar a la escena, y en cuestión de una hora las radios talibanes empezaron a transmitir la noticia de que "cuarenta a cincuenta civiles" habían sido asesinados por un ataque aéreo estadounidense. En las primeras horas de la tarde, los informes habían llegado al Palacio, la fortaleza almenada del siglo XIX en el centro de Kabul, que albergaba al presidente Hamid Karzai. Mientras tanto, las comunicaciones militares de los EE.UU resultaban ser bastante menos eficientes.
El repentino, silencioso, el flash del primer misil que incineró la camioneta pickup y los pasajeros en sus pantallas cogió por sorpresa en su totalidad a la mayor parte de los espectadores en Afganistán y los Estados Unidos.
La intrincada red de observación, control y comunicación que une las innumerables sedes y centros de inteligencia que se extiende entre Nevada y Kabul había fallado de alguna manera en alertar a los participantes -aparte de las tripulaciones que en efecto apretaban o se preparaban para apretar los gatillos- que los eventos habían llegado a su conclusión natural, y la gente estaba a punto de morir. Entonces, incluso cuando casi inmediatamente estaba claro que las cosas no habían salido de acuerdo al plan, la noticia se difundió a velocidad glaciar a través del sistema de mando de los Estados Unidos.
Los mensajes de ida y vuelta entre las diferentes jefaturas respecto a las tropas en tierra (BOG o boots on the ground) no cesaban, lo que significa enviar a alguien a echar un vistazo de cerca a la escena para la evaluación de daños de batalla (BDA o battle damage assessment).
Finalmente se enviaron helicópteros para llevar al mismo grupo de asalto al sitio donde los cadáveres, o al menos los que estaban intactos, habían sido expuestos por los aldeanos que habían acudido a la escena. El capitán, de acuerdo a un oficial que era su hermano, estaba en estado de pánico, buscando infructuosamente un arma, cualquier cosa, que pudiera justificar esto como un objetivo legítimo. "Él no encontraba nada. Creo que esto lo abrumó”.
Mientras tanto en el cuartel de la Fuerza de Tarea de Operaciones Especiales, se le dijo "no darle vueltas al asunto.; que lo averiguaremos después".
El capitán no era el único oficial en estado de pánico. A pesar de los servicios de un sistema de inteligencia y comunicación de miles de millones de dólares, tomó doce horas para que la noticia de que los EE.UU habían matado veintitrés civiles llegara hasta la parte superior de la cadena.
A pesar de la confirmación de las tripulaciones de los helicópteros, el equipo del Predator, y las tropas que llegaron a la escena, sucesivos estamentos de los comandantes de Operaciones Especiales se negaron a informar sobre las víctimas civiles (CIVCAS o civilian casualties).
Curiosamente, la tecnología fue menos eficiente que la de los talibanes. Con el inflado volumen de tráfico, los correos electrónicos tomaban cuatro horas y media para desplazarse por el sistema clasificado de Kandahar a Kabul.
Sólo cuando los cirujanos de un hospital militar holandés hablaron con sus homólogos estadounidenses sobre los civiles heridos que acababan de ser admitidos se reveló oficialmente la verdad, pero para entonces, cualquiera con un radio en Afganistán ya lo sabía.
En ese momento, Stanley McChrystal, comandante de los EE.UU y los aliados, estaba trabajando para obtener apoyo entre los afganos con el fin de restringir los ataques aéreos, en un esfuerzo por reducir las bajas civiles. Él no estaba contento al escuchar los informes retrazados de Uruzgan, y corrió hacia el palacio del presidente Karzai para expresar sus disculpas.
"Quiero expresar mis más profundas y más sentidas condolencias a las víctimas y a sus familias.
Todos compartimos su dolor", declaró en la televisión afgana dos días después. "He dejado en claro a nuestras fuerzas que estamos aquí para proteger al pueblo afgano. Me comprometo a arreciar nuestros esfuerzos para recuperar su confianza para construir un futuro mejor para todos los afganos".
Las familias de los muertos en última instancia, recibieron $ 5,000 cada una, más una cabra.
Extraído de KILL CHAIN: THE RISE OF HIGH-TECH ASSASSINS (CADENA DE ATAQUE: EL ASCENSO DE LOS ASESINOS DE ALTA TECNOLOGÍA) por Andrew Cockburn, publicado por Henry Holt and Company, LLC. Copyright © 2015 por Andrew Cockburn. Todos los derechos reservados.
Andrew Cockburn es el Editor en Washington de la revista Harper’s.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.