Mientras todos colocaban sus ojos en la frontera, esto sucedía al mismo tiempo en el interior de Colombia: desalojo de al menos 150 familias por parte de la fuerza pública colombiana en San Juan Nepomuceno (Bolívar).
Han quemado sus ranchos y sus pocos bienes, además de atentar contra su integridad física.
Sin embargo este suceso no es fuertemente mediatizado debido a que no alberga fines ideológicos que puedan ser usados bajo intereses políticos (o politiqueros).
Estamos desplazando a nuestros compatriotas de su propio país.
Luego irán a otros lugares a buscar oportunidades y el ciclo se repetirá.
¡No más! ¡Que la indignación y la crítica no sea "selecta" e hipócrita!
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