Para algunas personas la religión es una de las 'guías' más importantes de la moral y un conjunto de reglas del comportamiento en varios aspectos de la vida.
No obstante, otros consideran que la misma tiene un impacto neutral o negativo para el desarrollo de la humanidad.
Entre los últimos se encuentra el destacado filósofo Daniel Dennett, quien sostiene que la religión ha sido un "freno para la moral", mientras que algunas características suyas son "ofensivas" en la actualidad.
"La moral actual es bastante diferente a la moral del Antiguo Testamento, nadie quiere vivir como hace miles de años. Encontramos ofensiva la esclavitud, por ejemplo.
La religión no es el motor de la moral, sino el freno que ha ralentizado su desarrollo", sostiene el reconocido filósofo y profesor norteamericano, director del Centro de estudios cognitivos de la Universidad Tufts en Massachusetts, EE.UU., Daniel Dennett, en una entrevista para la agencia SINC.
Sin embargo, el profesor destaca que todas las religiones "se actualizan poco a poco". Según su opinión, la humanidad constantemente progresa y "ahora el mundo es mucho mejor y un sitio más moral que a principios del siglo XX".
"Es más seguro y menos violento, aunque todavía podemos hacer mucho daño", afirmó.
La moral actual es diferente a la del Antiguo Testamento. Nadie quiere vivir como hace miles de años
Por otro lado, el reconocido pensador evolucionista compartió sus ideas acerca del sentido de la vida. Según él, algunas personas lo desconocen por "estar demasiado centradas en ellas mismas y ser egoístas".
"Es obvio que la manera de ser feliz y tener una buena vida es ayudar en algo bueno. Traer algo de bondad te hará feliz a ti y a otros.
Ya sea dedicándote a la ciencia, salvando al medio ambiente o protegiendo cualquier cosa, la arquitectura o los peces. Siempre hay un montón de cosas que hacer y que son necesarias", dijo.
Por esta causa los humanos se diferencian de todas las otras "especies", cuya "única causa de la vida es reproducirse". "Nosotros también tenemos esos impulsos en nuestros genes, pero debido al lenguaje y la cultura contamos con otra perspectiva.
Hay otras cosas aparte de la descendencia por las que vale la pena trabajar, morir o vivir", concluyó Dennett.
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