Autor: Borroka garaia da!
¿Sin centrales nucleares íbamos a comer solo berzas?. Eso decía la burguesía vasca, especialmente el PNV y lo cierto es que nunca ocurrió.
¿Si Euskal Herria se independiza del estado nos aguarda el desastre económico?. Eso nos decía el nacionalismo español que está actualmente inmerso en un desastre económico.
Y si no se ha producido la independencia no es por miedo al desastre económico sino porque los que nos decían lo de las berzas tienen miedo a perder privilegios y ganancias, que las están consiguiendo mientras la clase trabajadora vasca se empobrece.
¿Si te sales de la UE te vas a hundir en la miseria?. Eso se lo repiten a todos los pueblos de Europa y cada vez menos gente se lo cree, sobre todo las sociedades que ya están hundidas en la miseria y siguen dentro de la UE. Lo que ocurre es que cuando te crees tal patraña, solo tienen que amenazarte de expulsión para recular.
Aunque en el fondo, esa sea una mentirijilla, pues en Grecia finalmente se han seguido los dictados del capital no solo por la amenaza exterior sino por la oligarquía griega y su influencia en las clases acomodadas. Que en Syriza tenían un reflejo en puestos de dirección gubernamental claves.
Y es que obviamente una salida del euro en términos capitalistas netos solo podría llevar a Grecia a reforzar el colapso.
Pero una salida de Grecia con el pueblo trabajador que voto mayoritariamente OXI en el poder, sin pagar la deuda y sin la OTAN, con el control nacional de bancos y con aperturas a otros países y otros ejes solo significaría una mejora incalculable de la situación general del pueblo griego y obviamente un deterioro de la clase burguesa griega.
Esa y no otra es la razón de que al final Syriza haya llegado al final de su camino. Los límites de la socialdemocracia y el progresismo que no tienen proyecto estratégico, que no sea el mismo, mejorado o empeorado que el de su burguesía.
No está siendo solo Grecia. Lo está siendo Argentina, Brasil, Uruguay y la lista se va a ir ampliando. El ciclo de progresismo tiene fecha de caducidad. Y el camino después de dar unas cuantas vueltas en círculo es el mismo. Más capitalismo y más neoliberalismo.
El orden capitalista promueve el miedo para que nada se mueva y el progresismo hace que ese miedo se extienda intentando inculcar en la clase trabajadora que no existen alternativas a sus cesiones y opciones de rendición. Pero es falso. Existe alternativa, existe una vida mejor fuera de los tentáculos.
Con la muerte lenta del progresismo en América latina o con la muerte súbita como en Europa, nos encontramos a las puertas en pocos años de la posibilidad de un nuevo ciclo revolucionario que también en Europa y en América latina se iniciará de la misma forma que lo hizo décadas atrás.
Con qué formas y de qué modos está por ver, y dependerá de la superación del miedo, y de la audacia de presentar una alternativa estratégica de ruptura además de tener en cuenta todos aquellos fallos que se cometieron en el anterior ciclo revolucionario presentando al mismo tiempo firmeza política, flexibilidad y proyecto.
La izquierda revolucionaria debe ponerse las pilas, nadie más podrá desarrollar una alternativa.