Empezando por el programa de exploración lunar, los ejercicios militares conjuntos en el Mediterráneo y terminando los millonarios acuerdos energéticos, China y Rusia en los últimos días han dado pasos concretos para fortalecer sus lazos militares, financieros y políticos.
El fortalecimiento de esta alianza no deja de preocupar a EE.UU., aseguran medios norteamericanos.
"Últimamente Pekín y Moscú, dos rivales de Washington, trabajan conjuntamente desafiando el actual orden mundial establecido por EE.UU. Han tomado medidas tanto simbólicas como concretas con el fin de evitar que Washington se interponga en su crecimiento", informa el diario 'The Washington Times'.
Una prueba de la consolidación de la alianza entre ambos países apareció este jueves, cuando se anunció que se celebrará el primer ejercicio militar conjunto en el mar Mediterráneo, así como el hecho de que Rusia será uno de los mayores inversionistas delBanco Asiático de Inversiones en Infraestructura, cuya creación trató de evitar la Administración Obama.
La cooperación también llega al ámbito espacial.
China se convertiría en el principal socio del programa ruso para la creación de una estación científica en la Luna para el año 2024.
Por su parte, Pekín se prepara para lanzar su propia misión tripulada a la Luna.
Otra prueba del fortalecimiento de las relaciones bilaterales, según el diario estadounidense, son los millonarios acuerdos energéticos firmados entre ambas naciones.
Además de la compra por parte de China del sistema de misiles balísticos más moderno, el S-400 Triumf, convirtiéndose en el primer país extranjero en comprar este sofisticado sistema ruso de defensa aérea.
"Rusia y China saben que la influencia de Washington en la arena internacional está disminuyendo. Saben que el mundo está experimentando una transición de la época de dominación de EE.UU. a un orden mundial más libre. Este proceso de transición se está acelerando", señala el diario.
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