Pablo Gonzalez

¿Quién controla la tierra de Ucrania?


Pese a la herencia industrial del pasado soviético, la actual crisis económica, la guerra y la pérdida del mercado ruso, principal cliente de la producción ucraniana, hace que el futuro europeo al que apelaba Euromaidan vaya a estar más ligado a la agricultura en lugar de a la industria. 

Pero el sector agrícola tampoco está exento de las dificultades que asolan al país.

Artículo de Elizabeth Fraser para Oakland Institute

El destino del sector agrícola ucraniano es incierto. 

El año pasado, el Oakland Institute informó de que 1,6 millones de hectáreas de tierra ucraniana está ahora bajo control de corporaciones extranjeras. 

Un posterior análisis ha permitido identificar a otros inversores extranjeros adicionales.

 Algunas estimaciones sugieren que un total de más de 2,2 millones de hectáreas de tierra cultivable están controladas por compañías extranjeras y el estudio ha identificado también que la falta de transparencia en lo que se refiere a la propiedad de la tierra hace complicado determinar quién controla realmente la tierra en la Ucrania actual.

Las empresas y accionistas detrás de la adquisición extranjera de la tierra ucraniana provienen de diferentes partes del mundo. 

La danesa “Trigon Agri”, por ejemplo, dispone de 52.000 hectáreas. Trigon se estableció en 2006 utilizando capital de individuos finlandeses de alto poder adquisitivo”. 

La compañía cotiza en bolsa en Estocolmo y sus principales accionistas incluyen: JPM Chase (Reino Unido, 9,5%; Swedbank (Suecia, 9,4%); UB Securities (Finlandia, 7,9 %); Euroclear Bank (Bélgica, 6,6 %); and JP Morgan Clearing Corp (Estados Unidos, 6,2 %).

La United Farmers Holding Company, propiedad de un grupo de inversores de Arabia Saudí, controla alrededor de 33.000 hectáreas de tierra cultivable ucraniana a través del grupo Continental Farmers Group PLC.

AgroGeneration, que dispone de 120.000 hectáreas de tierra cultivable, se constituyó en Francia con más del 62% de sus acciones gestionadas por la compañía de inversión tejana SigmaBleyzer.

El fondo de pensiones estadounidense NCH es dueño de 450.000 hectáreas. 

La compañía comenzó a invertir en 1993 y presume de ser uno de losprimeros inversores extranjeros en Ucrania tras la disolución de la Unión Soviética. 

En la última década, la compañía ha arrendado sistemáticamente pequeñas parcelas de tierra agrícola (de alrededor de 6 hectáreas) en diferentes zonas de Ucrania, agregándolas en granjas de gran escala que ahora operan de forma industrial. 

Según el socio de NCH, George Rohr, estos arrendamientos otorgan a la compañía el derecho de compra en las actualmente arrendadas tierras una vez que sea eliminada la moratoria de venta de tierras en Ucrania.

Otro subconjunto de empresas tiene representación ucraniana, normalmente en una mezcla de capital nacional y extranjero, y pueden estar constituidas en Chipre, Austria o Luxemburgo. 

Algunas de ellas también son propiedad de oligarcas ucranianos.

 Por ejemplo,UkrLandFarming controla el banco de tierra más amplio del país, con un total de 654.000 hectáreas. 

El 95 % de las acciones de UkrLandFarming son propuedad del multimillonario Oleg Bakhmatyuk, mientras que el 5% se ha vendido recientemente a Cargill. Yuriy Kosiuk, el quinto hombre más rico de Ucrania, es director ejecutivo de MHP, una de las empresas agrícolas más grandes del país, con más de 360.000 hectáreas.

En el marco de la crisis política, varias de estas empresas de base fundamentalmente ucraniana han entrado en crisis.

 Un ejemplo es Mriya Agro Holding, de base en Chipre, que dispone de un banco de tierra de alrededor de 300.000 hectáreas.

 En 2014, la web de la empresa (que ya no está disponible), indicaba que el 80% de las acciones de Mriya Ago Holding eran propiedad de la familia ucraniana Guta, que ocupaba altos cargos en la empresa. El 20% restante cotizaba en la bolsa de Frankfurt.

Según diversas fuentes de información, en el verano de 2014, la compañía suspendió pagos en sus Eurobonos, con lo que su futuro es incierto.

 En un primer momento, la empresa recibió el apoyo del Blackstone Group estadounidense y del ucraniano Dragon Capital, aunque ambos retiraron su apoyo en el periodo de un mes, y de la empresa de servicios financieron y auditoría internacional Deloitte más adelante.

 Se creó un comité de acreedores internacionales, compuesto por varios grupos de inversión de Estados Unidos y Gran Bretaña (incluyendo CarVal Investors, el brazo inversor de Cargill), que controlan más del 50% de la deuda de los Eurobonos 2018 de Mriya y un 15% de los Eurobonos de 2016. El futuro de la empresa es incierto y algunas fuentes ya sugieren un riesgo de bancarrota.

Otras empresas de propiedad ucraniana con base en paraísos fiscales también están experimentando dificultades. 

Sintal Agriculture Public Ltd (con base en Chipre, cotizaba en la bolsa de Frankfurt desde 2008 y controla 150.000 hectáreas de tierra) dejó de cotizar “hasta nueva orden” el 29 de enero de 2014 tras iniciar el procedimiento de suspensión de pagos. 

El 2013, su página web (ya difunta) indicaba que el 36,3% de las acciones cotizaban en bolsa.

La potencial bancarrota de estas corporaciones, y la participación de inversores occidentales en la gestión de la crisis, hace surgir preguntas sobre el destino de las tierras que disponen. 

En estos momentos, no está claro cómo se tratará la cuestión del control de esas tierras agrícolas ni cuál será el papel de las compañías extranjeras y de los fondos que estas inviertan. 

Pero si se procede en modo similar al desarrollado en la vecina Rumanía, podría revelarse el control extranjero de la tierra.

Rumanía comparte con Ucrania un proceso similar de disolución de granjas colectivizadas, cesión de títulos de las tierras a cooperativas de trabajadores e imposición de una moratoria en la venta de tierras agrícolas. 

Vacíos legales han creado oportunidades de control de tierras por la vía de procedimientos de bancarrota. Como ha documentado Judith Bouniol, la bancarrota de empresas agrícolas nacionales ha supuesto la entrada de control extranjero de las tierras cultivables de Rumanía.

No está ni mucho menos claro que vaya a desarrollarse el mismo escenario en Ucrania. 

Pero la lección de Rumanía subraya la importancia de seguir de cerca los negocios de la propiedad de las tierras de cultivo. 

Además, la turbia situación alrededor de la propiedad de la tierra en Ucrania hace surgir muchas preguntas.

 Puede que la gran pregunta es si la creciente concentración de tierra en manos de unos pocos oligarcas y corporaciones extranjeras puede beneficiar al país, a su gente y a su economía.

http://slavyangrad.es/2015/05/21/quien-controla-la-tierra-de-ucrania/

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