Resulta que ahora se ha formado un tremendo alboroto sobre la guerra de Iraq, todo a partir de algo dicho sobre el tema por el futuro aspirante presidencial Jeb Bush, hijo del tenebroso presidente Bush el Viejo y hermano de Bush el Borracho, que fue el que supuestamente dirigió la masacre de la nación Iraquí.
Aunque la verdad sobre la guerra de Iraq se viene repitiendo desde hace más de una década por diferentes analistas, ahora sale a la crítica dentro del mismo sistema.
Desde hace un tiempo se comenzó a culpar a los servicios de inteligencia, que, nada inteligentes, habían fallado en todo. Los pintan como unos incapaces.
También podemos recordar el "Papelazo" del General con un montón de estrellas Colin Powell convertido en diplomático aficionado, diciendo disparates en la ONU para justificar el asesinato de millones de personas.
Bien, ahora el asunto resucita porque un economista del Sistema, Paul Krugman a raíz de lo dicho por el Bush del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, considera que se debe encontrar la verdad sobre aquel criminal fracaso.
Por algo los iraquíes dicen que Saddam Hussein era un buen gobernante.
Pero nadie le importan los crímenes democráticos, solo se habla de las consecuencias para Estados Unidos de la matanza que se organizo en aquel país, que, como dice el articulo de Krugman, se creía iba a tener un costo económico y se empantanó con la resistencia del pueblo iraquí a sus odiados verdugos occidentales después de que Saddam desmovilizara su ejército.
En realidad es una cuestión practica, si matar un iraquí cuesta cien dólares, pues para matar un millón se necesitan 100 millones y con mil millones se pueden matar hasta diez millones de esa pobre gente.
Pero por alguna razón las cuentas salieron mal y sin ninguna victoria que justifique lo gastado, todo por aquello de que a los vencedores nadie les hace preguntas ni pide cuentas.
En el bla-bla-bla mediático de ahora trata de encontrar una justificación a lo que se considera un crimen, invocando todas las tonterías de los temas de las películas de Hollywood, desde motivaciones personales hasta las manías de grandeza de los modernos conquistadores.
Lo que no se toca es que todo obedecía a un plan para remodelar el Medio Oriente en función de la extensión territorial de Israel por toda la tierra prometida.
No fue geo-política, sencillamente fue un crimen de teo-política.
Antonio González