El heroísmo del combatiente puertorriqueño Filiberto Ojeda Ríos fue resaltado hoy al conmemorarse 82 años de su natalicio, en un tributo en el cementerio de su natal Naguabo (oriente), al que concurrieron decenas de personas.
Ojeda Ríos, responsable general del clandestino Ejército Popular Boricua-Macheteros (EPB-Macheteros) asesinado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) en 2005, fue descrito como uno de los más destacados alumnos del mártir nacionalista puertorriqueño Pedro Albizu Campos (1891-1965).
Los coordinadores del acto, Heriberto López y David Calderón, del Frente Unido Filiberto Ojeda Ríos de Naguabo, dedicaron esta ceremonia de recordación al pueblo de la isla de Vieques.
Carmen Valencia, Mirta Cancel y Nilda Medina, entre otras excepcionales mujeres, estuvieron presentes en rpresentacion de esa población, obligada a vivir diariamente el terror y la miseria de la guerra impuesta por la Armada de Estados Unidos con sus bombardeos.
Esta octava conmemoración por el frente naguabeño, a la que asistió la viuda de Ojeda Ríos, Elma Beatriz Rosado, se puso de relieve que el fundador del EPB-Macheteros, constituyó un ejemplo de la máxima de Albizu Campos de que “la Patria es valor y sacrificio”.
El orador principal, profesor Robinson Rodríguez Pérez, destacó las ideas de Ojeda Ríos sobre la situación económica de Puerto Rico y América Latina, el pillaje de las grandes corporaciones y la función del Estado imperialista en facilitarlo.
Afirmó que el dirigente revolucionario ilustró en torno a la necesidad de mantener la unión dentro de las diferencias en la lucha por la independencia de Puerto Rico.
“Nos enseñó la importancia de cultivar y proteger la cultura e identidad puertorriqueña para superar la imposición de un estado de dependencia y parasitario en Puerto Rico, la importancia de continuar educándonos y educando a las nuevas generaciones para aspirar por siempre a una patria libre y soberana”, dijo el orador.
Rodríguez Pérez subrayó que Ojeda Ríos, quien pasó 30 de sus 72 años de vida en la clandestinidad, mostró a todos la importancia de ser valientes e íntegros, lecciones de un tratado que se hilvanó sin prisa en cada discurso, en cada entrevista concedida desde el clandestinaje, en cada acción revolucionaria.
“Filiberto, fuiste excelente alumno y te convertiste en un excelente maestro; como bien dirías: Quien lucha por su libertad, se la merece”, dijo al recordar la lucha del pueblo de Vieques, al que se dedicó la actividad.
En ese sentido, el orador destacó también la figura de Oscar López Rivera, próximo a cumplir 34 años encarcelado en Estados Unidos por luchar por la independencia de Puerto Rico.
“Qué errados tus captores, qué torpes tus carceleros, pues al igual que con Filiberto y con Vieques, con cada acto de injusticia, con cada abuso hacia tu persona, despiertan y alimentan la fibra del ente puertorriqueño que vibra en nuestro ser”, afirmó.
PL