El senador de Convergencia Nacional y ex comandante General del Ejército, Marcelo Antezana Ruiz.
El juicio a los implicados en el denominado caso Misiles Chinos dará inicio mañana en el departamento boliviano de Sucre, informó hoy el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
El caso de los misiles tiene su origen en 2005 cuando fueron entregados 36 misiles de fabricación china, de propiedad de las Fuerzas Armadas de Bolivia, a la Embajada de Estados Unidos para que fueran transportados a su país con el objetivo de desactivarlos, bajo el argumento de que podían ser sustraídos y usados en acciones terroristas.
Los cohetes fueron devueltos en 2006 a Bolivia, completamente desarticulados.
Producto de la investigación serán juzgados el exministro de Defensa Gonzalo Méndez; el excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas Marco Antonio Justiniano; el excomandante general del Ejército y exsenador Marcelo Antezana, y el general Gonzalo Rocabado, que cumple una pena por otra causa.
Además, serán investigados el exjefe de Estado Mayor, Marco Antonio Vázquez; el exinspector general del Ejército, Víctor Hugo Cuéllar; los coroneles David Torrico Vargas y Ciro Valdivia Murguía, así como el exayudante del Departamento Cuarto del Ejército, capitán Ernesto Caballero.
Gonzalo Méndez y el excomandante de las Fuerzas Armadas Marco Antonio Justiniano fueron declarados rebeldes durante la realización de la audiencia cautelar.
Campero añadió que Méndez y Justiniano, junto a Antezana y Rocabado Mercado fueron imputados por los delitos de sometimiento total o parcial de la nación a dominio extranjero.
Mientras Vásquez, Torrico, Cuéllar, Sánchez y Valdivia fueron imputados por los delitos de revelación de secretos, incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución, ésta última también inculpa a Caballero.
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TENACARLOS – El Gobierno boliviano acusó de traidores a la patria a la cúpula militar que en 2005 entregó misiles a Estados Unidos para ser desactivados ante el inminente triunfo de Evo Morales en las elecciones presidenciales.
Nuevamente la injerencia estadounidense es noticia en Bolivia.
El caso de 36 misiles chinos de la Fuerza Armada Boliviana que fueron entregados a Estados Unidos para destruirlos en el año 2005, vuelve a salir a la luz por las acusaciones que el Gobierno boliviano realizó al actual senador Marcelo Antezana, quien en aquella época fungía como comandante del Ejército.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera resaltó que la orden dada por Estados Unidos para desactivar los misiles buscó impedir que ese armamento, aun siendo defensivo, fuera manejado por el Gobierno de Evo Morales.
El principal acusado en el escándalo, Marcelo Antezana admitió la injerencia de Estados Unidos, y a continuación pretendió justificarse al repetir el discurso ultraconservador de Washington, que intenta ligar a Evo Morales con un supuesto eje del mal liderado por Irán.
Los militares bolivianos, al igual que en el resto de la región, han estado históricamente sometidos a las órdenes de Washington.
Esto se ha modificado desde la llegada de Evo Morales al poder y este caso es un ejemplo más de ese cambio de época.