Chipre ha experimentado una presión sin precedentes por parte de Estados Unidos después de que el presidente Nicos Anastasiades acordara con Rusia la entrada y amarre en el puerto de Limassol de buques de la Armada rusa.
Sin embargo, Nicosia no se dejó doblegar y la instalación de la base naval rusa en el hasta hace poco ‘dominio anglosajón’, en el puerto de Limassol, está resuelta para la Armada rusa, informa un artículo analítico del diario ‘Vzgliad’.
Es más, como resultado de la presión, el ministro de Relaciones Exteriores de Chipre, Ioannis Kasoulides, pasando a la ‘contraofensiva’, criticó duramente a EE.UU. y la Unión Europea. El titular de Exteriores chipriota acusó a Estados Unidos y al Reino Unido de “ignorar los intereses de Chipre”, un país que “tiene su propio problema” [parte de Chipre está ocupada por Turquía] y “sus reclamaciones” contra Europa y EE.UU.
Por ejemplo, Nicosia “encuentra más entendimiento” por parte de Rusia, Francia y China que de EE.UU. y la Unión Europea en el dilatado enfrentamiento con Turquía.
El analista de ‘Vzgliad’ indica que la apertura de un centro de mantenimiento de buques de guerra rusos en el puerto de Limassol (que sería vecino de una base británica) no cambia la importancia del puerto sirio Tartus para la Armada rusa: el enclave sirio será convertido en una verdadera base naval, mientras que el ‘hospitalario’ Chipre se usará como un punto de reabastecimiento de combustible y de apoyo logístico.
El puerto servirá para tareas de mantenimiento de los buques rusos, que almacenarán allí los materiales necesarios para la reparación y reabastecimiento de combustible, que sería mucho más barato que la construcción de una verdadera base.
Además el estrecho de Gibraltar, una de las zonas de responsabilidad operacional de las Flotas del Báltico y del Norte rusas, queda a 6-7 días de navegación tanto de Tartus como de Limassol, mientras que el canal de Suez se encuentra “al alcance de la mano”, indica el rotativo.
RT