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Felipe González, otro payaso que busca notoriedad a costa de Venezuela


El presidente del Gobierno de España entre 1982 y 1996, Felipe González, nos sorprende estos días anunciando que defenderá las causas de los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma.

 La gran prensa ha saludado la iniciativa de tomar la defensa de a quienes se denominan de antemano presos políticos y El País hasta le dedicó al hecho un exagerado editorial que afirma que el “gesto puede suponer salvaguardar la integridad física de los dos encarcelados y del conjunto de la oposición”1

Posibilidad que no han planteado seriamente ni los propios detenidos.

El exmandatario español, que se dedicó tras su paso por la política a ganar dinero, con su consultora factura millones de euros y de su puesto en el consejo de administración de la transnacional Gas Natural recibe la propina de 127.000 euros anuales, vuelve a meterse en política en Venezuela, un país que conoce muy bien.

Felipe González tuvo una estrecha relación con el exmandatario venezolano Carlos Andrés Pérez durante su segundo mandato, que no pudo terminar al ser destituido en 1993 por la Corte Suprema por malversación de fondos públicos. En aquella época Antonio Ledezma era gobernador del Distrito Federal de Venezuela, que incluía Caracas, donde había sido designado por el presidente Pérez.

Más allá de los delitos de los que se acusa a Ledezma y López en la actualidad a ninguno puede considerársele trigo limpio. Ledezma fue alcalde del Municipio Libertador entre 1996 y 2000, cargo en el que se hizo célebre porque trató de ejecutar un plan de reordenamiento de la ciudad por el que enfrentó a los vendedores callejeros con una represión y violencia que provocó varios fallecidos y heridos2.

 López, como alcalde del rico municipio Chacao de Caracas, estuvo involucrado en el golpe de Estado contra el presidente Chávez en el año 2002 promoviendo actos de violencia y la persecución de altos cargos políticos, como la detención del entonces ministro del Interior.

Hoy en día Felipe González pasa mucho tiempo en América Latina, pero la relación con la región proviene de los tiempos en los que era presidente, cuando valiéndose de su posición forjó interesadas amistades al calor del dinero y la corrupción. 

Entre los muchos negocios que González apadrinó, mencionar que en el año 1984 tras la expropiación de Rumasa, su Gobierno le vendió a Gustavo Cisneros, personaje que ostenta la primera fortuna de Venezuela y la 481ª del mundo3, la cadena de grandes almacenes Galerías Preciados a un precio aproximado de 10 millones de dólares, que tan solo tres años después vendió por 200 millones de dólares.

 Un negocio redondo para el magnate venezolano y una estafa al pueblo español.

La vuelta de González a Venezuela coincide con el mayor hostigamiento por parte de EEUU desde la llegada de Chávez al poder, lo que hace suponer que el rol del exmandatario será el de ejercer de payaso vociferante para elevar todavía más el grado de hostigamiento y fomento de la inestabilidad política.

 La elección para su defensa de los políticos presos López y Ledezma, es a todas luces desatinada y nos hace recordar el dicho que reza dime con quién andas y te diré quién eres.







http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196902




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