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Defiende Vaticano designación de cuestionado obispo chileno


No existen “razones objetivas” que impidieran a Juan Barros Madrid convertirse en obispo de Osorno. Así lo estableció hoy El Vaticano y aclaró que, antes de la designación, su caso fue analizado a profundidad. Esto después de las encendidas críticas contra el prelado chileno por su cercanía con Fernando Karadima, culpable de abusos sexuales contra menores.

Este martes la sala de prensa de la Santa Sede emitió una comunicación de apenas tres líneas con la cual salió al paso de las críticas que se suscitaron en el país sudamericano por el traslado de Barros, que antes se desempeñaba como obispo militar.

“Antes del reciente nombramiento como obispo de Osorno (Chile), de Juan de la Cruz Barros Madrid, la Congregación para los Obispos estudió detalladamente la candidatura del prelado y no encontró razones objetivas que interfirieran con la misma”, estableció una nota del vicedirector de la sala, Ciro Benedettini.

Cuando el 10 de enero pasado se anunció públicamente su nombramiento para Osorno se abrió una encendida controversia pública. Él es uno de los cuatro obispos surgidos de la obra religiosa fundada por Karadima en torno a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de El Bosque, en Santiago.

El carismático sacerdote llegó a tener “fama de santo”, hasta que en 2010 se destapó un escándalo de abusos sexuales cometidos por él contra varios muchachos. Para ese entonces Barros llevaba seis años como obispo castrense de Chile, cargo en el cual había sido designado por Juan Pablo II el 9 de octubre de 2004.

Finalmente el Vaticano sometió a Karadima a un proceso, lo halló culpable de esos delitos y lo marginó del sacerdocio. Aquella condena afectó la imagen de los cuatro obispos, que durante el proceso en los tribunales vaticanos salieron a defender a su mentor.

Uno de los primeros en quejarse fue Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de los abusos ocurridos en El Bosque, quien mandó una carta al nuncio apostólico, Ivo Scapolo, en la cual lo acusó de ser cómplice y encubridor de Karadima.

No obstante, contra el obispo no existe proceso judicial o eclesiástico abierto por el supuesto encubrimiento del cual lo acusan. Después de eso unos 51 diputados expresaron su perplejidad en una misiva entregada a la embajada chilena ante El Vaticano. Hicieron lo propio 30 diáconos y sacerdotes de Osorno quienes se manifestaron “confundidos e irritados” por la situación.

Aunque el Papa se informó directamente sobre el tema en las últimas semanas con los arzobispos de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati, y de Concepción, Fernando Natalio Chomalí Garib, mantuvo su designación.

La escalada de tensión pública llegó a su punto culminante el pasado 21 de marzo, cuando Barros debió afrentar agresiones físicas y verbales violentas durante la misa de su instalación como obispo en la catedral de Osorno.

Los detractores anunciaron que continuarán con sus protestas físicas y a través de las redes sociales, mientras al menos dos integrantes de la Comisión para la Tutela de los Menores del Vaticano llegaron a expresar su perplejidad públicamente.

Alejandro Palafox Beristain para Alianzatex

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