Qué es la islamofobia En este injusto debate se han dicho muchas tonterías, pero la mayor que hemos leído es la de una Secretaria de Estado francesa que daba como muestra de que el velo es un signo de sumisión de la mujer el hecho de que "solo lo llevan las mujeres", olvidándose de que, por el mismo argumento, la falda y los tacones, que en Europa generalmente sólo llevan las mujeres, podrían ser también signos manifiestos del estado de sumisión de estas mujeres occidentales.
Por Gaspar Rul-Lán.// Es triste que ciudadanos de países cultos y democráticos que tuvieron que sufrir directamente la locura nazi de la judeofobia, hoy fomenten una nueva fobia, una “aversión -como dice el diccionario- apasionada o enconada hacia algo”, hacia el Islam, olvidando las grandes aportaciones de esta religión a Occidente en los campos del arte, la poesía, las ciencias y la filosofía, y satanizando a más de mil millones de musulmanes, de muy diversas escuelas islámicas, desde los maravillosos místicos sufies hasta los asesinos de Al Qaeda, identificando a todos con unas minorías fanáticas y criminales que con sus actos terroristas han conseguido atemorizar al mundo occidental, y presentando esta religión como una “fuerza del mal” dispuesta a destruir a toda nuestra cultura y modo de vida.
La libertad de uno termina donde comienza la de los demás. Montesquieu
Primero, en Dinamarca, fueron las estúpidas viñetas de Aahus, con un Mahoma que tiene por turbante una bomba, publicadas en el periódico de mayor tirada del país, el Jyllands-Posten, y reproducidas varias veces por otros periódicos europeos en apoyo de una mal entendida libertad de expresión que olvida la sabia advertencia de Montesquieu que “la libertad de uno termina donde comienza la de los demás”.
Ahora, en Holanda, Geer Wilders, líder de la extrema derecha holandesa, cuelga en la red una película, Fitna, que, necesariamente, ha de ofender a los millones de pacíficos seguidores del Profeta que rechazan, lo mismo que nosotros, los crímenes terroristas de sus correligionarios.
En España el PP y otros iluminados continúan, el absurdo debate sobre el derecho de las mujeres musulmanas a cubrirse o no cubrirse la cabeza con un velo.
Estos mismos días en Potsdam, Alemania, se estrena una adaptación de la controvertida obra de Salman Rushdie , Los Versos Satánicos, con una puesta en escena que, por lo que hemos podido ver en la prensa, de nuevo parece identificar el Islam con el terrorismo.
Pero no solo en los países nórdicos, en Francia se inicia, y en España el PP y otros iluminados continúan, el absurdo debate sobre el derecho de las mujeres musulmanas a cubrirse o no cubrirse la cabeza con un velo.
LA ISLAMOFOBIA ES LA GRAN TRAMPA QUE EL NEOLIBERALISMO LE TIENDE A LOS INCAUTOS EN OCCIDENTE… JTC
En este injusto debate se han dicho muchas tonterías, pero la mayor que hemos leído es la de una Secretaria de Estado francesa que daba como muestra de que el velo es un signo de sumisión de la mujer el hecho de que “solo lo llevan las mujeres”, olvidándose de que, por el mismo argumento, la falda y los tacones, que en Europa generalmente sólo llevan las mujeres, podrían ser también signos manifiestos del estado de sumisión de estas mujeres occidentales.
Pensando en Estados Unidos y sus crímenes… o en Israel y sus atrocidades en Palestina podemos recordar el surah 2/205: “Hay algunos, entre los hombres que ponen a Dios por testigo de lo que hay en su corazón, que son, sin embargo, los más belicosos de los pendencieros…”
Las fobias son siempre fruto de la ignorancia, y en toda esta nueva islamofobia uno puede detectar una absoluta ignorancia del Islam. Probablemente, muy pocos de los furibundos críticos de esta religión se habrán molestado en leer su libro sagrado, el Corán , y los que lo han hecho habrán cometido el mismo error que cometen los fundamentalistas cristianos que interpretan el Viejo Testamento literalmente.
También en nuestro libro sagrado pueden encontrarse escenas y expresiones que chocan directamente con nuestra sensibilidad y nuestros modernos criterios políticos y morales, pero también se pueden encontrar los principios religiosos que fundamentan el Cristianismo. Así, también, en el Corán se pueden encontrar, entre la cizaña más negra, las espigas doradas de la verdad.
Sólo unos pocos versos como ejemplo, y que podrían explicar el rechazo de muchos verdaderos musulmanes a la prepotencia Occidental, al comportamiento criminal de los terroristas islamistas, y a algunas de las interpretaciones interesadas de Libro sagrado.
Pensando en Estados Unidos y su acción en Irak, o en Israel y su comportamiento con los palestinos, podríamos recordar el surah 2/205: “Hay algunos, entre los hombres que ponen a Dios por testigo de lo que hay en su corazón, que son, sin embargo, los más belicosos de los pendencieros… Y cuando tienen autoridad, corren por la tierra para crear en ella el desorden, para destruir las cosechas y la progenie del hombre” .
Y a estos cruzados contra el mal se les podría recordar también el surah 5/9: “Que la enemistad de un pueblo no os incite a actuar con injusticia.
Sed siempre justos, porque esto es estar cercano a Al-lah”, y también el surah 42/43 que nos dice que “Sólo son culpables quienes perjudican a los hombres y cometen transgresiones en la tierra sin justicia”.
“Al-lah ordena devolver el poder depositado en vosotros (gobernantes) a sus propietarios (el pueblo)” (4/59) y “Quienes escuchan al Señor, resuelven sus asuntos por consulta mutua” ( 42/39). Corán
El Corán también nos recuerda que quien es capaz de perdonar tendrá su recompensa en Al-lah (42/41). El verdadero musulmán no puede olvidar, como tantas veces ha hecho, y como han hecho los mismos cristianos, el derecho fundamental a la liberad religiosa: “no debe haber coacción en la religión” nos dice el Profeta (2/257).
Para algunos comentaristas islámicos el Corán, en contra de lo que muchos piensan dentro y fuera de esta religión, propugna la democracia participativa de tipo occidental en estos dos versículos dirigidos a los gobernantes: “Al-lah ordena devolver el poder depositado en vosotros (gobernantes) a sus propietarios (el pueblo)” (4/59) y “Quienes escuchan al Señor, resuelven sus asuntos por consulta mutua” ( 42/39).
En fin, podríamos continuar, pero basta que recordemos que una cosa es lo que dicen los Libros Sagrados, otra cómo se interpretan y otra, muy distinta, cómo, en el día a día, actúan los individuos.
Fuente: WebIslam