No podía esperarse otra cosa del The Washington Post al querer endulzar la imagen de las cuestionadas Radio/TV Martí, caracterizadas por ser un nido de falsarios y detractores de la realidad cubana, fabricantes de campañas desestabilizadoras y cuyas noticias surgen de dudosas fuentes, las que responden a la condición de mercenarios y al discurso anticubano sostenido por la derecha norteamericana.
Es por ello que el trabajo de opinión publicado ayer por este diario bajo la firma de A. Ross Johnson, ex director de Radio Europa Libre entre 1988 y 1991, y S. Enders Wimbush, director de la emisora Radio Liberty entre 1987 y 1993, no podía resultar otra cosa que un espaldarazo a sus socios de oficio provocador.
Los supuestos expertos –realmente vinculados a la CIA-, sobredimensionaron el rol de Radio/TV Martí en la implementación de la guerra ideológica contra Cuba, a sabiendas del poco impacto que estos entes han tenido dentro de la sociedad cubana.
En resumen, el Post trata de impostar las siguientes matrices de opinión:
► Las transmisiones de Occidente fueron indispensables para divulgar información esencial para quienes luchaban por el cambio y para acelerar este proceso. Cuba se aproxima hoy a un momento similar y una vez más los Estados Unidos tienen un poderoso instrumento para ayudar a moldear el resultado.
► La experiencia de los servicios noticiosos para Europa del Este sugiere que la función de Radio y TV Martí será cada vez más importante en el restablecimiento de las relaciones con Cuba y a medida que se afiancen los lazos culturales, académicos y económicos con los Estados Unidos.
► Con los medios de comunicación en la isla todavía firmemente controlados por el Estado, los cubanos acudirán los Martís para obtener información sobre la sociedad civil, las protestas de derechos humanos, los blogs de la oposición local, las normas de viajes, los proyectos económicos, y las controversias dentro del propio régimen, en general, para todas las noticias nacionales, con un enfoque en las voces de Cuba sobre Cuba.
► Esta alternativa de información tan abarcadora no podrá proveerla CNN ni ningún otro medio de información comercial. Tampoco debe verse - como algunos diplomáticos estadounidenses han valorado en ocasiones a Radio Europa Libre y Radio Libertad- como un impedimento para la mejoría de las relaciones entre los gobiernos.
► El día en que Cuba alcance la libertad y la democracia como consiguieron los antiguos países comunistas de Europa del Este que ya cuentan con prensa libre, no será necesario Radio y TV Martí. Hasta entonces, la emisora puede desempeñar un papel clave en el fomento de la transición democrática pacífica en Cuba.
► Los Martí tienen impacto en Cuba. Han recibido fuertes críticas por los esfuerzos infructuosos para transmitir su señal de televisión desde un avión que volaba más allá del espacio aéreo cubano. Ese avión dejó esa función en mayo de 2013.
► La programación de los Martí contiene la clásica información que los medios de comunicación cubanos divulgarían si Cuba fuera libre.
► La decisión de Obama de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba, independientemente de que esto pueda traer más libertad o más represión para los cubanos, presupone un cambio de juego en el servicio estadounidense de transmisiones hacia Cuba, creado para un momento como éste.
► La Casa Blanca y el Congreso deben proporcionar los recursos necesarios para que los Martís lleven a los cubanos la información que los ayudará a conquistar la libertad.
Serias equivocaciones sufre The Washington Post y los autores de este artículo al querer igualar el rol de Radio Europa Libre y Radio Liberty con Radio/TV Martí.
Está demostrado que los índices de audiencia de las mismas son mínimos en Cuba y limitados al seguimiento, mediante servidores proxys para acceder al sitio digital Martinoticias.com, tan solo por un reducido número de contrarrevolucionarios, quienes han intentado limitadamente divulgar sus tendenciosos programas en distintas plataformas digitales.
Con independencia de que los medios de comunicación en Cuba aún adolecen de diversas fallas, tales como inmediatez en la noticia, hacer un mayor uso de un periodismo crítico, generar una programación más amena y otras limitaciones –muchas veces subjetivas-, a las que hay que erradicar, nunca Radio/TV Martí y su sitio digital serían opciones valederas para los cubanos.
Ello obedece a que, si bien muchas veces se tocan temas que nos afectan y son sensibles en nuestra vida cotidiana, la manipulación de los mismos, la permanente mentira deliberada, el sobredimensionamiento del rol de la contrarrevolución interna, el cuestionamiento viciado del tema de los derechos humanos, así como la malsana intención de atentar contra nuestra constitucionalidad, le hacen ser poco identificativos con la manera de pensar de la gran mayoría de nuestro pueblo.
El llamado del Post para que el Congreso y la Casa Blanca ofrezcan más recursos a una entidad cuestionada por el desvío y mal uso de los fondos, pone en duda la efectividad futura de Radio/TV Martí.
Nunca Radio/TV Martí será realmente un efectivo vocero del sentimiento de libertad, soberanía y convicciones de nuestro pueblo. Es por ello que un restablecimiento de las relaciones entre ambas naciones descarta que la misma esté en la agenda de discusión por parte de Cuba.
The Washington Post ha olvidado un aspecto esencial. Cuba acepta establecer relaciones con Estados Unidos sobre la base del respeto mutuo, la aceptación de las partes de sus sistema político y mantener a toda costa el derecho soberano de cada cual a decidir su propio destino.
La soberanía cubana ha de ser respetada y, con ella, la soberanía de nuestro espacio radio eléctrico. Nunca aceptaremos, ni autorizaremos, que quien se nos acerca lo haga para subvertir nuestro orden constitucional.
Tampoco aceptaremos que nación alguna nos imponga el deber de escuchar a una emisora llena de desprestigio y falsedades, que desde 1984 no ha logrado otra cosa que ser ignorada por nosotros.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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