Los intensos combates en el este de Ucrania —donde, según la OSCE ya han muerto casi 5.000 civiles— fueron reanudados por Kiev con el 'permiso' de Washington.
Para Occidente esta guerra es beneficiosa en el marco de su estrategia que busca presionar a Rusia para conseguir la hegemonía mundial, y la matanza de miles de ucranianos es un daño colateral que no se tiene en cuenta.
Rusia, Alemania, Francia y Ucrania podrían ponerse de acuerdo sobre un alto el fuego sólido si EE.UU. y sus marionetas ucranianas no hubieran desarrollado su propio juego con fines distintos, dijo en una entrevista al Canal Uno el director general del Centro de la Coyuntura Política de Rusia, Serguéi Mijéyev.
"Y es un juego simple: la guerra en Donbass debe convertirse en una palanca de presión sobre Rusia.
El hecho de que los ucranianos estén siendo utilizados como carne de cañón en general no le importa mucho a EE.UU.
Para los norteamericanos no es la primera vez", concluye Mijéyev.
rt