Las autoridades de Estados Unidos negocian con el Gobierno de Enrique Peña Nieto la venta a México de aproximadamente 100.000 barriles de petróleo al día.
Una vez iniciado el suministro, el noveno productor más grande de petróleo, que es México, se convertiría también en cliente de su principal comprador.
El petróleo cuya venta se discute es crudo ligero de origen libio, que EE.UU. ofrece a algunos países socios como si fuera jurídicamente de su propiedad.
Además de México, según reveló el embajador de ese país en Washington, Eduardo Medina Mora, también Canadá ha aceptado comprar a EE.UU. petróleo proveniente del país africano que atacaron juntos en 2011 dentro de la operación contra Muammar Gaddafi.
En una rueda de prensa convocada con motivo de las negociaciones bilaterales sobre la cuestión petrolera, posteriores a la visita de Peña Nieto a Washington, el diplomático explicó la decisión por razones técnicas.
"Las refinerías de México trabajan mejor con petróleo ligero", dijo Medina Mora, citado por 'La Jornada'.
Por lo tanto la importación de crudo estadounidense (o, mejor dicho, libio) las haría "más competitivas".
En el lenguaje del Gobierno de México y los dirigentes de la compañía PEMEX la importación de crudo ligero de EE.UU. desde mediados del año pasado forma parte del "debate" sobre la reforma del sector energético nacional.
El Departamento de Comercio de EE.UU. ya ha aprobado esta operación comercial.
Mientras tanto, las finanzas públicas en México muestran su crecientevulnerabilidad ante la volatilidad del mercado internacional de petróleo. Según pronosticó este miércoles el director para América Latina de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño, "tendrán que sufrir un ajuste a más tardar en 2016", incluso sin los gastos adicionales que implica la compra de petróleo a terceros países.
rt