La confrontación fraticida en Ucrania es históricamente inevitable porque el Estado, en sus fronteras actuales, es artificial, declaró a RIA Nóvosti el jefe del departamento crimeo del Instituto de Investigaciones Económicas, Sociales y Políticas, Alexandr Formanchuk.
"Ucrania no puede existir como un proyecto anti ruso, originado en Occidente y apoyado por Washington y sus aliados. La guerra en el este del país lo prueba", dijo. El experto opina que la clase gobernante de Ucrania no ha logrado encontrar el camino para reconciliar todos sus territorios y no ha entendido que el país podrá existir solo si mantiene una actitud amistosa hacia Rusia.
Formanchuk piensa que las autoridades ucranianas están controladas por Occidente que a su vez ve a Ucrania solo como un puesto avanzado para combatir contra Rusia. El experto considera que Ucrania se desintegrará, ya que en su concepto anti ruso podrá existir solo en una versión reducida. "Lo más probable es que la integren Kíev y las tierras del oeste, llamadas Galitzia", dijo.
Cree que las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk junto con otras regiones orientales de Ucrania lucharán hasta que se independicen. "Vemos cómo defienden su derecho a la independencia los habitantes de Donetsk y Lugansk. Vemos cómo se desarrollan el movimiento guerrillero en Odessa. Por eso estoy seguro de que llegará un día en que el Estado ucraniano vea reducirse su actual extensión", dijo.
Formanchuk explica que como las mayores ciudades del suroeste de Ucrania habían sido fundadas por el Imperio ruso, la población que vive allá tiene raíces rusas, y como consecuencia no se podrá cambiar la mentalidad de la gente. "Hay fuerzas que lucharán por su identidad hasta el final. El gobierno no podrá ahogar la lucha liberadora en su origen", subrayó Formanchuk.
El político cree que Kíev siente pánico ante la idea de que Donetsk y Lugansk puedan consolidar su derecho a independencia y la liberación empiece en otras regiones del este, que todavía están controladas por el Gobierno ucraniano.
