Amigos del prisionero político puertorriqueño Oscar López Rivera celebraron este martes su cumpleaños 72 y exigieron a Barack Obama la liberación de un hombre que lleva 33 años encarcelado.
Nunca fue acusado ni hallado culpable de causar daño o muerte a persona alguna
Juventud Rebelde
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Con la esperanza renovada, amigos del prisionero político puertorriqueño Oscar López Rivera celebraron este martes su cumpleaños 72 y exigieron a Barack Obama la liberación de un hombre que lleva 33 años encarcelado.
Amigos solidarios recordaron la injusticia del Gobierno de Estados Unidos al mantenerlo en prisión y pidieron redoblar esfuerzos para que regrese a su tierra, informó el diario Primera Hora.
La causa de Oscar López Rivera ha acaparado titulares en los últimos días luego de que los presidentes uruguayo, José Mujica, y venezolano, Nicolás Maduro, así como el jurista español Baltasar Garzón pidieran su excarcelación.
Fermín Arraiza Navas, uno de los participantes en la celebración, afirmó que «Oscar no es meramente un prisionero político. Es un prisionero de guerra. Estados Unidos se jacta y se llena el pecho gritando a los cuatro vientos que liberen a sus prisioneros de guerra, pero tiene prisioneros de guerra», dijo.
Clarisa, hija de López Rivera, leyó una carta que su papá le envió, en la que reiteró que encuentra fuerzas en las muestras de apoyo que recibe.
En la misiva, López Rivera expresó que el pueblo debe mantenerse en pie de lucha para apropiarse de su futuro y comentó que los maltratos que recibe en la cárcel no van a aniquilar su espíritu combativo.
Clarisa se mostró esperanzada en que este podría ser el último año que su padre pase en prisión.
«La esperanza es bien alta. Cada día son más voces que se unen. No es un caso invisible. Puede ser el año de la liberación de mi papá, pero el futuro es impredecible. Seguimos trabajando», afirmó.
Convicto por sedición, debido a sus vínculos con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, López Rivera extingue una pena de 70 años de cárcel y tiene pendiente, desde hace años, ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos, una solicitud de clemencia.
PL apunta que nunca fue acusado ni hallado culpable de causar daño o muerte a persona alguna. Con los años, grupos y personalidades han pedido su excarcelación por entender que la sentencia y las condiciones de su cautiverio han sido injustas.
