" Vine a Nicaragua desde España, hará de esto nueve años.
Me entregué con pasión a mi misión y pronto descubrí que el hambre y la sed de justicia de un pueblo humillado y oprimido reclamaba más que el consuelo de las palabras el consuelo de la acción.
He visto la explotación inicua del campesino aplastado bajo las botas de los terratenientes y de la guardia nacional, he visto como unos pocos se enriquecían obscenamente a la sombra del dictador somocista, he sido testigo del inmundo tráfico carnal a que se somete a las jóvenes humildes entregadas a la prostitución por los poderosos; he tocado la vileza, el escarnio, el engaño, el robo, la corrupción, la represión inmisericorde, las torturas en las cárceles por reclamar lo que era suyo.
Y como nuestros jóvenes honestos, los mejores hijos de Nicaragua, están en la guerra contra la tiranía opresora, yo he resuelto sumarme como el más humilde de los soldados del Frente Sandinista a esta guerra que en mi conciencia es justa.
La insurrección revolucionaria puede .ser legítima en caso de tiranía evidente y prolongada, que atente 'a los derechos fundamentales de la persona y dañe gravemente el bien común, ya provenga de una sola persona, ya de estructuras evidentemente injustas ". -
Gaspar García Laviana