Un nuevo estudio de ADN de los fósiles de un europeo que vivió hace 36.000 años revela que los ancestros de los primeros europeos sobrevivieron al último máximo glacial y la existencia de una población desconocida que posteriormente desaparecería.
Un estudio de ADN de los restos fósiles del Kostenki 14, el cráneo de un hombre que vivió en el oeste de Rusia hace 36.000 años, ha revelado que los ancestros de los primeros europeos sobrevivieron al último máximo glacial, el punto culminante de la última Edad de Hielo.
De esta forma, se ha demostrado que el genoma moderno europeo es más antiguo de lo que pensaban los científicos, remontándose su origen al Paleolítico Superior, entre hace 50.000 y 100.000 años.
Asimismo, esta investigación proporciona una escala temporal mucho más detallada acerca del periodo en el que los humanos modernos y los neandertales pudieron cruzarse, aportando evidencias sobre un contacto muy temprano entre los grupos de cazadores-recolectores de Europa y Oriente Medio.
Como señalan los investigadores, precisamente este contacto explica el misterioso linaje desconocido, que podría ser tanto o incluso más antiguo que las otras líneas genéticas principales de Eurasia.
"Un elemento del genoma de Kostenki confirma la presencia de un importante linaje euroasiático aún desconocido", señala Andaine Seguin Orlando, científico participante en la investigación.
El estudio ha sido llevado a cabo por un grupo de expertos internacionales del Centro de Geogenética de la Universidad de Copenhague.
Los resultados del impactante estudio están publicados en la revista 'Science'.