Raúl Capote, escritor y profesor universitario, el ex agente «Daniel» de la seguridad cubana y «Pablo» para la Agencia Central de Inteligencia estadounidense —la CIA— aún guarda fresco en su memoria el día —a finales de 2009— en el que Rene Greenwald, el oficial CIA con el que trabajaba, y Marc Wachtenheim, que atendía Cuba por la Fundación Panamericana para el Desarrollo, le hablan de la idea de un proyecto como este que se está denunciando ahora y le piden apoye a un grupo de jóvenes que vendrían a la Isla con la intención de buscar e identificar a líderes políticos y activistas dentro de las universidades.
La experiencia de Capote como agente de la CIA en el proyecto Génesis —que buscaba formar «cuadros» mediante becas en el extranjero y que a su regreso se convirtieran en líderes dentro de sus centros de estudio, incluso ocupar responsabilidades dentro de la UJC y la FEU— serviría a los intereses de estos jóvenes «viajeros» de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Usaid, con poca experiencia en el tema Cuba.
«Necesitaban que yo les diera orientaciones de cómo llegarle a nuestros muchachos, que pudieran ser reclutados y entrenados con el objetivo de impulsar entre los jóvenes cubanos un nuevo tipo de oposición al sistema. Esto tiene mucho que ver con Génesis, que precisamente lo que buscaba era eso, crear en Cuba un liderazgo contrarrevolucionario en el campo intelectual, que tuviera bases sociales y apoyo en un sector importante de la población.
«Pero ya desde el 2008, cuando comienza la fase más importante del proyecto Génesis —iban a comenzar a otorgar el plan de becas para formar “líderes” en universidades europeas y norteamericanas— se comienza a barajar la idea de que vinieran a Cuba “contratistas”, en realidad mercenarios, —ahora conocimos que pudieran ser de la Creative Associates International— capaces de “preparar” sobre el terreno a los estudiantes universitarios».
Entre el 2009 y el 2010 comienzan a llegar a Cuba algunas de esas personas. «Recuerdo que en el 2009 vienen una hondureña y una guatemalteca —incluso se observan caminando conmigo en el material Fabricando un líder de Razones de Cuba— y vamos a la Universidad de La Habana, hacemos un recorrido, precisamente el Día del Estudiante, y ven la participación en todas las actividades que se habían programado», rememora.
«Era un día común y corriente, como pasa siempre, una gran fiesta; pero ellas querían ver de cerca qué estaba ocurriendo en la Universidad, el ambiente.
Yo me inventé toda una historia y las hice caer en el juego de tres momentos históricos totalmente opuestos, porque estábamos hablando de lo que significaba el Día del Estudiante en Cuba, pero también del famoso enfrentamiento en Praga de los estudiantes checos contra el nazismo y que ese día también se conmemora la caída del socialismo en la antigua Checoslovaquia, por lo tanto, le puse la carga en la idea de que muchos de esos muchachos tenía conocimiento de que ese día se estaba celebrando la caída del socialismo en Checoslovaquia y que algunos, influidos por el proyecto Génesis, lo estaban celebrando al mismo tiempo que el Día del Estudiante y había que hacerlo de manera oculta y le conté toda una historia», recuerda Capote narrándonos sus peripecias.
«Lo que más me asombraba —también en mis contactos con agentes de la CIA— es lo poco que conocen a Cuba, tienen una idea tan cerrada de lo que pasa en el país, que cuando llegan y ven a los estudiantes de la facultad de Filosofía que están haciendo un concurso culinario y de momento algunos se aparecen con una bandeja del comedor como parte de la exposición de platos, con un huevo frito, un poco de chícharo, ven eso como un acto de disidencia, contestatario, un desafío al “régimen”, una gran cosa.
«En otro momento del día —recuerda Capote— van a ver Clitemnestra, una obra de teatro preparada por los estudiantes, y cuando la actriz grita con mucha energía “¡Libertad!” a aquella muchacha que le acompañaba “se le erizaban los pelos” pensando en las posibilidades que existían con esos estudiantes para sus fines. La tapa al pomo de aquella jornada fue cuando se ponen a escuchar la descarga de un grupo de trovadores, muy jóvenes, poco conocidos en los medios de comunicación y las canciones tenían contenido bastante crítico sobre cosas cotidianas que suceden en su universidad o la sociedad cubana y eso lo entendían como el principio del fin de la Revolución Cubana».
Para el ex agente Daniel, ese desconocimiento profundo que traen los enemigos de Cuba de nuestra sociedad es lo que los hace fracasar: «Confunden la inconformidad propia de los revolucionarios, del ser humano por naturaleza, con la oposición al sistema y ese es el gran error que cometen porque nunca han logrado encontrar a esa persona que sea líder del cambio que buscan».
La memoria y los cinco CUC
Durante el año 2010, según los documentos e historias reveladas por la AP, comenzaron a arribar a Cuba los jóvenes latinoamericanos reclutados por la Usaid para subvertir el orden del país desde las universidades. Entre las anécdotas de Raúl Capote está la de unos costarricenses que pretendían acciones directas en la Universidad de La Habana.
«Los “ticos” venían con la misión de recopilar información de lo que estaba pasando en las universidades e identificar a los que se les podía llegar y subvertir, incluso vinieron con memorias flash que traían dentro un manual especialmente preparado para los jóvenes cubanos para tumbar la Revolución y con la tarea de ir a la Universidad de La Habana y repartir las memorias y darle cinco CUC a cada estudiante, y allí entré yo a disuadirlos».
Los argumentos sencillos de Capote dieron al traste con la idea: «Mira, si llegas y le entregas eso a los muchachos en la escalinata lo que van a hacer es utilizar el dinero para una fiesta o gastarlo en la esquina y van a borrar el manual y al final no van a llegar a ninguna parte. Además que me parece muy riesgoso y poco serio».
Luego vino una colombiana, esta si ya mucho más profesional —nos cuenta— vinculada al trabajo de la Usaid y la Fundación Panamericana para el Desarrollo que visita la Universidad conmigo, también con el objetivo de buscar la manera de preparar la llegada a Cuba y el accionar de este tipo de elemento, los «viajeros».
Para ese momento, ya el agente «Pablo» de la CIA tenía instrucciones precisas de su contacto, Rene Greenwald, de darle preparación a un grupo de esos jóvenes latinoamericanos del ahora conocido programa de los «viajeros»:
«Me piden que manteniendo un bajo perfil, para que no levantara sospecha, ayudara a los “viajeros” en todo lo que pudiera para que su trabajo tuviera éxito. Se les entrenaba incluso en el conocimiento de nombres de profesores de la Escuela Latinoamericana de Medicina, ELAM, se les daba una bata blanca, un estetoscopio para que llevaran en la cartera, libros de medicina; todo lo necesario para si alguien les preguntaba en algún momento o lugar del país, sencillamente respondieran que eran estudiantes extranjeros de la ELAM y que lo que buscaban era relacionarse con otros estudiantes».
¿Diferente collar?
El tiempo sigue corriendo en contra de los planes del Gobierno estadounidense de derrocar la Revolución Cubana mediante estrategias de guerra no convencional; si antes fue con la aplicación de leyes extraterritoriales y el bloqueo económico, comercial y financiero hacia Cuba, desde hace algunos años lo hacen desde lo solapado de la subversión, pero con el mismo fin, apagar la Cuba socialista.
La Usaid comenzó promocionando becas en el exterior, pero les era engorroso lograrlo, luego se empeñaron en impartir cursos on line en la Oficina de Intereses —Sina— en La Habana, más tarde llegarían los cursos en el terreno para capacitar a sus líderes opositores en potencia. Ahora la política migratoria ha cambiado en Cuba y comienzan a explotar el uso de las becas en el exterior para preparar a sus «líderes», pero, ¿acaso cambió algo en la estrategia?
Para Raúl Capote «todos esos planes fueron impulsados con premura por el Gobierno estadounidense con el fin de tener formado un supuesto liderazgo afecto que tomara el poder en la hora del relevo generacional en Cuba. Pero, hasta hoy, no cuentan con la base necesaria, con los activistas para actuar en eso que ellos llaman “cambio generacional” que avizoraban muy próximo».
La sumatoria de planes contra Cuba continúa pero el fin es el mismo: «El proyecto Génesis en la formación de líderes, el programa de los viajeros denunciado por la AP, ZunZuneo, “el Twitter cubano”; Piramideo, y otros, es lo mismo, intentos que forman parte de un gran plan para derrocar a la Revolución Cubana mediante la subversión», subraya.
En Cuba los agentes de la CIA, los enviados de la Usaid «solo han encontrado gente que buscan ganar dinero y han convertido la subversión en un negocio para beneficiarse en lo personal y muchas veces los activistas de la contrarrevolución son “luchadores” de una visa para viajar al extranjero. Ese es el tipo de material humano con el que se han tropezado».
Justo antes de despedirnos, Raúl Capote, quien no puede desprenderse de su vocación formadora, nos resume: «Ellos necesitan otro tipo de persona para poder cumplir con los planes contra Cuba, personas con otra calidad humana, gente preparada, con base social, con convicción, y eso les es muy difícil; porque precisamente cada vez que se encuentran un líder o una persona con esa capacidad que ellos están buscando, es un revolucionario, formado en los mejores valores de la nación; son las personas con más cualidades en nuestras universidades, y esos nunca van a traicionar a su país».
http://lasantamambisa.wordpress.com/2014/08/07/ex-agente-revela-detalles-del-programa-viajeros-de-la-usaid/#more-16276