La ciudad portuaria de Bandar Abbas, capital de la provincia sureña de Hormozgán, es anfitriona desde el miércoles de una exposición de fotografías con motivo del aniversario del ataque de la Marina estadounidense a un avión civil iraní, el 3 de julio de 1988, lo que dejó 290 civiles muertos.
La exhibición incluye, además, una serie de documentos relacionados el trágico incidente, cuyo recuerdo jamás se borrará de la mente de la nación persa.
Asimismo, este jueves un gran número de funcionarios provinciales y familiares de las víctimas del ataque han participado en un acto, en el que han depositado ofrendas florales en las costas del golfo Pérsico, en el sur del país, donde se produjo el suceso.
El vuelo 655 de la compaña Irán Air realizaba un viaje de rutina entre Irán y Dubái, Emiratos Árabes Unidos (EAU), cuando fue derribado por dos misiles lanzados por la flota USS Vincennes de la Armada de EE.UU. que se hallaba en el Golfo Pérsico.
En el ataque perdieron la vida todos los 290 pasajeros a bordo del aparato, incluidos 66 niños, más la tripulación.
En aquel entonces, las autoridades estadounidenses justificaron su medida, alegando que sus oficiales de la Marina habían confundido el avión de pasajeros con uno de combate iraní, Tomcat F-14.
Seis años después, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya emitió una sentencia, según la cual, los EE.UU. tenían que pagar una indemnización tanto al país persa como a las familias de las víctimas, Washington nunca pidió disculpas por la acción.
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