Muchos creen que la heterosexualidad es un concepto que ha sido imperante a través de la historia, pero tan sólo fue creado a principios del siglo XX por psiquiatras que buscaban segregar, y al mismo tiempo polarizar, los gustos sexuales de las personas.
De este modo definieron a homosexuales como personas que gustan de otras con su mismo sexo y a heterosexuales que se atraen entre distintos sexos.
Puede resultar un poco confuso el hecho de que ambos términos fueran creados en la misma época y por los mismos especialistas, ya que como mencionamos, la mayoría de las personas creen que estos gustos “imperantes” han estado definidos “desde siempre”, sin pensar que ambos son conceptos contemporáneos.
Así lo explica en su último libro “Heterosexual”, la historiadora norteamericana Hanne Blank, quien describe lo ficticias que son nuestras nociones sobre lo que esta orientación sexual realmente es, desde su creación a fines del siglo XIX y principios del XX con la ayuda “conspirativa” de la psiquiatría. La experta también explica cómo estas visiones han ido cambiando gracias a los movimientos sociales.
Blank, como explica en una entrevista al medio estadounidense Salon, deconstruye la heterosexualidad moderna que “la mayoría da por sentada”.
La escritora afirma que se habla de una “historia de la heterosexualidad” por la misma razón de la que escriben historias sobre las religiones. Hombres y mujeres han estado teniendo relaciones sexuales todo el tiempo, del mismo modo hombres y mujeres han estado orando “por un tiempo muy largo también”.
Y tienen que ver, ya que, así como a los dioses se les relaciona con mitos específicos que surgen de lugares, fechas y situaciones particulares, la sexualidad prevalece con las mismas características.
Homosexualidad y heterosexualidad: el mismo origen.
La palabra heterosexual, como adjetivo calificativo, fue usada por primera vez a mediados del siglo XIX por un periodista austro-húngaro, Károly Mária Kertbeny, en respuesta a una ley que hizo del “comportamiento erótico de personas del mismo sexo una conducta ilegal”.
Este periodista hizo un “intento muy inteligente”, describe Blank, para tratar de igualar las orientaciones sexuales, realizando campañas que trataran de cambiar la opinión de la ciudadanía respecto a esta ley.
El creó, entonces, de manera panfletaria las definiciones de Heterosexual y Homosexual, para demostrar que las personas “no eran parte de una jerarquía” sino que “sólo dos sabores distintos de la misma cosa”.
Sin embargo, los psiquiatras, entre los años 1880 y 1980 comenzaron a hacer juicios de valor con tecnicismos médicos, ya que no contaban con valor científico en la época, manifiesta la historiadora.
A partir de esto, la rama de la medicina creó al heterosexual desde una perspectiva científico-valórica. También es responsable del surgimiento de otras orientaciones sexuales que fueron catalogadas como desviaciones. Fue así como la gente comenzó a pensar que si se acostaba con personas del mismo sexo se convertiría en un degenerado.
Movimientos feministas y las nuevas concepciones de heterosexualidad.
Puede resultar un poco inapropiado hablar de “movimientos de mujeres” cuando múltiples organismos feministas han luchado por la emancipación de otros, o cuando grupos que poco o nada tienen de feministas han sido liderados por mujeres que buscaban un trato igualitario.
Desde ahí, entonces, que estos movimientos -anti patriarcales- han contribuido a las nuevas definiciones de heterosexual. Según Blank, la concepción de igualdad de derechos ha cambiado mucho el panorama de los homosexuales.
“Una vez que mujeres y hombres son iguales o casi iguales en derechos a su propia autonomía económica, política y social, cambia el campo de juego y se cambia la relación de dependencia”, explica.