Pablo Gonzalez

Escandalosa injerencia de banco español en campaña electoral


La campaña electoral brasileña adquirió esta semana nuevos matices luego que el Banco Santander distribuyera una nota a sus prósperos clientes, en la cual considera una amenaza la reelección de la presidenta Dilma Rousseff. 

Tal acción desató gran revuelo entre el Partido de los Trabajadores, la agrupación de Rousseff, cuyo máximo representante, Riu Falcao, calificó de “terrorismo electoral” la injerencia de una institución financiera en la contienda comicial.
Tras señalar que hubo ya un pedido de disculpas formal enviado por el Santander, subrayó que lo ocurrido no se justifica y no descartó llevar el caso a la justicia.

Puntualizó que las entidades bancarias y financieras no pueden hacer manifestaciones que interfieran en la decisión de los electores.

Con oficinas y establecimientos en Brasil desde 1982, el grupo español Santander envió un documento a su clientela más rica, el cual señala que la economía empeoraría con la reelección de Rousseff, con alza en los intereses y caída del real y la bolsa.

Posteriormente, la institución publicó un mensaje en su página web en el que indica que el texto, enviado a “un segmento de clientes que representa apenas 0,18 por ciento” de su base fue contra la directriz interna y señala que la economía brasileña seguirá su exitosa trayectoria de desarrollo.

Analistas políticos alertan en tal sentido sobre las pretensiones de la oligarquía brasileña se usar los problemas en la economía, afectada por una desaceleración de su crecimiento y todas las alternativas posibles para impedir otro segundo mandato de Rousseff.

Sus adversarios tratan de resaltar las dificultades del sector industrial, en declive este año, y la caída del consumo para atacar a la mandataria, quien se mantiene como favorita para ganar los comicios del 5 de octubre próximo, aunque con un menor apoyo que meses anteriores.

Entre sus más activos contrincantes -según voceros del PT- figura la prensa brasileña, dominada por unas pocas familias interesadas en retomar el poder perdido con la victoria hace 11 años de Lula da Silva.

El aparato mediático derechista controla las comunicaciones en Brasil y hará todo lo posible para impedir la reelección de la presidenta del país, señalaron las fuentes.

Tales afirmaciones corroboran el arsenal de informaciones económicas que divulgan noticieros de canales de televisión cada día, en las cuales muestran las dificultades del país para avanzar en medio de una crisis global.

No afloran asimismo los resultados de los programas sociales implementados que motivaron el crecimiento de la clase media en esta nación, la cual supera en casi todas las regiones del país a la población pobre, de acuerdo con datos del Índice de Desarrollo Humano.

PL

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