
Por Daniel Montenegro*/
Un tema serio y que debería ser preocupante, para la sociedad “consciente” estadounidense, es la profunda crisis migratoria que están enfrentando, en la cual los protagonistas son niños provenientes de países centroamericanos, que persiguiendo el “sueño americano” – yo lo llamaría “pesadilla americana”- cruzan la frontera, solos y sin un futuro cierto.
Esta triste situación recuerda la “Operación Peter Pan” una monstruosa maquinación de laCIA contra Cuba en los inicios de la Revolución, que igualmente a través de mentiras forzaba a los padres a mandar a sus hijos solos a Estados Unidos.
La realidad para algunos países de Centroamérica, es hoy, igual y diferente a décadas pasadas. Siguen siendo los desposeídos los que sufren la cruda realidad de tener que migrar, porque otro –Estados Unidos- destruye cada día más su economía.
Recordemos como a través de las ya tan frecuentemente mencionadas trasnacionales, Estados Unidos ha explotado y se ha apoderado de los principales recursos naturales con que cuentan estas naciones.
Analicemos como la deformación estructural económica que existió en América Latina es una causa de la implementación de medidas y paquetes neoliberales procedentes de Estados Unidos. Esa misma deformación que se diversifica en lo social y se agudiza con la actual crisis económica mundial, es la causante que millones de emigrantes ingresen ilegalmente a Estados Unidos.
La realidad es que miles de esos niños que llegan a Estados Unidos, pasan por inhumanas historias para lograr su “sueño”. Me niego a quedar inmóvil, uno no puede todo el tiempo dejar que lo abofeteen y seguir poniendo la otra mejilla.
No basta con que los concentren en bases militares como si fuesen pequeños ejércitos en formación, con que para ingresar a ese país las niñas y los niños tengan que ser violados o explotados sexualmente o servir de mulas para transportar drogas. No, claro que no, después el gobierno de Estados Unidos les tiene preparadas otras sorpresas, deportación y a empezar la pesadilla otra vez.
Es impensable la realidad que estos “52 000 menores indocumentados no acompañados”, según DPA, tengan que sufrir al no tener siquiera respaldados sus derechos como menores. ¿Dónde están los funcionarios de la Naciones Unidas, para criticar este fenómeno, por qué no se sanciona a Estados Unidos por propiciar este fenómeno, por qué simplemente no tratan a esos niñas y niños como lo que son “la esperanza del mundo”?
Es imposible no ser sensible, hay que tener un corazón de hielo para no accionar. Invito a reflexionar y expresarnos en contra del maltrato infantil al que niños forzados a migrar sufren diariamente por culpa de las políticas de la Casa Blanca.
*Colaborador de Miradas Encontradas