BERLÍN (apro).- Pese al discurso pacifista y las promesas de campaña para reducir los permisos de exportación de armamento, Alemania rompió durante el 2013 su récord de venta de armas al extranjero alcanzando ganancias que llegaron a los 5 mil 800 millones de euros, 25% más que el año anterior.
De acuerdo con el “Informe del Gobierno Federal sobre Exportación de Armas 2013”, presentado el miércoles 11 en la capital alemana, el gobierno encabezado por la canciller Angela Merkel autorizó el año pasado la venta de armamento a países que no pertenecen a la Unión Europea (UE) ni a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como Argelia, Qatar, Arabia Saudita e Indonesia.
El hecho levanta airada polémica entre los actores políticos y sociales del país porque dentro de los clientes de la industria armamentista alemana hay naciones –como las mencionadas– cuyos gobiernos son cuestionados internacionalmente por su falta de compromiso en, por ejemplo, la protección de los derechos humanos.
Del total de las exportaciones alemanas, 67% fueron a dar justamente a estos denominados “países terceros”; y sólo 38% de los ingresos corresponden a lo negociado con países integrantes de la UE, la OTAN y los llamados países similares.
Ya desde inicios de la década pasada, el gobierno alemán estableció que la observancia de los derechos humanos en los países receptores de armas alemanas tendría que ser un factor determinante para aprobar o no la exportación de éstas.
Los principios políticos de los alemanes son claros: “quien tenga tras sí sospechas suficientes de que con la entrega de armamento éste será usado para la represión interna o para la continua y sistemática violación de derechos humanos, no recibirá una autorización (para que le sea vendido el material)”.
De ahí se generan las fuertes críticas por parte de la oposición, la cual reprocha la venta de armas a países como Arabia Saudita o Qatar –que encabezan la lista de compradores de armas alemanas–, señalados por organismos internacionales como violadores de derechos humanos.
Los datos difundidos por el secretario de Estado del Ministerio de Economía, Stefan Kapferer, corresponden al último año de gobierno de coalición de la conservadora Unión de la canciller Angela Merkel con el Partido Democrático Liberal (FDP, por sus siglas en alemán).
Sin embargo, durante las últimas semanas la prensa alemana ha ventilado que durante los primeros meses del nuevo gobierno de la Gran Coalición entre la conservadora Unión y el Partido Socialdemocráta de Alemania (SPD, por sus siglas en alemán), las autorizaciones para exportar armamento a países terceros aumentaron, a pesar de que durante la campaña electoral el SPD prometió reducirlas.
Así, durante el primer cuatrimestre de gobierno de la Gran Coalición, el Ministerio de Economía, a cargo del socialdemócrata y vicecanciller Sigmar Gabriel, autorizó permisos de exportación por un valor de mil 200 millones de euros, según la respuesta oficial que el mismo Ministerio dio a una solicitud de información presentada por el diputado del partido La Izquierda (Die Linke) Jan van Aken, y que el Parlamentario difundió entre la prensa.
De enero a abril del 2014, y de acuerdo con esa misma respuesta, siguen a la cabeza como clientes de las empresas alemanas Singapur, Arabia Saudita y Argelia.
Ante las críticas, Gabriel aseguró que gran parte de las autorizaciones de exportación, incluso para este primer año de nuevo gobierno, se habían realizado durante la anterior administración.
En la presentación del informe –de más de cien páginas– correspondiente al 2013, el vicecanciller y Ministro de Economía, Sigmar Gabriel, reiteró que el gobierno alemán se apega a estrictos principios para autorizar la venta de armas a estados que no forman parte ni de la UE ni de la OTAN.
Uno de esos principios es el hecho de que la exportación de armas de guerra no se autoriza a menos de que haya intereses políticos o de seguridad determinados.
Otra medida con la que el nuevo gobierno alemán ha querido dejar clara su decisión de transparentar su política de exportación de armas, tiene que ver con el reciente anuncio de que ya no será una vez al año, sino cada dos semanas, cuando el Parlamento será informado sobre las decisiones del Consejo Nacional de Seguridad, ente encargado de autorizar los permisos de exportación.
Sin embargo, los números han dado la pauta para que la oposición mantenga su visión crítica frente a la política del gobierno encabezado por la canciller Merkel.
En un posicionamiento público hecho el viernes13, el vocero de la fracción del partido La Izquierda, Jan van Aken, aseguró que tanto la OTAN como el gobierno alemán tienen responsabilidad en la situación que ahora mismo se vive en Irak, donde los islamistas radicales del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) han tomado ciudades importantes del país.
“Quien exporta armas a los países que apoyan a los terroristas islámicos no debe sorprenderse de lo que ahora sucede”, expuso.
El político de La Izquierda acusó tanto a Alemania como a la OTAN de jugar un “doble juego” al exportar armas a estados como Qatar y Arabia Saudita, que respaldan la ofensiva militar de los islamistas.
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