Un grupo de 33 parlamentarios japoneses tiene programado en junio presentar al primer ministro Shinzo Abe el proyecto de un gasoducto marítimo que uniría Japón con Rusia.
Según filtra la agencia de noticias Bloomberg, insisten en que el plan se discuta durante la próxima visita del presidente ruso, Vladímir Putin, al país asiático.
Argumentan que recibir gas suministrado directamente en vez de importarlo con barcos petroleros permitiría reducir los costes de la energía, una cuestión vital para Tokio, más aún tras la catástrofe nuclear de Fukushima.
El precio estimado de las obras de construcción de la obra es de unos 5.900 millones de dólares.
El proyecto prevé que un gasoducto de 1.350 kilómetros de longitud conecte la isla rusa de Sajalín y la prefectura de Ibaraki, en la isla principal de Honshu.
Tendrá capacidad para transportar 20.000 millones de metros cúbicos de gas al año, lo que equivale al 17% de las importaciones de gas de Japón.
Hoy en día, Rusia es el cuarto proveedor de gas del país nipón, después de Australia, Catar y Malasia.
El combustible ruso constituye solo el 9,8% de las importaciones japonesas y llega al país en forma del gas natural licuado, es decir, es transportado en barcos petroleros como líquido a presión atmosférica y a -162ºC, lo que aumenta mucho su coste para el consumidor final.
Recorrido previsto en el proyecto del gasoducto ruso-japonés
© RT/Google maps