El nuevo presidente de Ucrania no será Piotr Poroshenko, sino el embajador de EE.UU., afirmó en una entrevista el analista Anatoli Wasserman, que habló acerca de la influencia del país norteamericano en la política ucraniana.
Según explicó el periodista y politólogo nacido en Odesa en una entrevista con el portal de noticias KM, no se puede esperar una política independiente del recién elegido mandatario ucraniano.
"Se hará cargo de cumplir los deseos de los oligarcas más prominentes y de que, al mismo tiempo, sus decisiones no contradigan las instrucciones de los estadounidenses".
En su opinión, el Gobierno de EE.UU. legitima a su próximo ayudante en el saqueo de la UE a través de la creación, desde Ucrania, de obstáculos al acercamiento entre la UE y la Federación Rusa.
Independientemente de cuáles fueran los resultados de las elecciones, era evidente que Poroshenko las ganaría "simplemente porque los estadounidenses así lo decidieron y de ahora en adelante hará lo que los estadounidenses le ordenen", señaló.
A su juicio, estas órdenes implicarán que el mandatario evite la interacción entre la UE y la Federación de Rusia empleado todas las medidas posibles, incluyendo una guerra en la que Rusia se verá obligada a intervenir con el fin de proteger a los ciudadanos de origen ruso de Ucrania.
"No excluyo que haya explosiones en los oleoductos y gasoductos a través de los cuales Rusia suministra energía a la UE", dijo el periodista durante la entrevista.
Por otro lado, Wasserman habló acerca del fracaso de la ex primera ministra Yulia Timoshenko en los comicios, lo cual es, bajo su punto de vista, fácil de entender.
"Lleva demasiado tiempo siendo el foco de atención de la política, […] está implicada escándalos. Al final, se han cansado de ella, pero creo que ella no lo reconoce", agregó el experto.